El papa Francisco llegó este domingo 12 de septiembre a Bratislava (Eslovaquia), tras una breve visita a Budapest (Hungría), y en su primer acto en este país se encontró con los líderes cristianos, a quienes pidió esfuerzos para poder tener una “Europa libre de ideologías”.

El pontífice encontró a los miembros del Consejo ecuménico eslovaco en la nunciatura, la embajada del Vaticano en el país y donde residirá estos tres días de visita, y les recordó “los años de la persecución ateísta, cuando no había libertad religiosa o esta era duramente probada”.

En su discurso a los cristianos, que son el 80 % de la población, de ellos el 62 % católico, citó el relato de “La leyenda del gran inquisidor”, de Feodor Dostoyevski, donde “los hombres están dispuestos a intercambiar gustosamente su libertad por una esclavitud más cómoda, la de someterse a alguien que decida por ellos, con tal de tener pan y seguridades”.

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Y pidió a los líderes religiosos “que no caigan en la trampa”. “¿Cómo podemos desear una Europa que vuelva a encontrar las propias raíces cristianas si somos nosotros los primeros desarraigados de la plena comunión? ¿Cómo podemos soñar una Europa libre de ideologías, si no somos libres para anteponer la valentía de Jesús a las necesidades de los distintos grupos de creyentes?”, les interrogó el papa.

Desde el centro de Europa, el papa aseguró que “cálculos de conveniencia, razones históricas y vínculos políticos no pueden ser obstáculos inamovibles en nuestro camino”.

El papa continuó con el discurso de acogida al que ya se había referido tras la misa de Budapest y pidió a los cristianos que, aunque haya diferencias que los separen, “al menos podemos acoger juntos a Jesús sirviéndolo en los pobres”.

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“Será un signo más evocador que muchas palabras, que ayudará a la sociedad civil a comprender, especialmente en este periodo de sufrimiento, que solo estando de parte de los más débiles todos saldremos en verdad de la pandemia”, agregó.

Francisco, de 84 años, concluyó con este acto y una reunión con sus compañeros de la Compañía de Jesús una extenuante jornada de más de trece horas, en la que se le ha visto en buena forma, y este lunes 13 comenzará el día con la visita de cortesía a las autoridades del país.

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En Budapest

Unas horas antes Francisco se reunió con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y el presidente del país, Janos Ader, durante 40 minuto a puerta cerrada y sin cámaras a su llegada a Budapest para participar en la clausura del Congreso Eucarístico.

La reunión duró más de lo previsto, ya que se esperaba un coloquio de media hora en el que también participaron el secretario de Estado, Pietro Parolin, y el “ministro de Exteriores” vaticano, Richard Gallagher.

El Vaticano explicó en un comunicado que entre los temas tratados se habló “del papel de la Iglesia en el país, el compromiso para la salvaguardia del ambiente, la defensa y la promoción de la familia”.

También difundió unas fotografías en las que se ve a todos los participantes sentados, cada delegación frente a la otra, en uno de los salones del Museo de Bellas Artes, adyacente a la plaza de los Héroes donde se celebró la misa.

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Se trata del primer encuentro de Orbán y Francisco, que se habían solo saludado en un par de ocasiones en el Vaticano durante las reuniones de líderes políticos cristianos europeos.

La presencia del papa a Budapest fue solo de siete horas, ya que el viaje no fue para una visita apostólica sino la participación en un evento religioso.

Esto evidencia las posiciones totalmente diferentes del pontífice y el mandatario húngaro sobre todo en materia de inmigración, ya que el papa aboga por la acogida de migrantes mientras que Orbán es el líder de los países que rechazan a los refugiados al considerar que son foco de terrorismo.

En el comunicado del Vaticano no se mencionó la cuestión de la migración entre los temas tratados en la reunión.

Pedidos en el ángelus

El papa Francisco aprovechó el ángelus al final de la misa de clausura del Congreso Eucarístico Internacional para dirigirse a los húngaros, el país europeo que menos refugiados acoge y que más devoluciones de migrantes realiza y que ha vuelto a manifestar su rechazo durante la crisis afgana.

El papa Francisco pidió a los húngaros ser solidarios con los migrantes. Fue en el ángelus al final de la misa de clausura del Congreso Eucarístico Internacional. Foto EFE Foto: EFE

“El sentimiento religioso es la savia de esta nación, tan unida a sus raíces. Pero la cruz, plantada en la tierra, además de invitarnos a enraizarnos bien, eleva y extiende sus brazos hacia todos. Exhorta a mantener firmes las raíces, pero sin encerrarse; a recurrir a las fuentes, abriéndose a los sedientos de nuestro tiempo”, dijo el papa desde la plaza de los Héroes ante decenas de miles de fieles.

“Mi deseo es que sean así: fundamentados y abiertos, arraigados y respetuosos”, agregó Francisco en este país donde el 54 % se considera cristiano y de este el 32 % es católico.

“Cruz de la misión es el símbolo de este Congreso. Que los lleve a anunciar con la vida el Evangelio liberador de la ternura sin límites que Dios tiene por cada uno. En la carestía de amor de hoy, es el alimento que el hombre espera”, añadió.

A la misa de clausura acudieron decenas de miles de fieles, más de 100.000, según las autoridades locales, que llenaron la plaza principal de la capital y todas las calles adyacentes como la avenida Andrassy, repleta de personas, y que Francisco recorrió durante más de media hora en papamóvil. (I)