Los últimos meses han abundado noticias de los proyectos de empresas espaciales y sus dueños multimillonarios para viajar al espacio. Sin embargo, luego del primer vistazo se proyecta que esto tiene una mayor profundidad si se lo analiza a largo plazo.

El último episodio fueron los cortos viajes de Richard Branson en una nave de su empresa Virgin Galactic y de Jeff Bezos -el hombre más rico del mundo- en una nave de su empresa Blue Origin.

Hace siete décadas empezó la llamada carrera espacial, en la que la Unión Soviética y Estados Unidos invirtieron grandes recursos enviando satélites y seres vivos, incluso poniendo en el espacio la primera estación espacial y pisando la Luna.

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Sin embargo, ahora el escenario es diferente. Empresas privadas están volviéndose jugadores importantes. Pero, ¿qué buscan? Expertos dan algunas respuestas, entre las que constan ser los primeros, avances en el transporte y el futuro de la minería y del ser humano.

Fausto Freire, profesor de mecatrónica de la Universidad UTE, recuerda que siempre ha habido interés de cruzar las fronteras del planeta y ahora los costos, que siguen siendo altos, son menores que los de mediados del siglo pasado por la tecnología que ahora se tiene, más para magnates que tienen más recursos que algunos países.

Esto, más el interés que han vuelto a tener potencias como Estados Unidos, China o Rusia en volver a ver como un objetivo el espacio.

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Jeff Bezos y otras personas hicieron un viaje al espacio luego del despegue desde el sitio de lanzamiento uno, Texas, EE. UU. Foto: EFE


Captura de un video cedido el pasado domingo por Virgin Galatic en la que se registró a Richard Branson (c) a bordo de la nave SpaceShip Two Unity 22, mientras alcanzan la gravedad cero, durante un vuelo al espacio. Foto: EFE

“Por otro lado, es el gran interés por ser los primeros... por ejemplo, a la Luna y Marte -así como a los asteroides- se los está tratando como posibles fuentes de minerales, que podrían suplir el petróleo en gran medida. Yo creo que también va un poco por ahí el interés que tienen las grandes potencias”, dice Freire, quien es coordinador del Programa Satelital UTE -que lanzó dos nanosatélites de este centro educativo (2017 y 2019) junto con la Universidad Estatal del Suroeste de Rusia (Uesor) y con el apoyo de la agencia espacial rusa Roskosmos-.

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En esto concuerda el cosmonauta y comandante Ronnie Náder, director de operaciones de la Agencia Espacial Civil Ecuatoriana (EXA), quien agrega que incluso hay asteroides que pueden ser una fuente inimaginable de minerales.

“Hace unos años pasó un asteroide que, entre otras cosas, estaba compuesto de aproximadamente un millón de toneladas de oro. Todo lo que ha minado la humanidad en oro son 166.000 toneladas. Hace poco la NASA evaluó un asteroide, Psyche 16, que tiene un valor de 10.000 cuatrillones de dólares en materiales. El PIB de la humanidad en 2018 fue de 16 cuatrillones de dólares... los tesoros del cielo, solo de nuestro sistema solar, superan cualquier medida de la ambición humana”, afirma Náder, quien agrega que la gente que tiene visión está pensando en cómo traer esa piedra, ponerla en órbita y minarla. Incluso se puede acabar con la pobreza y “quedarse con el vuelto”.

Esto también podría salvar este planeta de las consecuencias de extraer recursos, pero lograrlo llevará su tiempo.

“Es el avance natural de la humanidad, que va hacia la conquista del sistema solar”, opina Freire, quien agrega que es algo que se prevé desde hace más de 100 años.

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Ambos comentan que quizá esto se inicie como con un tema turístico, por ejemplo, paseos, viajes o estadías en el espacio, pero en el fondo significa mucho más que eso. Además no es un área en la que se pueda entrar a ganar dinero -al menos por un largo tiempo-. Mencionan que esto recuerda a como fue la etapa inicial de la aviación, que hoy es vital para la humanidad.

Náder comenta que lo que vemos actualmente empezó a fines de los 90 con competencias que buscaban premiar a proyectos que pasen de la línea de Kármán (límite entre atmósfera y espacio exterior, a 100 km sobre el nivel del mar) y recuerda que lo ganó Space Ship One, la cual es considerada como el primer vuelo espacial realizado por una empresa privada, en 2004. También recuerda que cuatro años antes Bezos comenzó con Blue Origin. Mientras muchas otras se quedaron en el camino por falta de recursos, ya que como dijo Elon Musk, esta área no se entra para ganar dinero.

Precisamente Musk es quien parece llevar la delantera con su empresa SpaceX, quien ya ha transportado hasta astronautas a la Estación Espacial Internacional, está planeado que lleve a astronautas a la Luna y su proyecto principal a futuro es establecer una colonia en Marte.

Izquierda: Elon Musk, CEO de SpaceX. Derecha: El prototipo del cohete número 8 de serie Starship de SpaceX, lanzado el 8 de diciembre de 2020 desde una plataforma en Boca Chica, Texas. Foto: Shutterstock/SpaceX

“¿Para qué es todo esto? La gente lo ve como turismo espacial y, tal vez, esa sea la excusa que se le presenta a quienes no están metidos en este medio. Pero realmente ellos apuntan a otra cosa, a revolucionar la industria del transporte con vuelos y velocidades suborbitales. Es más o menos como un misil balístico intercontinental... apuntan a tener aviones muchos más grandes que en un momento lo lleven de Quito a Nueva York en 15 o 20 minutos... es hacia donde realmente va el desarrollo de la civilización”, afirma Náder.

El experto también apunta que incluso Blue Origin va más allá y ve una expansión de la humanidad en el sistema solar, algo que puede sonar un poco fantasioso, pero para quienes están pendientes de estos temas es algo que se viene hablando desde hace años. Incluso Rusia planea para 2030 lanzar una nave de propulsión nuclear capaz de llegar a Júpiter en tres meses en vez de los siete años que se necesitan ahora.

“Hay muchas cosas que están desarrollándose porque se han dado cuenta a estas alturas del partido, pensando a largo plazo, que la humanidad no puede seguirse desarrollando en un solo planeta”, afirma Náder.

La NASA ya realiza contratos con SpaceX, Blue Origin y Virgin Galactic para realizar diferentes vuelos, que puede ser de utilidad para realizar investigaciones en microgravedad. Esto ayuda a tener nuevos espacios de uso parecidos a la estación espacial, que es un laboratorio en el que, por ejemplo, se analiza el diseño de nutrientes para cuando sean necesarios en misiones más duraderas, según la NASA.

Por ello, muchas empresas, instituciones o estados podrían usar estos viajes y sacar más provecho a menor costo que lanzar a astronautas al espacio, puesto que minutos serían suficientes para las pruebas necesarias en microgravedad, dice Náder.

Al final, lo que parece una competencia de vanidades a simple vista podría marcar parte del futuro de la humanidad y del planeta. (I)