La gran ola de contagios que vive el mundo debido a la variante ómicron del coronavirus ha provocado un incremento vertiginoso de las pruebas y en algunos casos esto ha ocasionado escasez de algunas.

En este escenario, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) pidió esta semana el uso ‘racional’ de las pruebas y desaconsejó las caseras, pero otros expertos las valoran.

“(Se debe dar) prioridad a los casos sospechosos, es decir, individuos sintomáticos captados en los diferentes niveles de asistencia”, dijo Sylvain Aldighieri, gerente de incidente para COVID-19 de la OPS.

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A las personas asintomáticas que hayan estado expuestas al COVID-19, o creen haberlo estado, les aconsejó mantenerse en cuarentena “cuando sea posible”, y que sigan medidas de distanciamiento, uso de mascarillas y evitar reuniones para que otros no se enfermen.

Josefina Coloma, epidemióloga e investigadora de la Universidad de Berkley, comenta que ya estamos todos familiarizados con los términos pruebas para COVID-19, como las moleculares, antígeno, anticuerpos, pero dentro de ellas hay una gama de tipos de pruebas, lo que causa confusión en cuanto a su uso y cuándo aplicárselas. Esto se complica por la escasez de pruebas a nivel global por la demanda actual.

Son importantes pruebas vacunación, refuerzo, mascarillas y ventilación.

Gabriel Trueba, del Instituto de Microbiologia de la Universidad San Francisco de Quito, dice que en caso de estar en contacto con un infectado, sin mascarilla, por unos 15 minutos y en un lugar cerrado, uno podría asumir que está infectado y debería esperar aislado una semana para realizarse una prueba.

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Añade que la prueba de antígeno ayuda a saber si una persona está positiva unos dos días antes de presentar síntomas. Mientras que la PCR podría detectarlo un día más antes por su sensibilidad al ARN del virus, pero luego de los síntomas podría seguir saliendo positivo por un tiempo en casos raros.

Respecto a las pruebas rápidas o caseras, los especialistas afirman que son útiles, aunque hay que tener certeza de su origen.

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“En varios países como Alemania, Reino Unido, países nórdicos, estas cuestan entre

$ 1 y $ 3 o son gratis y se entregan a las familias para el automonitoreo. Esta semana en EE. UU. comenzó un programa para la entrega gratuita de cinco tests por familia a la semana”, cuenta Coloma, quien añade que antes de iniciar clases de colegio o universidad después del feriado todos los chicos tienen que hacerse esta prueba.

Piensa también que esta es una forma de empoderar a las personas y educar en la manera de usarlas, como es aislarse si hay síntomas y repetir en dos días si es negativo. Cree que en los siguientes meses habrá un giro global a su uso. (I)