El martes en la noche en México se registró un sismo de magnitud 7,1 que sacudió el centro y sureste del país.

El sismo se registró poco antes de las 21:00 del miércoles y tuvo su epicentro 11 km al sureste de Acapulco, Guerrero, sureste de México, de acuerdo con el Sismológico Nacional.

Según las autoridades, la única víctima mortal que se reportó fue un hombre al que le cayó un poste de luz pública en el municipio de Coyuca de Benítez, en el estado de Guerrero.

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Luego del sismo se registraron ocho réplicas de magnitud entre 4 y 5.

En cuanto a daños materiales, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo en un mensaje, recogido por AFP, que solo se reportaron “piedras caídas de bardas, lo mismo en Morelos (centro), no hay daños en Oaxaca (sur), no hay daños en Puebla (centro)”, así como tampoco en Ciudad de México.

De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador, hasta la tarde del miércoles no se había reportado ninguna víctima (ni fallecido ni herido) de origen ecuatoriano.

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En tanto, Anabela Meza, ecuatoriana que vive desde hace diez años en el país norteamericano y es presidenta de la Asociación de Ecuatorianos Residentes en México, afirmó lo mismo que Cancillería y también contó su experiencia.

“Yo me encuentro en la zona de Polanco, que está más o menos en el sector poniente de la Ciudad de México y sí se sintió un poquito fuerte. (...) se encendieron las alarmas sísmicas que existen y nos tocó hacer el proceso de evacuación. En eso México, por los terremotos que ha habido, tiene una cultura bastante buena de prevención, entonces la gente sí sabe lo que tiene que hacer, las rutas de evacuación y todo el proceso. Yo vivo en un edificio, pudimos bajar, estar ahí con las personas hasta que vengan la gente de protección civil, que son los encargados de revisar las construcciones, que sean seguras para que la gente pueda ingresar”, dice Meza, quien agrega que han tenido el reporte de 320 personas y todos están bien, asustados pero bien.

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Ella también recuerda que casi siempre septiembre es un mes de sismos y que de hecho ese mismo día se cumplían cuatro años del terremoto de Oaxaca, que fue antes del de Ciudad de México. Por ello la gente siempre tiene temor que venga uno más fuerte, pero siempre hay preparaciones y este 19 se tiene previsto el megasimulacro de la ciudad.

Otra persona que es parte de la asociación es Fernando Parra, quien comenta que se encontraba en un carro cuando se activaron las alarmas sísmicas y poco después notaron que el movimiento era bastante fuerte y de duración ‘considerable’.

“Paramos de acuerdo con el protocolo, para que la gente que baja de los edificios ocupen la avenida y luego que pasó regresamos a marcha suave”, dice Parra, quien añade que como es habitual en ese momento se saturan las redes, hay problemas de electricidad y te da un poco de susto y de saber si hubo alguna caída de edificios y si hay víctimas.

Parra apunta que en el terremoto de hace cuatro años en la colonia en la que vivía hubo varios desplomes de edificaciones y hasta el edificio en el que trabajaba quedó con daños estructurales y tuvo que ser demolido luego.

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“El miedo ahora es qué va a pasar el 19 de septiembre porque ya se ve demasiada coincidencia con los movimientos telúricos”, afirma Parra, quien recuerda que el 7 de septiembre de 2017, 12 días antes del terremoto, también hubo un sismo fuerte.

En tanto, Lorena Arthos, otra ecuatoriana en México, dijo que donde ella reside, en Querétaro, a unas dos horas y media de la capital, no se sintió mucho. (I)