No se habla de otra cosa en la localidad de Capilla del Monte, de Córdoba, Argentina, que del matricidio registrado la tarde del miércoles 1 de febrero de 2023.

Duele el hecho de que una hija, Celeste Rodríguez, haya dado muerte a su madre enferma desde hacía dos años aproximadamente.

En este drama, que recoge la prensa argentina, resaltan y estremecen los mensajes que venía escribiendo Celeste, de 30 años, en Facebook sobre la situación que vivía y a la que decidió ponerle fin de la peor manera.

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María Rosa Ravetti vivía con Celeste, quien describió en sus impresionantes textos que la condición de salud de su progenitora la hacía ver a sus 59 años como si tuviera dos.

Los días y noches de Ravetti pasaban mientras ella estaba reducida a una cama. El otro hijo de la víctima abandonó la vivienda “hace meses” y el padre de las dos niñas de Celeste aparecía cada dos semanas.

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La asfixió, dijo a la Policía

La situación que enfrentaba la mujer, como reseña C5N citando sus posteos en Facebook, la superó y no supo ni contó con apoyo para que su realidad cambiara un poco. Estaba agobiada y “cansada de pedir ayuda”.

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Para segar la vida de su madre, “Celeste la asfixió con una almohada”, publicó Clarín el jueves 2 de febrero de 2023. Ese medio añadió que cometida la fatal acción, llamó a la Policía para confesar el matricidio.

“Espero que mis hijas estén bien”

Conocido el dramático caso salieron a la luz textos atribuidos a Celeste Rodríguez, subidos a su cuenta de Facebook. Además, se divulgó uno que habría dejado tras segar la vida de su madre.

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En ese mensaje, que cita C5N, es precisa: “Bueno. Pedí mucho tiempo ayuda. Nadie me ayudó. Nadie respondió. Espero que mis hijas estén bien. Que Dios me perdone”.

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“Necesito descansar”

En sus redes, Celeste dejó “señales” que lamentablemente se conocen en medio de esta dolorosa situación que no tiene vuelta atrás. Lo siguiente lo habría escrito días antes:

“Estoy tan cansada. Mental y físicamente. No poder vivir normal, ocuparme de mis hijas. Mí vieja re mil enferma porque es peor que una nena de 2 años. Mi hermano que se lavó las manos y se fue a la ciudad hace meses. El padre de mis hijas que las ve cada 15 días o quizás más”.

La gente promete ayudarme con mi mamá y sin embargo sigo sola. (...) Me va a dar un ACV, intento ser fuerte por mis hijas pero no doy más y nadie me ayuda. Porque m… yo sola me tengo que ocupar de ella cuando ella tiene a mí hermano y la familia que la crió”, agregó.

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Soy madre, padre, hija, enfermera, novia empleada, ama de casa. No doy más

“Todos se lavan las manos y me dejan todo a mí. Y sí soy fuerte, pero me canso. Necesito descansar. Harta de promesas que no se cumplen. ¿Qué hago? ¿dejo mi vida de lado de nuevo por alguien que no me cuidó? Si esto es vivir, pues ya no quiero”.

Necesito un día de paz

El matricidio llama la atención del país sureño y es una clarinada para todos de lo grave que puede llegar a ser la afectación de la salud mental, a la que la OMS pide atender con prioridad.

(I)

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