La pandemia de COVID-19 se acerca a cumplir dos años y las perspectivas de crecimiento mejoran para las grandes economías, pero no tanto para otras muchas en vías de desarrollo y la situación de los más vulnerables se vuelve más precaria por la elevada pérdida de puestos de trabajo y otros múltiples factores que complican la reactivación y la recuperación en medio de la recesión que vive el mundo.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último informe Perspectivas de la economía mundial, presentado en octubre, reveló una leve disminución en las estimaciones de crecimiento respecto del documento emitido solo tres meses antes, siendo las fisuras surgidas por la pandemia la principal causa de la situación. Estimó un crecimiento del 5,9 % en este año, una décima menos que la proyección del 6 % presentada en julio y se mantiene con el 4,9 % de crecimiento para 2022.

“La recuperación mundial continúa, pero el impulso se ha debilitado debido a la pandemia. La variante delta, altamente transmisible, el número de muertos por la enfermedad y los riesgos frenan un regreso completo a la normalidad”, dice Gita Gopinath, economista jefa del FMI en el informe y explica que es probable que las economías avanzadas recuperen los niveles previos a la pandemia en 2022, pero que las que están en desarrollo tendrán que aguardar varios años más.

Publicidad

Larry Yumibanda, economista y presidente del Círculo de Economía de Guayaquil, destaca que este año todas las economías del mundo muestran recuperación, unas con un crecimiento importante, otras con uno medio y algunas con uno leve.

“La vacunación fue un factor clave para la recuperación este año... Los bancos centrales han efectuado una política monetaria expansiva especialmente dirigida a generar transferencias monetarias, subsidios a la población más vulnerable, que es la que más impacto ha tenido en la pandemia”, dice el especialista.

Patricio Alarcón, expresidente de la Cámara de Comercio de Quito, difiere en el caso de Ecuador y dice que en el país no se ha podido ayudar ni al ciudadano ni al empresario por la falta de liquidez del Estado.

Publicidad

Las perspectivas de crecimiento más sólidas que se habían mostrado eran para China y Estados Unidos. Sin embargo, ambas potencias también han experimentado cambios y caídas.

La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) informó hace dos meses que el índice de producción industrial –indicador que estima la evolución del sector en un corto periodo de tiempo– se ubicó en septiembre en -1,3 %. Una de las principales causas de la caída de la producción industrial serían los efectos del huracán Ida, registrado a fines de agosto, y la escasez de semiconductores para la fabricación de vehículos, el sector automotor registra una contracción de -7,2 %.

Publicidad

En el caso de China, datos oficiales revelaron que la economía asiática se expandió entre julio y septiembre a su menor nivel, 4,9 %, en parte debido a lo que el Gobierno definió como “desafíos económicos inesperados”, entre los que destacan la pandemia, problemas de escasez de energía y una desaceleración de la construcción.

La cifra es la más baja desde septiembre del 2020. El FMI había fijado un crecimiento económico para China del 8,0 % para este año, un dato por encima de las proyecciones del Gobierno, luego de presentar un PIB en 2020 de 2,3 % debido al COVID-19.

Según expertos, muchos países de África, Asia meridional, Asia occidental y América Latina y el Caribe son los que se enfrentan a una situación frágil y perspectivas económicas inciertas. La emergencia sanitaria ha empujado a más de 114 millones de personas a la pobreza extrema, según Naciones Unidas.

En la región, la previsión es que Chile tenga el mayor crecimiento con una expansión de su PIB del 11 % para este año. Puerto Rico con -0,6 % y Venezuela con -5,0 % serán los de más altas contracciones, según el FMI, recoge France 24.

Publicidad

Alarcón dice que “en Ecuador el crecimiento está en el orden del 2 % y que el próximo año el Gobierno apunta a un crecimiento mínimo del 2,5 % y luego hasta 3 % cada año, lo cual es muy malo para la economía”, y agrega que la tasa de crecimiento de un país debe ser de mínimo el 5 % para poder sacar a sus ciudadanos de la pobreza.

Para 2022, Yumibanda coincide con el FMI en que la economía mundial puede entrar en una etapa de desaceleración y caer un punto ya que todas las economías, la mayor parte, van a comenzar a descender sus niveles de crecimiento respecto a 2021.

“La pandemia no ha pasado y las nuevas variantes han hecho que no se genere y que se pueda seguir sin generar la velocidad necesaria para que la recuperación tenga mayor fuerza”, dice y menciona que la desaceleración que se prevé estaría vinculada también a lo que ocurre en las economías avanzadas, como es el caso de la inflación que presenta EE. UU. y que restringe el consumo y la producción.

Por su parte, Alarcón expresa que en el mundo el elevado costo de las materias primas hará que haya una inflación a nivel mundial. “Va a subir el costo de hacer negocios, el costo de productos en todas partes del mundo”, apunta.

Interés en el bitcóin

El presidente Nayib Bukele anunció el mes pasado el proyecto de Ciudad Bitcóin que funcionará en el oriente de El Salvador, en Santa María Mizata. Foto: EFE

En tanto, este año el bitcóin captó también el interés de la población mundial y del Gobierno de El Salvador en especial para reactivar su economía. La criptomoneda pasó en un año de costar alrededor de $ 10.000 a un máximo de $ 63.000 en abril de 2021 y luego cayó a $ 30.000 en julio. Actualmente ronda los $ 50.000.

El 7 de septiembre, El Salvador se convirtió en el primer país en adoptar el bitcóin como divisa de curso legal, lo que abrió el debate de las oportunidades y los peligros de las criptomonedas, recoge BBC.

Yumibanda dice que la criptomoneda este año logró constituirse como un activo o un refugio de valor, pero manifiesta que posee una gran volatilidad y que ese mercado es altamente riesgoso, por lo que el interés en el bitcóin es algo más de preferencias.

“Hay gente que quiere tener sus recursos en bitcóin porque aspira a tener fuertes ganancias, algo que no va a generar en la banca tradicional nacional o internacional”, apunta.

Considera que es poco probable que lo que ocurrió en El Salvador se replique en otras economías y que los bancos centrales han manifestado que no considerarán a la criptomoneda mientras no se adapten a las disposiciones de la ley y de la banca.

Alarcón dice que se espera que la criptomoneda siga ganando terreno el 2022 y enfatiza en que es necesario trabajar cuanto antes en una normativa para poder transaccionar con la criptomoneda ante la demanda existente. (I)