Las alternativas a los productos lácteos y cárnicos se han incrementado en los últimos años. Solo en Estados Unidos, el consumo de leche de almendras ha aumentado el 250%. Sin embargo, existe un problema de explotación animal detrás de la producción de este producto, lo que está afectando a las abejas.

La leche de almendras no es exactamente leche, se puede referir a ella como “bebida” de almendras, ya que no viene de un animal productor, sino del árbol Prunus dulcis, que se cultiva en distintas regiones del mundo.

Según un reportaje de The Guardian, se estima que el 80% de la producción de todo el mundo proviene de este lugar. Ahí, muchas abejas están muriendo de cansancio, al formar una parte fundamental de la cadena de producción: son las encargadas de polinizar a los almendros.

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Hasta el momento, 50.000 millones de abejas perdieron la vida en el invierno de 2020, de acuerdo con el reporte de The Guardian. Las muertes se deben al uso irresponsable de pesticidas para la agricultura.

Según el medio, el agotamiento no solo viene por la intoxicación, sino también por la falta de descanso.

Al respecto, el Almond Board of California destacó que las causas de muerte pueden ser mucho más amplias:

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“Estamos colaborando activamente con los apicultores para entender cuáles son las principales causas de exterminio: ácaros varroa, parásitos y enfermedades en general, exposición a pesticidas, falta de forraje y nutrición, diversidad genética insuficiente”. (I)