De ganar el Sí en el referéndum que impulsa el gobierno de Guillermo Lasso, se modificaría la forma actual de calcular el número de integrantes en la Asamblea Nacional.

La pregunta 4 plantea: “En la actualidad, la Asamblea Nacional está integrada por 137 asambleístas y se estima que, con el censo poblacional del 2022, este número ascienda aproximadamente a 152 asambleístas. ¿Está usted de acuerdo con reducir el número de asambleístas y que se los elija de acuerdo a los siguientes criterios: 1 asambleísta por provincia y 1 asambleísta provincial adicional por cada 250.000 habitantes; 2 asambleístas nacionales por cada millón de habitantes; y 1 asambleísta por cada 500.000 habitantes que residan en el exterior, enmendando la Constitución de acuerdo con el anexo 4?”.

En la Constitución actual la fórmula es la siguiente:

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1. Quince elegidos en circunscripción nacional;

2. Dos por cada provincia o distrito metropolitano, y uno más por cada 200.000 habitantes o fracción que supere los 150.000, de acuerdo con el último censo nacional de población;

3. Las circunscripciones especiales del exterior elegirán un total de seis asambleístas distribuidos así: dos por Europa, Oceanía y Asia, dos por Canadá y Estados Unidos y dos por Latinoamérica, el Caribe y África; y,

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4. Cada una de las regiones elegirá dos representantes a la Asamblea.

Estas son las preguntas del referéndum impulsado por el gobierno de Guillermo Lasso

Es decir que se eliminaría la cifra fija de legisladores nacionales y se elegirían dos por cada millón de habitantes; se elegiría solo uno fijo por provincia y otros por cada 250.000 habitantes; y uno por cada 500.000 ciudadanos que residan en el exterior, quitando los seis fijos. Se eliminarían los representantes de los distritos metropolitanos (solo existe el de Quito) y de las regiones (aunque esto último no se estaba aplicando porque este nivel de división territorial no se ha implementado aún).

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Actualmente hay 137 asambleístas, cifra que se calculó con base en el censo de población del 2010, según el cual éramos 14′483.499 ecuatorianos. Son 15 nacionales, 115 provinciales y 1 adicional por el Distrito Metropolitano de Quito; y 6 del exterior.

Según las proyecciones del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC), actualmente somos más de 18 millones de personas. El total real se conocerá con el censo de población y vivienda que se desarrollará a partir de octubre próximo de manera virtual y presencial.

Con esa cifra, aplicando la fórmula vigente, para el 2025 se elegirían más de 150 asambleístas.

Pero si la ciudadanía se pronuncia a favor de la reforma que propone el régimen, con los ajustes del censo del 2022, los nacionales sumarían 36 y los provinciales 84.

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El número de legisladores por los ecuatorianos el exterior deberá determinarse en función del registro poblacional que entregue el “organismo rector en materia de movilidad humana”, es decir la Cancillería, según lo establece el anexo de la pregunta. Para los comicios del 2023 están empadronados 409.250, según el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Es decir que habría al menos 120 legisladores: 17 menos que los actuales.

En la presentación que hace el Gobierno ante la Corte Constitucional habla de 116 legisladores, pero con base en la proyección de habitantes del 2020 del INEC; alrededor de 17,4 millones.

Se va de vacaciones una Asamblea que en los últimos meses fue escenario de disputas por el poder

El exlegislador socialcristiano Henry Cucalón opina que la propuesta busca aglutinar el rechazo que se tiene a la labor de los asambleístas, vía reducción de los mismos. Pero “si bien se respeta la proporcionalidad, es decir el peso poblacional, no necesariamente conllevará a mejorar la calidad de la representación”.

“La calidad de la representación es un problema cultural y de los partidos políticos, no de la forma de composición del órgano legislativo: falta de democracia interna en las organizaciones; política caudillista, donde buscan seguidores, no cuadros, adhesiones sin liderazgo; se escogen candidatos al Parlamento sin formación alguna, ojo no digo instrucción alguna, como fichajes de último momento, como si fueran clubes deportivos... Hace falta pedagogía para comprender la importancia y peso del órgano legislativo dentro de una democracia; por eso antes quienes querían ser líderes o candidatos a presidentes pasaban por el Congreso, ahí se forjaban”, reflexiona.

Para el analista político Wilson Benavides, esta pregunta y otras dos relacionadas al sistema de partidos políticos y a las facultades de la Asamblea Nacional para elegir a las autoridades de control, responden a la interacción del Ejecutivo y el Legislativo, que se ha caracterizado por las pugnas y amenazas.

Señala que la pregunta 4 “suena vendible” desde el punto de vista marquetero por la baja estima en que la ciudadanía tiene a la Asamblea, pero “a nivel operativo cae en el ‘gatopardismo’ o sea cambiar todo para que nada cambie”. “Haciendo un análisis grosso modo de la fórmula planteada, quedaría un Parlamento muy similar al actual, con unos 120 asambleístas, o sea todo cambia y nada cambia”, indica.

Benavides considera que habría sido mejor plantear cambios en la calidad de la representación, “lo que habría pasado por poner una serie de requisitos para ser candidato a asambleísta”.

A la expresidenta del CNE, Nubia Villacís, le parece “oportuna y adecuada” la reforma en este tema. “Si se dilata más, en las siguientes elecciones tendremos más legisladores y existe mucho desgaste institucional en la Asamblea como para que esto ocurra”.

Pero señala que se debería perfeccionar algo más la diferenciación entre los nacionales y los provinciales, porque los primeros deben esforzarse más para ganarse el voto de todo el país mientras que los segundos solo recorren sus jurisdicciones.

La exconsejera cree, además, que debe precisarse cómo se calculará el número de ecuatorianos que residen en el exterior porque se corre el riesgo de que no exista representación de este grupo. (I)