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EFE/EPA/Jonas Ekstromer Foto: Jonas Ekstromer

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En esta edición el Premio Nobel de Física de 2022 lo obtuvieron el francés Alain Aspect, el estadounidense John Clauser y el austriaco Anton Zeilinger, por su trabajo pionero en la ciencia de la comunicación cuántica. Zeilinger es un pionero en los avances prácticos con la física cuántica, lo que además le ha convertido en uno de los científicos más conocidos de su país. La Real Academia de las Ciencias de Suecia los ha premiado por su trabajo pionero en la ciencia de la información cuántica.

Estos expertos en física llevaron a cabo experimentos innovadores utilizando estados cuánticos entrelazados, en los que dos partículas se comportan como una sola unidad incluso cuando están separadas. “Los resultados han despejado el camino para nuevas tecnologías basadas en información cuántica”, explica el jurado.

Los éxitos de los premiados se apoyan en el trabajo del físico norirlandés John Stewart Bell, fallecido en 1990. Bell postuló en 1964 teorías que sugerían que, si dos partículas interaccionaban a distancia, no era por variables ocultas locales.

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El galardón incluye 10 millones de coronas suecas, unos 930.000 euros. Los tres físicos toman el testigo del japonés Syukuro Manabe, al alemán Klaus Hasselmann y al italiano Giorgio Parisi, que recibieron el galardón por iluminar el funcionamiento de sistemas físicos complejos, como el clima de la Tierra.

Anton Zeilinger

En el caso de Zeilinger, sus aportaciones son más prácticas que teóricas, lo que ha abierto nuevas posibilidades para una incipiente tecnología que va a revolucionar el mundo en las próximas décadas. Al contrario que en la física clásica, donde los fenómenos y los objetos tienen propiedades fijas, en la física cuántica estas propiedades pueden tener valores múltiples, aunque resulte paradójico.

De esta forma, la física cuántica es a menudo hogar de ideas tan desconcertantes como seductoras, tan contrarias a nuestro sentido común y tan lejanas a nuestro día a día, que nos parecen casi mágicas. En este entorno -de partículas entrelazadas, sistemas que colapsan al observarlos, o información que se teletransporta- es donde el físico ha desarrollado la mayor parte de su carrera. (I)

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