Luiz Inácio Lula da Silva fue el ganador el domingo pasado de la segunda vuelta presidencial en Brasil, en un apretado balotaje que dejó al país más dividido o polarizado de lo que estaba al término de la primera vuelta.

Pese a que Lula resultó electo, su crecimiento en la votación respecto a la primera vuelta fue mucho menor al que consiguió el actual mandatario. Jair Bolsonaro, quien buscaba la reelección.

El nuevo presidente y líder del Partido de los Trabajadores (PT) llega por tercera vez al poder en Brasil con una aceptación de apenas el 48,57 % de los brasileños que fueron a sufragar el domingo pasado, si consideramos que también hubo personas que se decidieron por el voto nulo (3′930.765, lo que equivale al 3,16 % del total de votantes) o por el voto en blanco (1′769.678 o el 1,42 %). Ese 48,57 % sobre el voto total se tradujo en un 50,90 % sobre los votos válidos, porcentaje que le alcanzó a Lula para ganar.

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Si entre las reglas de esta elección hubiese estado que el candidato que alcance al menos el 50 % de los votos totales sería el nuevo primer mandatario, no hubiese ganado ninguno el domingo pasado, ya que en el caso de Bolsonaro apenas logró la aceptación del 46,85 % del total de votantes (49,10 % sobre los votos válidos), pero gracias a la norma vigente de que se haga el cómputo final solo sobre los votos válidos para determinar a un ganador, le sirvió a Lula (como le pudo haber beneficiado a Bolsonaro) para alcanzar una vez más la Presidencia.

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Esto significa que realmente apenas 48 de cada 100 electores estuvo por Lula, 46 por Bolsonaro y al menos 4 no estuvieron por ninguno de los dos. O para que las cifras sean más exactas y que no nos sobren ni falten votos, de cada diez mil personas que fueron a sufragar, 4.857 lo hicieron por Lula (menos de la mitad), otras 4.685 apoyaron a Bolsonaro y las restantes 458 no querían que gane ninguno de los dos candidatos finalistas.

Lo curioso de esta segunda vuelta no es que el actual mandatario haya tenido un mayor crecimiento que su rival en la votación (7′134.009 sufragios adicionales, que equivalen al 13,97 % con relación a la primera vuelta) respecto al presidente electo (solo 3′086.495 votos más, que representan el 5,39 %) y que sin embargo, no le alcanzó para ser reelecto, sino que el candidato ganador Lula haya sacado menos votos esta vez en cuatro estados (Acre, Amapá, Amazonas y Roraima), según datos oficiales del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil.

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Miles de simpatizantes escuchan a Lula, el presidente electo. Foto: AFP

En total entre esos cuatro estados en la primera vuelta, realizada el 2 de octubre pasado, Lula alcanzó 1′414.848 votos, mientras que en la segunda, cumplida el día 30 de ese mismo mes, no solo que no creció en votación, sino que sus sufragios bajaron a 1′383.603, esto es, 31.245 votos menos.

Sin embargo, esa disminución de apoyo en aquellos lugares no le afectó a Lula que tuvo un crecimiento porcentual importante en otros seis estados (São Paulo, Río de Janeiro, Minas Gerais, Ceará, Paraná y Goiás), además del Distrito Federal y del voto en el exterior, sumando entre todas esas ubicaciones 2′281.087 votos adicionales (de los 3′086.495 nuevos sufragios que obtuvo respecto a la primera vuelta) y que a la postre serían en gran parte los que le ayudaron a ganar la Presidencia, tomando en cuenta que la diferencia final fue de 2′139.645 votos válidos.

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Lula ganó en los estados de Amazonas, Pará, Maranhão, Ceará, Piauí, Tocantis, Bahía, Río Grande do Norte, Paraíba, Pernambuco, Alagoas, Sergipe y Minas Gerais. Además del voto de los brasileños en el exterior. Su mayor ventaja la obtuvo en Bahía con 3′740.787 votos (72,12 %) de diferencia sobre Bolsonaro (27,88 %).

El triunfo de Lula se basó no solo en su “voto duro” consolidado en las regiones más pobres del país y en casi toda la parte norte de Brasil, sino en haber alcanzado una muy buena votación en São Paulo (11′519.882 sufragios), el estado con la mayor cantidad de empadronados (34′684.876), que representan el 22,17 % de todo el electorado.

Los estados en donde más creció la votación de Lula (6 % o más) en la segunda vuelta fueron:

Los estados en donde Lula tuvo regular aumento en su votación (entre 3 % y 5,99 %) fueron:

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Los estados en donde Lula subió menos su votación (entre 0,01 % y 2,99 %) fueron:

Los estados en donde Lula perdió votantes respecto a la primera vuelta (entre -1,44% y -5,78 %) fueron:

En el caso de Bolsonaro (Partido Liberal) su crecimiento en votación el domingo pasado fue en todos los lugares adonde acudieron los brasileños a sufragar. Ese aumento de votos, aunque fue muy importante, fue menor al que logró en la segunda vuelta de la elección de hace cuatro años (28 de octubre de 2018), cuando se impuso en el balotaje a Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores).

En aquella ocasión (2018) sumó 8′520.837 votos o un crecimiento del 17,29 % para totalizar 57′797.847 sufragios que le dieron la Presidencia. Esta vez (30 de octubre de 2022) solo consiguió el apoyo de 7′134.009 votantes adicionales, un crecimiento del 13,97 %, para totalizar 58′206.354 sufragios que no pudieron superar a los 60′345.999 de Lula.

Con rostros de angustia, los simpatizantes del presidente Jair Bolsonaro esperaban los resultados del balotaje. Foto: EFE

En esa elección del 2018, aunque Bolsonaro ganó el balotaje tampoco logró la mayoría absoluta sobre la votación total (49,85 %) incluidos los nulos (7,43 %) y blancos (2,14 %), Haddad llegó al 40,58% de votos totales; sin embargo, como las reglas era determinar un ganador solo sobre los votos válidos, el actual mandatario llegó al 55,13 % sobre el 44,87 % de Haddad, con una diferencia de 10′756.941 votos.

El domingo pasado Bolsonaro ganó en los estados de Acre, Roraima, Amapá, Rondonia, Mato Grosso, Goiás, Mato Grosso do Sul, São Paulo, Espírito Santo, Río de Janeiro, Paraná, Santa Catarina y Río Grande do Sul. Además del Distrito Federal. Su mayor ventaja la obtuvo en São Paulo con 2′696.705 votos (55,24 %) de diferencia sobre Lula (44,76 %).

Los estados en donde más creció la votación de Bolsonaro (11 % o más) en la segunda vuelta fueron:

Los estados en donde Bolsonaro tuvo un regular aumento en su votación (entre 6 % y 10,99 %) fueron:

Los estados en donde Bolsonaro subió menos su votación (entre 2 % y 5 %) fueron:

Desde el retorno a la democracia en Brasil (1989) ningún candidato que ha ganado en la primera vuelta una elección presidencial ha perdido en el balotaje cuando le ha tocado definir en esa instancia. (I)