La Conferencia Episcopal del Ecuador convoca a todo el pueblo católico a participar en una jornada de oración este domingo 6 de noviembre en todas las parroquias, capillas, oratorios y hogares cristianos a nivel nacional, para elevar una plegaria por el país ante la escalada de violencia que experimentó en los últimos días en provincias como Guayas, Esmeraldas y Santo Domingo.

“Como pastores de la Iglesia católica, con el corazón herido por la violencia que busca apoderarse de nuestra sociedad, pero sobre todo con la certeza de que somos un pueblo de hermanos, que hemos sabido siempre unirnos para combatir a los verdaderos enemigos del presente y del futuro”, la CEE extendió su llamado a todas las comunidades cristianas, actores sociales y políticos, mujeres y hombres que habitan en el Ecuador y a los responsables de esta violencia: hombres y mujeres criminales.

La CEE asegura: “Es hora de la unión nacional, de reconstruir el pacto social que nos une y combatir a ese enemigo común que es el crimen organizado, el tráfico de drogas, la delincuencia, la inseguridad, que buscan destruir el tesoro más valioso que tenemos, nuestros niños y jóvenes, y que encuentran terreno fértil en una sociedad en la que lastimosamente la pobreza y la desigualdad parece no tener fin”.

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Además, en su misiva, la Conferencia expresó su solidaridad con quienes han perdido a una persona querida, víctima de la violencia asesina de estos días en las calles, en las cárceles, civiles y policías.

“Su dolor y sus lágrimas son el dolor y las lágrimas de cada ecuatoriano. Rezamos por todas las víctimas del narcotráfico, la delincuencia, la inseguridad, la corrupción, la injusticia y la marginalidad”.

Asimismo, extendió un agradecimiento a los miembros de las fuerzas del orden que están velando por la seguridad del país, arriesgando su propia vida.

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“Gracias a quienes cumpliendo su deber, a riesgo de su propia vida, nos muestran que la paz triunfará. Queremos compartir con todos ustedes una esperanza, y es esta: que el sentido de fraternidad poco a poco triunfe sobre la división, en todas las conciencias y corazones... solo desde allí podremos curar, volver a sanar los comportamientos, las relaciones, las decisiones, el tejido social, de modo que la justicia y la paz ganen espacio, se amplíen, se arraiguen, y ocupen el sitio de la iniquidad y la violencia”, subrayaron.

La oración que invita a elevar la CEE es la siguiente:

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Oración por el Ecuador

Dios omnipotente y misericordioso, Señor del Universo y de la historia humana. Todo lo que has creado es bueno, y tu compasión por el hombre, que te abandona una y otra vez, es inagotable.

Venimos hoy a implorarte que ampares al Ecuador y a sus habitantes con la paz, alejando de él el destructivo oleaje de la violencia, restaurando la amistad y derramando en los corazones de tus criaturas el don de la confianza y la prontitud para perdonar.

Dador de la vida, te pedimos también por todos los que han muerto, víctimas de los brutales actos delictivos. Concédeles la recompensa y las alegrías eternas. Que intercedan por el Ecuador, sacudido por la angustia y las desgracias.

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Jesús, Príncipe de la Paz, te rogamos por los heridos en los ataques de bandas criminales: los niños y los jóvenes, las mujeres y los hombres, los ancianos, las personas inocentes y los que han sido agredidos por casualidad. Sana su cuerpo y el corazón, que se sientan fortalecidos por tu consuelo, aleja de ellos el odio y el deseo de la venganza.

Santo Espíritu Consolador, visita a las familias que lloran la pérdida de sus familiares, víctimas inocentes de la violencia y el narcotráfico. Cúbreles con el manto de tu Divina Misericordia. Que encuentren en ti la fuerza y el valor para continuar siendo hermanos y hermanas de los demás, testimoniando con su vida tu amor.

Mueve los corazones de los violentos para que reconozcan la maldad de sus acciones y vuelvan a la senda de la paz y el bien, el respeto por la vida y la dignidad de cada ser humano.

Dios, eterno Padre, escucha compasivo esta oración que se eleva hacia ti entre el estruendo y la desesperación del Ecuador. Llenos de confianza en tu infinita misericordia, confiando en la intercesión de tu santísima Madre, nos dirigimos a ti con gran esperanza, suplicando el don de la paz y pidiendo que alejes de nosotros el látigo de la violencia.

Por Jesucristo, nuestro Señor

Amén.