El lobista irlandés Mark MacGann declaró a The Guardian que es el informante de las prácticas de Uber y quien proporcionó al diario británico miles de documentos comprometedores sobre la empresa estadounidense.

MacGann, que dirigió los esfuerzos de presión de la plataforma de coches con chófer en Europa, África y Oriente Medio entre 2014 y 2016, decidió hablar porque cree que Uber infringió la ley en decenas de países y engañó a la gente sobre los beneficios del modelo de la compañía, según The Guardian.

A sus 52 años, el lobista nacido en Irlanda reconoce su parte de responsabilidad en los hechos que denuncia hoy: “yo era el que hablaba con los gobiernos, el que promovía (el modelo de Uber) en los medios, el que decía que había que cambiar las reglas porque beneficiaría a los chóferes, y que iban a tener muchas oportunidades económicas”, añade.

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Pero cuando la evolución de la empresa demostró que “habíamos vendido una mentira ¿cómo mantener la conciencia tranquila si no nos rebelamos contra la manera en la que tratamos a la gente hoy en día?”, cuenta.

Uber, elevado al símbolo de la “gig economy” (economía de los trabajos a la demanda por servicios al consumidor mediante plataformas) está envuelta en una polémica desde el domingo por sus oscuras prácticas en el pasado.

Una importante investigación periodística reveló los métodos para “burlar la ley” e imponerse en el mercado a pesar de las reticencias de legisladores y compañías de taxi.

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El diario The Guardian compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) cerca de 124.000 documentos datados entre 2013 y 2017, entre los que hay conversaciones entre dirigentes de Uber, presentaciones, notas y facturas.

Desde la creación de Uber en 2010, la evolución de la empresa estuvo salpicada de escándalos de acoso, espionaje industrial y pulsos con la justicia.

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El domingo, varias organizaciones de prensa (como el Washington Post, Le Monde y la BBC) publicaron los primeros artículos de las llamadas “Uber Files”, en las que se desvela cómo la empresa consiguió expandirse con rapidez a pesar de las tensiones de su modelo de negocio.

La empresa asegura que cambió estos dudosos métodos tras el despido en 2017 de su antiguo responsable Travis Kalanick, quien había creado una cultura empresarial perniciosa.

La portavoz de Kalanick rechazó el domingo todas las acusaciones presentadas en la prensa.

Antidemocrático

Mark MacGann afirmó que la facilidad con la que Uber consiguió acercarse a los centros de poder en Francia, Reino Unido o Rusia, era “apasionante”, pero también “profundamente injusto” y “antidemocrático”.

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“Entendemos que Mark tenga cosas de las que lamentarse sobre sus años de lealtad al antiguo equipo de dirección”, afirmó en un correo la empresa a la AFP, que considera que MacGann no estaba “en posición para hablar con credibilidad” de lo que es la empresa ahora.

Un portavoz de la plataforma afirmó que MacGann, tras calificar a Uber “de empresa de su generación”, tuvo problemas con ella para “percibir una prima que considera que se le debía”, y por la que recibió 588.000 dólares.

“Mark se sintió obligado de dar la voz de alarma después de cobrar el cheque”, añadió la empresa.

MacGann reconoce los problemas personales con su antigua empresa y, más allá de la prima, acusa a Uber de haber adoptado estrategias de confrontación con el sector de los taxis durante la época de Kalanick que le expusieron personalmente, por ejemplo en España.

La empresa le proporcionó un guardaespaldas por las amenazas de muerte que recibió, explicó a The Guardian. Y la experiencia en Uber le dejó consecuencias para su salud mental que pudieron desencadenar un síndrome de estrés postraumático. (I)