Este jueves la Comisión Europea condenó “en los términos más enérgicos” y pidió que se detengan “inmediatamente” los actos de violencia en Irlanda del Norte, donde los disturbios de las últimas siete noches, sobre todo, en la capital, Belfast, han causado cuantiosos daños y heridas a medio centenar de policías.

"Condenamos en los términos más enérgicos posibles los actos de violencia que han ocurrido en Irlanda del Norte durante los últimos días. Nadie tiene nada que ganar con esto", declaró el portavoz jefe de la CE, Eric Mamer, durante la rueda de prensa diaria de la institución.

Además, pidió a todos los implicados en los disturbios "abstenerse inmediatamente de realizar estos actos violentos".

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El exnegociador de la Unión para el Brexit, Michel Barnier, también condenó los disturbios y recalcó que la violencia "nunca es una solución".

"Apoyo total a las autoridades y líderes políticos para apaciguar las tensiones y restablecer la calma", escribió el político francés en Twitter.

Desde el pasado viernes, decenas de personas protagonizan cada noche en áreas protestantes de la región actos de vandalismo y enfrentamientos con las fuerzas del orden, que culminaron el miércoles con el secuestro e incendio de un autobús urbano en Belfast y la agresión a un fotógrafo de prensa.

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La tensión ha ido aumentado en Irlanda del Norte desde la entrada en vigor en enero de las nuevas condiciones del Brexit, con el establecimiento de una frontera comercial entre la región y el resto del Reino Unido.

La comunidad protestante-unionista considera que esa división pone en peligro la relación de la provincia con Londres, sobre todo, ahora que los partidos nacionalistas-católicos han redoblado sus esfuerzos para avanzar en el objetivo histórico de la reunificación de las dos Irlandas.

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Asimismo, el descontento de los unionistas alcanzó su punto álgido la pasada semana, después de que las autoridades decidieran no tomar medidas contra varios políticos del Sinn Féin, antiguo brazo político del inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), por haber asistido a un funeral el pasado junio a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia de la COVID-19.

Una hoja de ruta

Por otro lado, el pasado 26 de marzo la Comisión Europea aseguró que esperaba "en los próximos días" que el Reino Unido le remitiera su plan de acción para implementar las normas y requisitos del protocolo para Irlanda e Irlanda del Norte dentro del acuerdo del Brexit que aún no se han cumplido del todo, por lo que Bruselas ha abierto un expediente a Londres.

Este jueves, la Comisión confirmó la recepción del documento el 31 de marzo y aseguró que lo está analizando.

"Dijimos que el Reino Unido debe proporcionar una hoja de ruta creíble con resultados e hitos claros sobre la implementación del protocolo. Puedo confirmar que el 31 de marzo recibimos un documento del Reino Unido denominado 'Proyecto del programa de trabajo de la UE y el Reino Unido'. Estamos ahora analizando eso", declaró el portavoz comunitario Daniel Ferrie.

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Agregó que Bruselas y Londres mantienen en la actualidad contactos técnicos.

Recordó que el protocolo irlandés se acordó para "proteger la paz y estabilidad en Irlanda del Norte, proteger el acuerdo de paz del Viernes Santo, proteger la cooperación entre el norte y el sur, evitar una frontera dura".

"Ahora hace falta implementarlo (el protocolo) de manera conjunta por las dos partes. La Unión Europea está preparada para encontrar soluciones rápidas y pragmáticas en el marco del protocolo", aseveró.

El 3 de marzo, de forma unilateral y sorpresiva, el Gobierno británico anunció que, sin tener en cuenta lo pactado, el 1 de abril no aplicaría controles aduaneros y fronterizos a las mercancías desde Gran Bretaña con destino a la provincia británica de Irlanda del Norte y que los aplazaría seis meses, hasta el 1 de octubre. (I)