El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, afirmó este jueves que existe el riesgo de ser “eliminado” en un atentado como el que sufrió en 2018, cuando disputaba las elecciones que lo llevaron al poder, pero manifestó que confía en el equipo de seguridad del Gobierno.

“Que existe el riesgo de yo ser eliminado, eso existe”, declaró Bolsonaro en su primer programa semanal en vivo a través de las redes sociales, aunque se abstuvo de dar más detalles para no “comprometer” las acciones del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI).

“En 2018, nosotros comenzamos a crecer en las encuestas electorales y se llegó a un punto en que el ‘otro lado’ -sin dar nombres- entendió que habíamos ganado las elecciones y ahí intentaron matarme”, aseveró el mandatario un día después de recibir el alta médica tras 3 días de hospitalización.

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El gobernante salió el miércoles de una clínica privada en Sao Paulo, donde estaba hospitalizado desde la madrugada del lunes, cuando interrumpió sus vacaciones en el estado de Santa Catarina (sur) para desplazarse en avión hasta la capital paulista por unos dolores abdominales.

El equipo médico que atendió a Bolsonaro esta semana asoció esos problemas de salud al atentado de 2018, cuando un enfermo mental que estuvo afiliado a un partido de izquierda dio al entonces candidato presidencial una puñalada durante un acto de campaña electoral.

Desde entonces, el líder ultraderechista ha pasado por cuatro cirugías en el abdomen.

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El autor de ese ataque, Adelio Bispo, fue declarado inimputable por la Justicia debido a sus trastornos mentales.

Aun así, Bolsonaro volvió a promover esta semana teorías conspirativas sobre el atentado, llegando a acusar a la izquierda del mismo, y celebró la reapertura del caso para esclarecer si Bispo actuó solo o fue auxiliado por terceros, lo que ha sido descartado por la Policía Federal en dos procedimientos previos.

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“No salió de su cabeza (por Bispo). Para mí no es difícil resolver el caso. Ahora bien, va a salpicar a gente importante”, insinuó, sin aportar evidencias sobre su “intento de asesinato” y el uso del atentado para “fines políticos”.

Crítica a vacunación infantil

De otro lado, Bolsonaro volvió a criticar la aprobación por parte de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa, regulador) de la vacunación para niños entre 5 y 11 años e insistió en que no vacunará a su única hija mujer, Laura -de 11-, porque nadie asumirá algún eventual riesgo de frente a una reacción del inmunizante.

“La propia Anvisa admite que hay riesgo, pues en su recomendación dice que si un niño tiene dolor en el pecho, siente falta de aire o le dan palpitaciones después de la vacuna tiene que ir a buscar un médico. Pero la responsabilidad es de los padres”, apuntó.

Brasil es uno de los 3 países más afectados por la pandemia del coronavirus en números absolutos, junto a Estados Unidos e India, sumando 22,35 millones de casos confirmados y casi 620.000 muertes. (I)

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