Una ley aprobada el año pasado por el gobierno de España intentó endurecer el arsenal jurídico contra las violaciones, pero redujo las penas mínimas y máximas para los acusados de abusos y agresiones sexuales.

Se trata de la ley “Solo sí es sí”, que considera cualquier actividad sexual sin consentimiento explícito como una agresión. Aunque su intención era responder de forma más fuerte al sonado caso de la violación grupal de “La Manada” a una joven en 2016, dejó varios resquicios legales que el gobierno ahora está tratando de solucionar.

“Estamos trabajando técnicamente para hacer algún retoque a esta norma, que es una ley de la que nos sentimos orgullosos, pero que efectivamente tiene algunos efectos que no deseábamos y que vamos a tratar de evitar con esos ajustes”, señaló a la radio pública RNE la portavoz del gobierno, Isabel Rodríguez.

Publicidad

Desde su aprobación, muchos condenados se apresuraron a pedir una revisión de la sentencia, toda vez que en España se pueden aplicar retroactivamente las nuevas leyes si benefician al reo.

Alrededor de 20 condenados han sido excarcelados y otros 300 han recibido rebajas en sus condenas, según medios españoles.

Fuentes gubernamentales aseguran que la reforma “no altera la filosofía de la norma, no cuestiona el consentimiento”.

Publicidad

Según el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, “en la modificación que hagamos de la ley del solo sí es sí, el consentimiento volverá a estar en el centro. No podemos permitir que nuevamente en juicios con agresiones sexuales encima de la mesa se pregunte a las mujeres si se resistieron lo suficiente o cómo iban vestidas; por tanto, el consentimiento es nuclear tanto en la ley actual como en la modificación que hagamos”

Hasta la entrada en vigor de la ley, las víctimas de violación debían probar que habían sido sometidas a violencia o intimidación, ya que sin esas condiciones el delito era considerado abuso y no agresión sexual, con penas más leves.

Publicidad

(I)