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Nicaragüenses están llamados hoy a las urnas en un clima de falta de democracia y sin candidatos opositores a Daniel Ortega

Con estos comicios empieza la incertidumbre de qué vendrá después, incluyendo el reconocimiento o no de otros países y organismos.

Pancarta política con la imagen de la fórmula presidencial del mandatario Daniel Ortega, y la vicepresidenta Rosario Murillo (i), en Managua. Foto: EFE

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Las elecciones de este 7 de noviembre eran vistas a inicios de año como una oportunidad, pero ahora son catalogadas como un fraude planeado por el presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, para aumentar su tiempo en el poder.

Con siete precandidatos detenidos en casa y la cárcel El Chipote la lid electoral quedó entre Ortega y otros cinco aspirantes de partidos a los que se acusa de ‘zancudos’, que trabajan y son aliados del régimen y de la corrupción de alguna forma.

Entre los candidatos opositores a los que se les impidió participar y hoy están acusados, bajo leyes hechas a la medida del régimen, de traición a la patria y otros cargos, están Cristiana Chamorro, Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga, Arturo Cruz, Miguel Mora, Medardo Mairena, Niel Vidaurre, María Fernanda Flores, Michael Healy, Álvaro Vargas.

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Ellos son acusados por supuesta “traición a la patria” y otros delitos. De igual manera, a los partidos y plataformas opositoras el Consejo Electoral les impidió participar.

De esta manera la carrera quedó con poca credibilidad y con solo seis opciones, incluyendo el binomio Ortega-Murillo.

Entre los que decidieron seguir están el diputado Walter Espinoza, candidato a la Presidencia de Nicaragua por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC); Guillermo Osorno, diputado y reverendo, es el candidato presidencial por el partido Camino Cristiano Nicaragüense (CCN): Marcelo Montiel, abogado de 49 años, es el candidato presidencial del partido Alianza Liberal Nicaragüense (ALN); Gerson Gutiérrez Gasparín, con 29 años, es el candidato presidencial más joven entre los seis contendientes, compite por el partido Alianza por la República (APRE); Mauricio Orúe, de 53 años, es el candidato presidencial por el Partido Liberal Independiente (PLI), aunque en la actualidad es diputado por la ALN.

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Para el activista nicaragüense y exiliado Levis Rugama, todos estos candidatos son de partidos que han colaborado o han tenido convenios con el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Rugama resalta que Espinoza es del mismo partido que el expresidente Arnoldo Alemán (1997-2002), de reconocida corrupción, y su partido está fuertemente vinculado actualmente al FSLN e incluso varios de sus diputados han sido sancionados por Estados Unidos. En el caso de Montiel, es nueva, pero su partido también ha sido afín al FSLN y se ha visto enredado en casos de corrupción. Mientras que del joven Gutiérrez hay fotos de él con camisetas del partido sandinista en mítines de este.

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“Todas estas organizaciones (con candidatos) tienen más un vínculo con el Frente Sandinista, por trayectoria, por corrupción, por colaboracionismo. Lo que nosotros en Nicaragua llamamos zancudos, que en realidad es un juego político de partido único, pero con la modalidad de elecciones. Lo que hace el partido oficial es deshacerse de la oposición verdadera y cultivar opositores de paja para hacer un juego de elecciones con fichas de su mismo tablero para mantenerse en el poder y autolegitimarse”, asegura Rugama, quien añade que estos aspirantes solo se presentan con sus propuestas y nunca atacan o critican al régimen, que tampoco les hace o dice nada a ellos.

Lo mismo comenta el analista político nicaragüense Luciano García, para quien hay que entender que desde antes de 2018, cuando empezaron las protestas más fuertes contra el régimen, que respondió con una gran represión, “Ortega ya había comprado partidos de oposición”.

“Esto no es nuevo... obviamente los está utilizando en esta contienda a su favor para decirle al mundo que sí hay democracia, pero lo que sabemos es que él ha tenido esos partidos comprándolos y desmantelándoles la institucionalidad electoral que existía antes de que él tomara el poder antes de 2007. Básicamente lo que tienes (en las elecciones) son partidos controlados por el régimen desde hace años”, dice García.

Incluso Ortega no ha tenido que salir a hacer campaña, cuenta García. Añade que es un “candidato secuestrado y chantajeado por su propia esposa para estar al frente de todo con la venia de él. Es un matrimonio funcional para ser represivo, pero no representan a las grandes mayorías”.

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Mientras, el observatorio multidisciplinario Urnas Abiertas informó este viernes que un total de 1.656 hechos de violencia política ocurrieron en Nicaragua en el contexto del año electoral, que tendrá su día cumbre este domingo con los comicios generales en los que el presidente Daniel Ortega busca una nueva reelección.

“A un año de monitoreo, hemos registrado 1.656 hechos de violencia política hasta el 31 de octubre de 2021. Durante el mes de octubre de 2021 se observó un incremento de violencia política, a través de asedios focalizados, hostigamiento, citatorias y amenazas”, señaló a EFE Urnas Abiertas, un organismo que da seguimiento al proceso electoral.

Según el observatorio, en octubre pasado, el último de los doce meses de estudio, se registraron 120 hechos de violencia política, principalmente ejercidos por autoridades e instituciones estatales y “paraestatales”.

Al final los consultados comentan que es una incertidumbre saber cómo recibirán o reconocerán las elecciones, pero que al no ser legítimas los países de la región deberían actuar acorde con estos casos y aislar a Ortega, eso sí, tomando en consideración las cosas que no salieron bien en las acciones en casos similares, como con Nicolás Maduro en Venezuela. Esperando también que la oposición pueda consolidarse y unirse para tener más acciones coordinadas contra el régimen para no menoscabar los esfuerzos que se puedan hacer desde afuera.

La oposición llamó a no participar en los comicios, mientras los exiliados pidieron protestar en donde estén contra la “farsa electoral”.

Los cinco candidatos que ‘compiten’ con Ortega.

  • Walter Espinoza, del Partido Liberal Constitucionalista. Tiene 41 años y ha sido concejal por Managua, en 2012, y es actualmente diputado nacional (desde 2016). Había intentado en 2006 ser diputado, pero no lo logró en esa ocasión.
  • Mauricio Orúe, de 54 años. Es el candidato del Partido Liberal Independiente. Estudió Leyes, Teología y Psicología. También es diputado de la Asamblea Nacional, pero llegó al cargo con el partido Alianza Liberal Nicaragüense y suele votar junto con el sandinismo. EE. UU. le quitó la visa por ayudar a socavar la democracia.
  • Guillermo Osorno es un pastor y candidato por el partido Camino Cristiano Nicaragüense. En 2011 y 2016 fue electo al Parlamento Centroamericano (Parlacen) en una alianza con el sandinismo. Su agrupación política nunca ha superado el 4 % de los votos. Fue candidato presidencial en 1996.
  • Mauricio Montiel, de 49 años, es candidato por la Alianza Liberal Nicaragüense, que también es señalado de colaborar con el oficialismo, pero él lo niega y dice que busca desconcentrar los poderes del presidente.
  • Gerson Gutiérrez, de 29 años, es candidato por el partido Alianza por la República. Es abogado y notario y afirma que sería un mejor presidente para Nicaragua que lo que es Nayib Bukele como primer mandatario de El Salvador. No critica la legitimidad del proceso electoral. (I)

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