El 61,9% de los chilenos rechazó el proyecto de nueva Constitución para cambiar la vigente desde 1980, que si bien fue aprobada durante la dictadura de Augusto Pichochet, ha sido reformada en varias ocasiones.

Solo un 38,1% de los 13 millones de votantes apoyó la nueva propuesta de 388 artículos que _entre otros aspectos_ reconocía nuevos derechos en salud, aborto, educación, pensiones y medioambiente y consagraba una “plurinacionalidad” indígena.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, ferviente defensor de la propuesta progresista que fue rechazada, llamó a todas las fuerzas políticas a participar en diálogos para encauzar el camino constituyente.

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Tras conocerse los resultados, Boric envió un mensaje a la nación. “Como Presidente, recojo con humildad este mensaje y lo hago propio. Hay que escuchar la voz del pueblo”, indicó.

En todo caso, el mandatario izquierdista _que desde su ascenso al poder en marzo pasado ha visto caer su popularidad_, se comprometió de inmediato a impulsar un nuevo proceso constituyente que tocará a los legisladores dirigir. Según dijo, el “malestar sigue latente” y el país no lo puede ignorar, en referencia al estallido social de 2019.

Fotografía de la portada de un diario donde se informa del rechazo del plebiscito constitucional, hoy, en Santiago (Chile). EFE/Alberto Valdés Foto: Alberto Valdés

Pese al rechazo mayoritario del 4 de septiembre a la propuesta de nueva Constitución, hay que tomar en cuenta esto no necesariamente significa que los chilenos están conformes con la reformada Carta Magna de 1980. Esto debido a que en 2020 el 78% de la ciudadanía votó por un cambio constitucional.

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“Para iniciar el proceso de reforma que ahora ha terminado se alcanzó un gran acuerdo en el Congreso para introducir una enmienda a la actual Constitución que abriera una vía a su reemplazo por una nueva Constitución, pero nadie contempló que esa vía fracasara. Ahora hay que diseñar un nuevo camino y no va a resultar nada fácil”, consideró Gabriel Negretto, politólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, a BBC.

El artículo 142 de la actual Constitución, referido al plebiscito constitucional, señala que “si la cuestión planteada al electorado en el plebiscito ratificatorio fuere rechazada, continuará vigente la presente Constitución”.

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Tras el plebiscito, algunos partidos de derecha reafirmaron su intención de apoyar las reformas que comprometieron durante la campaña electoral. “Cumplimos nuestros compromisos y vamos a refrendar la voluntad de que el proceso constituyente continúa”, aseguró el senador Javier Macaya, presidente del ultracoservador partido Unión Demócrata Independiente (UDI).

Pero no toda la derecha estaría a favor de las reformas. Como el caso del excandidato a la presidencia José Antonio Kast, del Partido Republicano, quien consideró que “con su voto, millones de chilenos le han cerrado la puerta a este proceso constituyente que ha fracasado”.

Lo que se espera

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En todo caso, Boric llamó a las fuerzas políticas a “poner a Chile por delante”. Consideró que para atender las demandas reclamadas en las calles, “el Congreso Nacional (integrado en un 50% por la derecha) deberá ser el gran protagonista”.

Antes del referéndum, el joven mandatario _con base en los resultados de octubre de 2020_ había indicado que, de triunfar el rechazo, impulsaría la convocatoria de una nueva Convención Constituyente que elabore otro proyecto.

“Tiene que haber un nuevo proceso constituyente” –afirmó– que se prolongará por un año y medio más, y en el que “va a tener que discutirse todo de nuevo desde cero”, dijo en julio pasado el primer mandatario.

Varias personas caminan frente a una pared con información relacionada al plebiscito constitucional, en Santiago (Chile). La propuesta de una nueva Constitución en Chile y que fue llevada a plebiscito este domingo fue rechazada por el 62 % de los votantes. EFE/ Alberto Valdés Foto: Alberto Valdés

Otros escenarios que previamente se habían planteado en caso de ganar el rechazo, son la formación de una comisión de expertos que se encargaría de redactar un nuevo proyecto constitucional, sin tener que pasar por la elección y los debates de una nueva constituyente; o aplicar nuevas reformas a la Constitución de 1980.

Todas los sondeos daban por ganador al “Rechazo” a la nueva propuesta de Carta Magna, pero ninguno anticipó una gran diferencia, y tampoco se esperaba una alta participación, cercana al 80%. (I)