Una delegación estadounidense sostuvo conversaciones con el presidente venezolano Nicolás Maduro durante una visita a Caracas el fin de semana, informaron el lunes los gobiernos de ambos países.

La Casa Blanca, que desconoce a Maduro como presidente tras tachar de fraudulenta su reelección en 2018, indicó que el tema de la energía estuvo sobre la mesa, en un momento en que Estados Unidos busca reducir sus importaciones de petróleo de Rusia, un aliado clave de Venezuela, tras la invasión de Ucrania.

“El propósito del viaje que realizaron los funcionarios de la administración fue discutir una variedad de temas que incluyen ciertamente energía, seguridad energética”, declaró en rueda de prensa la portavoz del gobierno de Joe Biden, Jen Psaki.

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Según el New York Times, la reciente visita a Caracas de altos funcionarios del Departamento de Estado y la Casa Blanca responde al supuesto interés de Washington de reemplazar parte del petróleo que le compra actualmente a Rusia con el que dejó de comprarle a Venezuela.

El Wall Street Journal informó de pedidos de inversores al gobierno de Biden para poder volver a comprar crudo venezolano.

Oposición estadounidense

Pero para el senador republicano Marco Rubio, eso sería cambiar el petróleo de “un dictador asesino con petróleo de otro dictador asesino”. “Que Biden organice reuniones secretas con el narcoterrorista Maduro sin siquiera informar a los venezolanos que han sufrido y arriesgado todo oponiéndose a Maduro es una vil traición”, tuiteó el lunes.

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Para Mariano de Alba, experto sobre Venezuela en el International Crisis Group, pensar que en un plazo muy corto Maduro abandone a Putin y se acerque a Estados Unidos “es bastante irrealista”, explicó a la AFP.

Psaki no precisó quiénes integraron la delegación del gobierno de Biden, pero trascendió que incluía a Juan González, director para las Américas del Consejo de Seguridad Nacional de Biden; a Roger Carstens, enviado presidencial especial para asuntos de rehenes; y a Jimmy Story, embajador de Estados Unidos en Venezuela, basado en Bogotá.

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Maduro confirmó la noche del lunes la reunión, que calificó de “respetuosa, cordial y diplomática” sin entrar en detalle de los temas abordados.

“La hicimos en el despacho presidencial”, señaló en una alocución por televisión. “Ahí estaban las dos banderas bonitas, unidas como deben estar las banderas de Estados Unidos y Venezuela, tuvimos casi dos horas conversando”.

Por el gobierno venezolano participaron Maduro; su esposa, Cilia Flores; y el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez.

Sin relaciones diplomáticas

Venezuela no tiene relaciones diplomáticas con Washington desde 2019 cuando, en su lugar, reconoció como presidente encargado al dirigente opositor Juan Guaidó e impuso una batería de sanciones a Caracas en pos de forzar la salida del líder chavista.

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Las medidas incluyen un embargo vigente desde abril de 2019 que impide a Venezuela negociar su crudo -que representaba 96% de los ingresos del país- en el mercado estadounidense. Desde entonces, Maduro recibió un fuerte apoyo de Rusia para poder seguir exportando petróleo a pesar de las medidas punitivas. (I)