El presidente de Italia, Sergio Mattarella, decretó hoy la disolución del Parlamento y dio por terminada la legislatura tras la dimisión del primer ministro, Mario Draghi, y se espera ahora la fecha de la convocatoria de un adelanto electoral.

El jefe del Estado decretó hoy la disolución del Senado y de la Cámara de los Diputados, elegidos en marzo de 2018, tras reunirse con sus respectivos presidentes, Maria Elisabetta Alberti Casellati y Roberto Fico, según informó en un comunicado oficial.

El Gobierno de Mario Draghi, en funciones, deberá decidir esta tarde la fecha de los comicios generales, que será en el plazo de 70 días tras la disolución, por lo que se baraja la posibilidad de que tengan lugar en la segunda mitad de septiembre.

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Mattarella ofreció una breve declaración en el Palacio del Quirinal, sede de la Jefatura del Estado, en el que reconoció, con tono serio, que esta decisión es "siempre la última elección" sobre todo "ante los muchos e importantes deberes a los que hacer frente" hoy en día.

Entre estos deberes, el presidente urgió a gestionar situaciones como la inflación y proteger en particular a los más débiles, hacer frente a los últimos coletazos de la pandemia o contrastar “los efectos” de la invasión rusa de Ucrania.

Mattarella llamó a solucionar cuanto antes la crisis política para garantizar de forma "indispensable la cada vez más necesaria colaboración a nivel europeo e internacional", consciente del peso de su país en el continente como tercera potencia del euro.

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Pero también urgió a cumplir con los plazos establecidos en el Plan de Recuperación, con 191.000 millones de fondos europeos.

"Por esta razón espero, aún en el tono dialéctico intenso de la campaña electoral, una contribución constructiva en el interés superior de Italia", terminó, en referencia a la fuerte confrontación entre los partidos políticos.

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El adelanto electoral de esta legislatura, que debía concluir en marzo de 2023, se debe a la dimisión de Draghi, formalizada esta mañana ante Mattarella, aunque seguirá en funciones hasta la formación del nuevo Ejecutivo.

Imagen del primer ministro de Italia, Mario Draghi. EFE/EPA/FABIO FRUSTACI Foto: FABIO FRUSTACI

Draghi presidió una coalición de unidad nacional en los últimos 17 meses, desde febrero de 2021, cuando recibió el encargo de gobernar para gestionar la crisis de la pandemia tras la caída de su predecesor, Giuseppe Conte, líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S).

Su coalición estuvo apoyada por prácticamente todos los partidos del hemiciclo, de izquierda a derecha, excepto por los ultraderechistas Hermanos de Italia de Giorgia Meloni.

Sin embargo, decidió dimitir el pasado día 14 después de perder el apoyo del M5S, tras semanas de desavenencias por varios motivos, como un decreto contra la inflación y los recelos de la formación populista a seguir armando a la resistencia ucraniana.

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Aquel entonces el jefe del Estado rechazó la dimisión y emplazó a Draghi a saldar su crisis en el Parlamento, adonde acudió ayer, miércoles, con la intención de recoser su coalición y volver a sumar a todos los partidos para culminar la legislatura.

No obstante, lejos de recomponerla, asistió al abandono de otros dos socios importantes, la ultraderechista Liga de Matteo Salvini y Forza Italia (centroderecha) de Silvio Berlusconi, por lo que no ha tenido más remedio que renunciar hoy con carácter irrevocable. (I)