David Koresh, oriundo de Houston y cuyo nombre era Vernon Wayne Howell, pasó a la historia como el fanático religioso de la secta de los davidianos.

Fue quien convivió con decenas de seguidores en una granja (rancho) en Waco (Texas, Estados Unidos), donde se registró un verdadero infierno hace tres décadas.

TN sobre Koresh dijo, esta semana, que lo ubican en la historia como el perverso que fundó una secta y mató a más de 80 personas. Sobre la cifra de decesos, hay informes diversos.

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Lo tildaron de pedófilo. Quienes lo describen enfatizan que Koresh era “un líder que tenía relaciones sexuales con chicas menores de edad”.

Un perturbado, que “controlaba mentalmente a quienes lo seguían, sean de la edad que fuesen”, le pegaba con látigos a los más débiles, los niños, y “acumulaba armas de fuego”.

Situación en Waco

El pasado 19 de abril se cumplieron 30 años de “El Asalto a Waco”, definida como “una intervención policial que se alargó por 51 días”, en la que estuvieron involucradas la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego y Explosivos (ATF) y el FBI.

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Todo inició, recuerda El Diario NY, “cuando esas agencias supieron que una secta religiosa de tendencias apocalípticas, instalados en un complejo conocido como Monte Carmel, acumulaban un injustificable arsenal de armas largas”.

Se hablaba de un centenar de personas, que se hacían llamar davidianos, que seguían a David Koresh, “un experto en estudios bíblicos con inclinaciones mesiánicas”.

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Ya en febrero del mismo año se había registrado “el primer intento por incautar las armas y detener a Koresh”. En esa acción, en medio de una balacera cayeron muertos cuatro agentes de la ATF y seis davidianos.

Ese tiroteo se extendió por más de dos horas.

El asedio a la secta de los davidianos

La granja fue rodeada, sitiada. Cerca de mil agentes del FBI se acercaron al rancho. La idea era negociar.

El asedio fue por 51 días. “David Koresh respondía a los negociadores con versículos e interpretaciones de la Biblia, amenazaba con actos violentos y al mismo tiempo aseguraba que los miembros de la secta no tenían intenciones suicidas”, explica Mens Health.

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“Después de varias semanas, los autoridades lograron que una treintena de miembros fueron intercambiados por provisiones (...)”, agrega.

Las ideas para lograr que Koresh se entregara eran varias. “Les cortaron la electricidad y colocaron altavoces con cantos tibetanos”. Nada lo hizo salir.

El Domingo de Pascua, el 11 de abril de 1993, según TN, “Koresh había escrito una profecía en la que aseguraba que su grupo sería asaltado en la semana de Pascua pero que él y sus discípulos resucitarían y establecerían el Reino de Dios en la Tierra”.

El mundo marcó la fecha del 19 de abril de 1993. En Waco, una ciudad del condado de McLennan en Texas, el FBI, en horas de la mañana, “lanzaron gases al interior del complejo para obligar a Koresh, y a su gente a rendirse, pero en lugar de eso un incendio terminó con Monte Camel y con la vida de más de 70 davidianos”.

Vehículos blindados y helicópteros tiraron gas lacrimógeno inflamable y en menos de media hora, la edificación estaba envuelta en llamas con los integrantes de la secta

TN describe llegada del FBI

Se asegura que nueve miembros de la secta escaparon de las llamas. Entre los muertos estaban 25 niños y Koresh.

A los bomberos se les hizo difícil el combate de llamas: no había agua. Ese servicio también había sido cortado en el rancho, se recuerda a tres décadas de la masacre de Waco.

El líder de los davidianos

Cuando nació Koresh su madre tenía 15 años; el papá, 20. Este dejó la casa cuando el niño tenía dos meses.

Hurgando en ese pasado., TN señala que la progenitora halló nueva pareja, pero era “alcohólico y golpeador”. Infobae apunta que el niño se crió con la abuela y que la madre volvió a aparecer en su vida cuando Koresh tenía 7 años.

Koresh llegó a relatar que a sus 8 años fue violado en masa por un grupo de hombres. Tiempo después, entró en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, pero lo expulsaron “por acosar a la hija del pastor”.

David Koresh tuvo como esposa a Rachel y nació Cyrus. El hombre decía que era el nuevo mesías y que su semilla era “pura”, por lo que mantuvo un harem de 15 mujeres con quienes tuvo hijos, divulga Infobae.

“Abusó de Karen Doyle, una chica de 14 años y la tomó como su segunda esposa. Pocos meses después, se acercó a Michele Jones, de 12 años y hermana de su primera mujer Rachel”.

Llegó a decir “que tenía derecho a tener 140 esposas: 60 mujeres serían reinas y 80 concubinas”.

Los momentos de delirio lo sobrepasaron. Desde los 22 años se había marchado a Waco y se unió al grupo de los davidianos. La trágica historia estaba por escribirse. (I)

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