Quien ha leído sobre el mundo de la tecnología conoce desde hace más de dos décadas su nombre. Sin embargo, no se puede negar que todo lo que hizo desde entonces lo ha llevado a un pedestal en la industria ahora que cosecha los resultados de sus inversiones. Ese es Elon Musk, a quien esta semana la revista Time ha nombrado la “persona del año”.

“La personalidad del año es alguien influyente, y pocos individuos son más influyentes que @elonmusk en la vida en la Tierra, y potencialmente más allá de la Tierra también”, destacó el editor en jefe de Time, Edward Felsenthal, al anunciar al ganador en su cuenta en Twitter.

Para Franklin Velasco, profesor investigador del área de marketing en la Universidad San Francisco de Quito, si uno se pone a ver el tipo de innovación y emprendimiento que Musk realiza se tiene una línea transversal, que es el bienestar de los consumidores, pero con una perspectiva más global.

Publicidad

“También creo yo que juega un papel importante su marca personal, cómo él se maneja dentro de los medios, porque este tipo de premios tienen ese tipo de influencia”, comenta Velasco, quien agrega que este personaje busca la manera de resolver problemas reales. Por ejemplo, para los problemas de tráfico y movilización propone diferentes tipos de túneles mediante su empresa The Boring Company.

“Él desarrolla nueva tecnología, rompe paradigmas para que sea algo más eficiente y le dé más valor, más dinero. Tesla es otro ejemplo, pero tuvo temporadas malas y recién ahora se la ve consolidada. Ha logrado esa credibilidad que no tenía antes”, apunta Velasco.

Publicidad

Tesla ya es la empresa automotriz más valiosa del mundo, según la clasificación de Kantar BrandZ, por su gran revalorización bursátil en el último año.

Musk también ha entrado en el mundo de la tecnología aplicada a la salud con proyectos para crear chips que se conecten al cerebro, y lo más importante, lo que le ha generado el mayor crecimiento de su fortuna, los avances para los viajes espaciales utilizando el mismo cohete para ir y regresar sin mayores desperdicios. Esto, a través de su empresa SpaceX, que ya lleva astronautas hasta la Estación Espacial Internacional, y tiene planeado consolidar el turismo espacial e incluso ya se prepara técnicamente para intentar llegar a Marte en un futuro cercano.

Este hombre de 50 años nacido en Sudáfrica -también tiene ciudadanía estadounidense-, y poseedor de una gran ambición, superó este año a su rival en la carrera espacial Jeff Bezos, el magnate fundador de la gigante de ventas en línea Amazon, para convertirse en la persona más rica del mundo con más de 250.000 millones de dólares -según estimaciones de esta semana de Forbes-, más de 100.000 millones más que en el año anterior.

Publicidad

Los autos autónomos podrían ser pronto una realidad, según Elon Musk.

Ha logrado esa cantidad de dinero por el número de inversores que han mirado hacia la tecnología y sus diferentes aplicaciones innovadoras, muchas de las cuales se han visto más cercanas ahora con la pandemia que antes de esta. Esto sumado a la marca personal que ha seguido acumulando credibilidad y mantiene unas relaciones públicas que lo ponen siempre en las noticias, incluso cuando causa polémicas por crear un lanzallamas o amenazar con que Tesla abandonará el mercado de valores, algo que hasta le ha costado sanciones.

Según la financiera multinacional Morgan Stanley, es el que tiene más probabilidades de convertirse en el primer billonario del mundo (trillionaire, en inglés), es decir, sobrepasar los 1′000.000.000.000.

Todo le ha funcionado, desde la farándula (aparecer en películas o series) hasta los resultados tangibles de sus innovaciones, para que los stakeholders pongan atención y dinero en sus empresas.

Una de las personas que piensan esto es Danny Barbery, decano de Comunicación de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo, quien opina que Musk es muy mediático, desde que fue uno de los creadores de PayPal. Pero lo que lo lanza al estrellato es la presentación de los modelos de autos eléctricos de Tesla y su interés espacial.

Publicidad

Barbery recuerda que cuando comenzó a invertir en hacer lanzamientos de cohetes tuvo muchos fracasos y la NASA, de quien buscaba ser proveedor, lo hizo a un lado. Pero siguió investigando y probando hasta que tuvo éxito y ahora tiene grandes contratos con la NASA.

Además de que Musk es una persona que tiene una visión del futuro muy amplia. “La idea que tiene él es que la humanidad no solo se quede en la Tierra sino que salga a otros planetas”, apunta Barbery, para quien Musk junto con Bezos y Mark Zuckerberg (por su iniciativa en el mundo de realidad virtual) son las tres personas que por ahora le están dando forma al futuro y sus visiones se han acelerado en los últimos años con la llegada de inversionistas que han visto que se puede llegar a ese futuro de una manera más rápida.

En ocasiones ha surgido la pregunta de si Musk es el nuevo Steve Jobs (cofundador de Apple y reconocido por su visión de innovación al introducir al mercado productos que ahora son parte de la vida de millones de personas en el mundo), fallecido en 2011. Aunque otros líderes de la tecnología como Bill Gates, cofundador de Microsoft y quien tiene una relación tensa con Musk, han respondido que “Elon es más un ingeniero práctico. Steve era un genio en el diseño, la selección de personas y el marketing”.

No obstante, a poco de la designación como “persona del año” de Time, Musk se vio envuelto en una polémica por haber recurrido a Twitter para desatar una letanía de ataques personales contra la senadora estadounidense Elizabeth Warren luego de que sugiriera que él estaba “aprovechando” y no pagando su parte justa de impuestos, recoge CNN.

Otro con el que suele enfrentarse Musk es el senador Bernie Sanders, quien lo acusa de cimentar las inversiones de sus empresas en grandes deducciones de impuestos, algo que para Musk y otros empresarios es algo usual e importante para el desarrollo de negocios y lo que implica.

Solo el tiempo dirá si Musk llega a ser tan o más grande como Jobs en el mundo de la tecnología y en la cultura popular, pero por ahora no va por mal camino. (I)