Mary Jane Mendoza, una madre de San Luis Potosí, México, vivió una pesadilla luego de que tuvo que ver a su hija de tan solo tres años morir dos veces por presunta negligencia médica, como lo denuncia la mujer.

La pequeña respondía el nombre de Camila Roxana Martínez Mendoza. Este jueves 18 de agosto presentó vómito, fiebre y diarrea, por lo que su madre decidió llevarla al Hospital Comunitario de La Herradura, donde “le dieron 30 gotitas de paracetamol y me dijeron que ya estaba bien, que me la podía llevar”, contó al diario Milenio.

Fingió el secuestro de su hijo recién nacido para ocultar que lo había metido en una bolsa negra y lanzado por un barranco

La niña de 3 años no había muerto y la velaban cuando movió sus ojos

La señora cuenta que la pequeña Camila no respondió satisfactoriamente al tratamiento y regresó a urgencias a las 8:30 de la noche y dos horas después, un médico le avisó que su hija había muerto.

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Mendoza se desesperó y avisó a sus familiares, sin embargo, tuvo el primer indicio de que su hija aún estaba viva. “Cuando agarré su cuerpo, la niña me abrazó y yo le dije al doctor que seguía viva, pero él me contestó que la soltara y me sacó para esperar el certificado”, contó.

En el acta de defunción, a la niña le colocaron que murió por “deshidratación severa, diarrea aguda y shock hipovolémico”.

Con el corazón destrozado y sin aceptar la terrible noticia, Mary Jane regresó a su pueblo con el cadáver de Camila para su respectivo velorio, para el cual alquilaron al personaje Mini Mouse, el cual era su favorito.

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Mientras que su padre, un migrante en los Estados Unidos, no pudo regresar a su país para despedir a su pequeña y presenció el funeral a través de una videollamada, donde entre lágrimas aprovechó para despedirse de Camila.

Sin embargo, el acto fúnebre dio un giro inesperado y Mary Jane vio cómo su hija dentro del féretro movió los ojos y el vidrio de la urna se comenzó a empañar, ahí empezó a notar que Camila mantenía su color de piel.

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La mujer histérica fue consolada por los asistentes, quienes le aseguraban que estaba alucinando y pasaba por “un trauma, es normal”, hasta que otras personas también vieron lo que su madre había visto y allí abrieron el féretro.

Felicitas Martínez, abuela paterna de la niña destapó la urna y le colocó la linterna de su teléfono en su rostro, inmediatamente la pequeña abrió los ojos y llamaron a la enfermera de la comunidad, quien pudo constatar que la niña estaba viva y pidieron una ambulancia.

Sin embargo, de regreso al Hospital Comunitario de Salinas, a unos 40 kilómetros de la comunidad de La Herradura, ocurrió el desenlace final, tras ser remitida al Hospital Central en la capital de San Luis Potosí. Camila Roxana murió en el trayecto.

Madre de la niña presenció su muerte dos veces y ahora exige justicia

En la segunda muerte de Camila, el certificado indicaba que murió por edema cerebral, falla metabólica y deshidratación.

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“Que ella murió de muerte cerebral. Duró bastantes horas ahí en la urna, pero ahí yo siento que es culpa del doctor que me la entregó dada por muerta”, denunció Mary Jane exigiendo justicia.

La familia de la menor de edad espera resultados de la autopsia practicada en el Servicio Médico Legal, el cual será entregado a la Fiscalía General de San Luis Potosí, quienes iniciaron una investigación por el caso.

“Estamos definiendo varias líneas de investigación esto también en relación al actuar de los médicos, de los servicios funerarios, de los ayuntamientos tanto de Villa de Ramos como de Salinas”, dijo el fiscal general José Luis Ruiz Contreras. (I)

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