La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, afirmó este domingo que ha tenido que cancelar su propia boda debido a las restricciones que su Gobierno ha impuesto para frenar la expansión de la variante ómicron de la covid-19.

“Mi boda no tendrá lugar”, afirmó en una rueda de prensa, sin desvelar la fecha exacta en que estaba previsto el enlace. “No soy distinta de otros miles de neozelandeses que han tenido impactos mucho más devastadores por la pandemia, de los que el más descorazonador es no poder estar con un ser querido cuando está enfermo. Eso supera de lejos la tristeza que siento”, añadió.

El Gobierno de Ardern impondrá desde la próxima medianoche normas más estrictas sobre el uso de la mascarilla y la limitación de personas en eventos ante la aparición de un brote de nueve casos de la variante ómicron después de una boda.

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Bares, restaurantes y eventos como las bodas tendrán una afluencia máxima de 100 personas (25 si no se exige el pasaporte covid), lo que obliga a la propia primera ministra a cancelar su enlace.

El 94% de los neozelandeses mayores de 12 años han recibido dos dosis de la vacuna de covid-19, mientras el 56% ha recibido una tercera dosis de refuerzo.

Nueva Zelanda, que mantendrá sus fronteras cerradas a los viajeros extranjeros hasta abril de 2022, fue uno de los países que actuó antes y de forma más contundente contra la covid-19 y ha conseguido mantener el número de contagios a unos 15.550 y en el de fallecimientos en 52.

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Sin embargo, en octubre abandonó la estrategia de cero casos ante el aumento de la vacunación y adoptó un sistema de “semáforo”, que consiste en varios niveles de alerta y restricciones que se puede aplicar por zonas. (I)