La reforma planteada por el Gobierno de Emmanuel Macron para retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años fue aprobada a pesar de haber sido recibida con rechazo popular.

Otra parte de la medida incluye adelantar a 2027 el aumento de los años de cotización necesarios para cobrar una pensión completa (de 42 a 43).

Más de un millón de franceses protestaron la semana pasada en contra de la reforma de pensiones, que ya empezó sus trámites parlamentarios.

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“Las medidas de edad que adoptamos son las que nos permitirán equilibrar el sistema de pensiones en 2030″, argumentó el ministro de Trabajo, Oliver Dussopt.

La decisión fue tomada en gran parte porque el número de jubilados en Francia va en aumento frente a los trabajadores activos, que son quienes pagan las pensiones de los primeros. Además, la esperanza de vida también se ha incrementado: a 85,5 años en mujeres y a 79,4 en hombres.

El pleno de la Asamblea Nacional (cámara baja) comenzará a debatir el proyecto de ley a partir del 6 de febrero, antes de su llegada al Senado (cámara alta). Los partidos de izquierda y la oposición de extrema derecha ya anunciaron que votarán en contra.

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Esta reforma es una de las medidas clave que Macron, de 45 años, prometió durante la campaña que llevó a su reelección en abril. (I)