Una nave Soyuz con una actriz y un director de cine rusos a bordo, encargados de filmar el primer largometraje de ficción en el espacio, se acopló este martes a la Estación Espacial Internacional (ISS).

En cuanto hayan superado varios controles, la actriz Yuliya Peresild, de 37 años, y el cineasta Klim Shipenko, de 38 años, montarán a bordo de la estación orbital hacia las 14:00 GMT, para empezar a grabar su película, en un intento de sacarle unos puntos simbólicos de ventaja a los estadounidenses después de años de decepciones.

En un contexto de tensiones entre Rusia y Estados Unidos, esta aventura cinematográfica, cuyo presupuesto se mantiene en secreto, busca adelantarse al proyecto fílmico en el espacio de Tom Cruise, cuya programación aún no se conoce.

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La nave que transportaba a la actriz, al director de cine y al cosmonauta Anton Shkaplerov se acopló a la ISS con retraso, a las 12H22 GMT, más de tres horas después de haber despegado del cosmódromo ruso de Baikonur, en Kazajistán.

“El espacio es un ámbito en el que somos pioneros y mantenemos, pese a todo, una posición muy sólida”, afirmó el martes ante la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, comentando el despegue.

A partir de ahora, el director y actriz disponen de doce días, hasta su retorno previsto el 17 de octubre, para rodar una película inicialmente titulada “El desafío”, que presentará a una médica con la misión de salvar un cosmonauta.

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“Ganarle a la Nasa”

La misión llega en un momento de proliferación de viajes al espacio, incluido los vuelos de placer como el de los millonarios Richard Branson y Jeff Bezos.

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El lunes, una empresa de este último, Blue Origin, anunció que el nonagenario actor canadiense William Shatner, el capitán Kirk en la serie Star Trek, irá al espacio la próxima semana.

Para la agencia espacial rusa Roscosmos, la película deberá devolverle el prestigio perdido por sus escándalos de corrupción, sus numerosas averías y la pérdida del lucrativo monopolio de los vuelos tripulados a la ISS, con la irrupción de la sociedad Space X de Elon Musk.

Se trata de “ganarle a la Nasa y a Space X”, y “desviar la atención de (sus) problemas”, dijo a la AFP el politólogo Konstantin Kalashev.

Aunque las imágenes han acompañado a todas las misiones al espacio, nunca se ha filmado un largometraje de ficción en órbita.

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Preparación “extenuante”

Los dos viajeros al espacio, figuras del cine ruso, siguieron un entrenamiento acelerado para aprender a soportar la violenta aceleración del despegue y a moverse en la ingravidez.

“Fue psicológica, física y emocionalmente extenuante”, declaró el lunes Yuliya Peresild, que fue seleccionada entre los cerca de 3.000 candidatos que aspiraban a interpretar el papel principal.

Siguiendo la tradición de los cosmonautas rusos, la actriz y el director vieron el domingo “El Sol blanco del desierto”, un filme soviético de los años 1970.

La tripulación del Soyuz cohabitará con la pequeña comunidad que vive actualmente a bordo de la ISS, incluyendo a dos cosmonautas rusos que, junto con Shkaplerov, aparecerán en “El desafío” como extras.

Como señal de la importancia del proyecto para Moscú, los productores son pesos pesados: Dmitri Rogozin, director de Roscosmos y ex viceprimer ministro, y Konstantin Ernst, jefe de la cadena televisiva Pervyi Kanal.

Este último es responsable de la puesta en escena de algunos de los grandes momentos del reinado de Vladimir Putin, como desfiles militares, investiduras presidenciales y las ceremonias de los Juegos de Invierno de Sochi en 2014.

En abril, para el 60 aniversario del primer vuelo tripulado al espacio de Yuri Gagarin, una victoria simbólica de la Unión Soviética frente a Estados Unidos en plena Guerra Fría, Putin proclamó que Rusia debía continuar como una gran potencia espacial.

El país aún quiere involucrarse en el turismo espacial y para diciembre está previsto el viaje de un multimillonario japonés.

Entre otras ambiciones de Roscosmos figuran una estación espacial únicamente rusa y una estación ruso-china, mientras que Moscú decidió rechazar un proyecto lunar de Washington que consideró demasiado centrado en Estados Unidos.

Pero ninguno de estos proyectos tiene presupuesto ni un calendario preciso. (I)