El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, consideró este lunes “muy importante” que las Naciones Unidas hablen con los talibanes para facilitar la entrega y distribución de la ayuda humanitaria en Afganistán.

“Es imposible prestar ayuda humanitaria en Afganistán sin hablar con las autoridades de facto del país”, dijo Guterres en una conferencia de prensa al margen de una reunión ministerial en Ginebra que permitirá recaudar más de 600 millones de dólares en ayuda para las organizaciones humanitarias del país.

“Creo que es muy importante discutir con los talibanes en este momento sobre todas las cuestiones que preocupan a la comunidad internacional, ya sea el terrorismo, los derechos humanos, las drogas o la naturaleza del gobierno”, añadió.

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Casi un mes después de que los talibanes tomaran el poder, Guterres subrayó que la ONU estaba “firmemente comprometida con la prestación de asistencia humanitaria a la población afgana”.

“Y, por supuesto, estamos muy preocupados por garantizar que la ayuda humanitaria se utilice como palanca para conseguir un compromiso real con los talibanes en todas las demás cuestiones que preocupan a la comunidad internacional”, como los derechos humanos, dijo.

“Si queremos hacer avanzar los derechos humanos del pueblo afgano, la mejor manera es avanzar con la ayuda humanitaria, dialogar con los talibanes y utilizar esa ayuda humanitaria para impulsar la aplicación de esos derechos”, dijo.

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Pero también subrayó que la “ayuda humanitaria no va resolver el problema si la economía afgana se derrumba”. “Sabemos que el riesgo es enorme”, agregó.

“Hago un llamamiento a la comunidad internacional para que encuentre la manera de permitir una inyección de dinero en efectivo en la economía afgana, para permitir que la economía respire y evitar un colapso que tendría consecuencias devastadoras para el pueblo afgano y podría desencadenar un éxodo masivo, con las consecuencias que se pueden imaginar para la estabilidad de los países de la región”, dijo.

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Muchos países se niegan a dar ayuda directa al nuevo régimen en un intento por doblegarlo. “No creo que si las autoridades de un país se comportan mal, la solución sea castigar colectivamente al pueblo”, concluyó. (I)