Durante 29 años, Alcatraz fue la prisión federal más segura de Estados Unidos, rodeada por las frías y agitadas aguas del Pacífico. Solo los peores criminales eran enviados ahí, frente a la bahía de San Francisco. ¿Qué les ocurrió a tres hombres después de su audaz fuga de la prisión de Alcatraz en 1962? Los hermanos John y Clarence Anglin y Frank Morris lograron escapar, desaparecieron en la noche y nunca fueron encontrados.

El 11 de junio de 1962, Frank Morris, John y Clarence Anglin se escaparían de Alcatraz, de la Isla de los Alcatraces, como se llamaba cuando se estableció allí una fortaleza en el siglo XVIII. Nadie sabe qué pasó con los fugados. Cuando los pedazos de la balsa y los remos aparecieron cerca de la isla, muchos asumieron que los hombres estaban muertos. Los funcionarios de Alcatraz han sugerido que se ahogaron o murieron de hipotermia.

Los hermanos Anglin y Frank Morris escaparon, sobrevivieron y se fugaron. Hasta hoy, los hermanos Anglin y Frank Morris son los únicos hombres que se han escapado y nunca han sido encontrados restos de ellos. Los tres reclusos fugados habían tramado su fuga unos años antes de ejecutarla.

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En 1934, la Oficina de Prisiones de los Estados Unidos se hizo cargo de Alcatraz, antes de que los hermanos John y Clemence Anglin y Frank Lee Morris se escaparan ese 11 de junio de 1962, Unos 19 convictos habían tratado también de escapar. Cinco fueron acribillados por las balas de los guardias, cuatro de ellos en el mar mientras luchaban contra las fuertes corrientes del mar.

Para la historia, Frank Morris, John Anglin y Clarence Anglin llevaron a cabo con éxito una de las fugas más conocidas, el 11 de junio de 1962, aprovechando que detrás de las celdas de los presos en el bloque de celdas B había un pasillo utilitario de 0,91 m de ancho sin vigilancia.

El 20 de diciembre de 1979 se cerró oficialmente la investigación de la fuga de Alcatraz de John Anglin, Clarence Anglin y Frank Lee Morris de 1962. Se encontraron restos de los utensilios utilizados en su huida en las costas cercanas (una paleta en Angel Island, un salvavidas), pero de lo que se conoce no quiere decir que llegaran a esos puntos. A esas pistas pudo haberlas llevado la corriente. No había pruebas que demostraran que habían muerto en las aguas y habían sido arrastrados por la corriente, por lo que se estima que quizá habían llegado más lejos que otros en alguna fuga frustrada. Pero es que tampoco había pruebas de que habían llegado a la bahía. Después de diecisiete años de pistas falsas, el FBI cerró el caso.

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Muchos de los datos conocidos fueron revelados por Allen Clayton West, quien debía fugarse con los otros presos, pero no lo logró.

Las conclusiones del FBI

El FBI estaba convencido de que los tres presos fugados no habían sobrevivido y estas fueron sus razones:

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1. Con las fuertes corrientes y el agua helada de la Bahía, las probabilidades estaban claramente en contra de estos hombres.

2. El plan, según el informante en la prisión del FBI, era robar ropa y un automóvil una vez en tierra. Pero nunca se descubrieron robos en la zona como éste a pesar de la naturaleza de alto perfil del caso.

3. Si los fugados recibieron ayuda, el FBI no logró demostrarlo. Era poco probable que las familias tuvieran los medios financieros necesarios para darle cobertura a los fugados.

4. Durante los 17 años en los que estuvo abierto el caso, no surgió evidencia creíble que sugiriera que los hombres estuvieran vivos, ni en los Estados Unidos, ni en el extranjero. Los archivos del FBI están llenos de cartas enviadas desde distintos puntos de Estados Unidos en las que se aseguraba que habían visto a alguno de los fugados, que ahora llevaban una nueva vida. Todas ellas eran callejones sin salida, pistas falsas.

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Sin embargo, en 2018 salió a la luz una carta supuestamente escrita por uno de los fugados, que la CBS de San Francisco dijo haberla obtenido en exclusiva de una fuente.

“Me llamo John Anglin. Me escapé de Alcatraz en junio de 1962 con mi hermano Clarence y Frank Morris. Tengo 83 años y estoy en mal estado. Tengo cáncer.” La carta fue enviada a la comisaría de Richmond del Departamento de Policía de San Francisco en 2013. No se pudo comprobar que era veradera.

El 21 de marzo de 1963, la prisión de Alcatraz cerró tras 29 años de funcionamiento, pero no por el supuesto escape con vida de los tres fugados sino porque la institución era demasiado cara para seguir funcionando. (I)