Más de 3.800 personas murieron por un devastador terremoto de magnitud 7,8 que sacudió la madrugada de este lunes el sureste de Turquía y el norte de Siria, y que se sintió incluso hasta en Groenlandia.

El temblor se sintió a las 04:17 (01:17 GMT) y se produjo a una profundidad de 17,9 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El epicentro se situó en el distrito de Pazarcik, en el sureste de Turquía, a unos 60 km de la frontera siria.

Se registraron unas cincuenta réplicas, entre ellas una de magnitud 7,5 que golpeó la zona nueve horas después, a cuatro kilómetros al sureste de Ekinozu.

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Fallas geológicas

El sismo de este lunes se produjo en lo que se conoce como la falla de Anatolia Oriental, una región que no había sufrido un sismo de magnitud superior a 7 en más de 200 años. En la zona covergen cuatro placas y microplacas tectónicas.

Turquía es, por su posición geográfica, un área de alta actividad sísmica. La mayor parte del país se encuentra ubicada sobre la placa de Anatolia, situada a su vez entre dos grandes plataformas, la euroasiática y la africana, y una tercera placa de menor tamaño, la árabiga. Esto provoca que varias fallas recorran el país, favoreciendo por tanto la posibilidad de que haya grandes temblores, detalla Europa Press.

La más peligrosa, donde coinciden las placas turca y euroasiática, recorre todo el norte de Turquía, pasando muy cerca de Estambul, ciudad que en 1999 tuvo alrededor de un millar de fallecidos, de los 17.000 que se registraron en todo el país, como consecuencia de un terremoto. De hecho, el temor recurrente de los expertos es que esta gran ciudad de Turquía pueda volver sufrir en algún momento un sismo potencialmente devastador.

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La colisión de la placa arábiga con Eurasia hacia el norte obliga a la placa de Anatolia a desplazarse hacia el oeste. Esto ocurre a un ritmo de unos dos centímetros al año. La fricción entre las fallas no es suave, sino que “la tensión se acumula localmente durante años o décadas hasta que las masas rocosas chocan entre sí en una sacudida repentina”.

La falla de Anatolia oriental y sus segmentos tienen una longitud de unos 700 kilómetros.La otra gran falla de Turquía es la de Anatolia Norte.

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Normalmente, los bloques en la placa de Anatolia oriental se desplazan a razón de 15 mm al año. Los terremotos de este febrero han llegado a los 5 metros de desplazamiento, lo que significa que en un día han avanzado lo que en 200 o 300 años sin terremoto.

Solo en el año 2022, Turquía registró más de 20.000 movimientos telúricos. De ellos, casi 130 superaron la magnitud 4 en la escala de Richter, mientras que uno superó el nivel 6, según datos de la agencia nacional de emergencias (AFAD) recogidos por los medios turcos.

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Qué se debe hacer durante un temblor

El sismo de este lunes _el más fuerte acaecido en Turquía desde 1939, cuando murieron 33.000 personas_, registra una alta cifra de víctimas mortales debido a su localización, la hora en que ocurrió, los lejanos antecedentes y unas medidas de seguridad poco rigurosas a la hora de construir.

La inmensa mayoría de las víctimas “quedaron atrapadas cuando se derrumbaron sus casas”, explicó Roger Musson, investigador del Servicio Geológico británico a AFP, quien agregó que los métodos de construcción “no eran realmente adecuados para una área proclive a grandes sismos”. (I)

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