Unas 980.000 personas que viven en los cuatro departamentos de Haití más afectados por el terremoto del 14 de agosto corren el riesgo de pasar hambre este invierno, alertó el jueves la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

El terremoto destruyó toda la infraestructura para la producción agrícola y la distribución de alimentos -mercados, carreteras, almacenes, lecherías, sistemas de riego-, y la situación se empeoró con la tormenta Grace pocos días después del sismo.

En el sur del país sacudido por el terremoto, “se espera que unas 980.000 personas sufran inseguridad alimentaria severa (fase 3 o superior en una escala de 5) entre septiembre y febrero de 2022, incluyendo 320.000 en fase 4 (emergencia)”, señala la FAO en un documento de síntesis elaborado por quince agencias de la ONU y oenegés internacionales, en el que se hace un balance del estado de la seguridad alimentaria del país.

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La agencia de la ONU quiere ayudar a los haitianos antes de que comience la próxima temporada agrícola en octubre, distribuyendo semillas, equipos agrícolas o ganado, y ayudando a reconstruir las infraestructuras dañadas (canales de riego, plantas de procesamiento de frutas, lecherías o pescaderías).

Para ello, la FAO solicita 20 millones de dólares para ayudar a unas 32.000 de las familias rurales más afectadas (160.000 personas).

Haití, que ya es uno de los países más pobres del mundo, se encuentra en una zona sísmica. El anterior terremoto, en 2010, mató a más de 200.000 personas y devastó la economía del país.

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El terremoto del 14 de agosto en la península sur de la isla causó la muerte de más de 2.200 personas. (I)