Una trabajadora de la Seguridad Social francesa ha sido condenada a 18 meses de cárcel, de los que tendrá que cumplir 12, y a una multa de 10.000 euros (11.800 dólares) por haber generado 200 códigos QR falsos para venderlos como certificados de vacunación.

La mujer, empleada en un centro de vacunación en el periférico barrio parisino de Saint Denis, se lucraba con la venta de justificantes falsificados a un precio de 200 euros (237 dólares) cada uno, informó hoy el canal Franceinfo.

La policía se incautó de una veintena de certificados, además de más de 6.000 euros (7130 dólares) en su domicilio y 760 euros (903 dólares) en su vehículo.

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Las autoridades también detuvieron a una cómplice, que finalmente fue condenada a un año de prisión exento de cumplimiento y un segundo está siendo buscado en España.

Dos beneficiarios de los certificados fueron condenados a dos meses de prisión exentos de cumplimiento y a una multa de 1.500 euros (1.782 dólares).

Además, otra mujer de 30 años sospechosa de emitir documentos de vacunación falsos en la ciudad de Grenoble, en el este del país, fue dejada en libertad con cargos la semana pasada.

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El Parlamento francés acaba de adoptar la obligatoriedad de presentar un certificado sanitario, que atestigüe la pauta de vacunación completa o un test negativo, para acceder a la mayor parte de los establecimientos públicos, como bares, restaurantes, cines y teatros.

A la espera de que la semana próxima se pronuncie sobre el mismo el Consejo Constitucional, el Ejecutivo tiene previsto introducir esta medida, el próximo día 9.

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Hasta la fecha, 41 millones de personas han recibido al menos una dosis de la vacuna en Francia, es decir, el 60 % de la población. (I)