La noche de este jueves, tres misiles impactaron en el aeropuerto de Bagdad, donde se encuentra una base militar con soldados estadounidenses, último episodio de las tensiones entre Irán y Estados Unidos en Irak, atrapado entre sus dos aliados.

Los proyectiles alcanzaron la sección de la base aérea en la que hay tropas iraquíes, que comparten ese espacio con soldados norteamericanos en el marco de la coalición antiyihadista que opera en Irak, precisó a la AFP un responsable de los servicios de seguridad.

Según esta misma fuente, un soldado iraquí resultó herido.

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Es el segundo ataque con misiles contra soldados estadounidenses en Irak en menos de una semana. El domingo, cinco misiles impactaron en otra base aérea en el norte de Bagdad, donde resultaron heridos tres soldados iraquíes y dos subcontratistas extranjeros.

Ningún grupo reivindicó, de momento, el ataque del jueves, aunque Estados Unidos suele acusar a facciones afines a Irán, archienemigo de Washington, de atacar a sus tropas y a sus diplomáticos en Irak.

En total, se han contabilizado una veintena de ataques con misiles o bombas contra intereses estadounidenses en Irak tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca a finales de enero y que se suman a las decenas registrados desde el otoño de 2019 con la administración de Donald Trump.

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A mediados de abril, los ataques dieron un paso más allá. Por primera vez, las facciones iraquíes pro-Irán realizaron un ataque con dron suicida contra un cuartel general de los estadounidenses en el aeropuerto de Erbil, en el Kurdistán iraquí (norte).

Tensiones por programa nuclear iraní

Dicho ataque tuvo lugar en pleno periodo de tensiones entre Washington y Teherán sobre el programa nuclear iraní.

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En los ataques, dos subcontratistas extranjeros, otro subcontratista iraquí y ocho civiles iraquíes perdieron la vida.

Los disparos son a veces reivindicados por grupúsculos oscuros, que según los expertos, son en realidad marionetas de grupos armados pro-Irán que operan desde hace años en el país, a juzgar por los discursos de sus líderes que amenazan regularmente con “golpear más seguido y más fuerte” a los 2.500 soldados estadounidenses que todavía quedan en Irak.

El 7 de abril, Washington y Bagdad reanudaron su “diálogo estratégico” que debe definir un calendario de retirada de la coalición internacional que llegó al país para combatir al grupo yihadista Estado Islámico (EI) en 2014.

Aunque las dos partes aseguran estar de acuerdo sobre el principio, su puesta en marcha podría, no obstante, durar años, aseguran representantes de ambas partes.

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La República Islámica de Irán y Estados Unidos, enemigos jurados, tienen presencia o aliados en Irak.

Irán cuenta con el apoyo, entre otros, del Hashd al Shaabi, una coalición de grupos militares integrados en el Estado.

El gobierno iraquí de Mustafa al Kazimi, que tiene un sesgo más proestadounidense que su predecesor, está amenazado regularmente por los proiraníes.

Siempre que hay un ataque mortífero, Washington promete hacer pagar un alto precio a Irán.

En enero de 2020, la espiral de violencia estuvo a punto de degenerar en un conflicto abierto en Irak, a raíz del asesinato con un dron estadounidense del poderoso general iraní Qasem Soleimani en Bagdad, en respuesta a la muerte de estadounidenses en el país. (I)