Por Sonia Yánez Blum (Twitter: @soniayanezblum)

Comunicarse hoy con los ciudadanos no tiene las reglas del pasado. Hablando de un pasado de hace un año. Somos parte de una relación tóxica entre medios tradicionales, la política y las redes sociales.

Hoy la trascendencia de un hecho y cómo es recibido por los ciudadanos se concibe a través de los contenidos que producen los usuarios en las redes sociales, los trends topics o niveles de búsqueda. La entrevista del presidente Guillermo Lasso con Carlos Vera la noche de este 12 de octubre de 2022 dejó bastante material de análisis.

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Ese contenido que se generará a través de comentarios, memes, videos cortos, bloopers o cadenas por WhatsApp marcan el ritmo de la agenda donde nos embarcamos comunicadores, ciudadanos y políticos.

Ya no nos importa qué se dijo, sino cómo se dijo, quién se equivocó, cuál ha sido el mejor meme o los audios que podemos viralizar a través de Tik Tok, según las respuestas brindadas. Así nos convertimos en mediadores de la realidad. Una realidad a la que los ciudadanos enfrentan desarmados.

¿Cuánto del contenido creado en formatos amigables como memes, reels o tiktoks es elaborado con una clara intención política? Mucho. Tanto, que al momento de lanzar un mensaje o participar de una entrevista, muchos comunicadores hoy en día están tras los momentos “memeables” y aquí el presidente nos regaló muchos.

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‘Al presidente Lasso no debe importarle un pito las encuestas que miden su gestión, ni ver los resultados como un ataque’

Hay algo preocupante: los distractores presentes en una entrevista tan extensa. Sean las frases o estilos confrontativos de la puesta en escena o el restar importancia de la labor de los medios o testimonios hacen que se pierda la intencionalidad.

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Al siguiente día -como es normal- publicaciones a favor y en contra sobre lo que les pareció la entrevista. La opinión sobre el presidente respecto a una postura confrontativa y firme -que pocos recuerdan- y que trata de establecer otro marco para su imagen.

Aquí una pista: “no me cuestione de una manera tan banal como lo hace en sus programas”, decía el presidente Lasso al entrevistador.

Y con ello, todos mirábamos, cómo los papeles se habían cambiado.

Fueron dos horas en vivo que -desde una mirada estratégica- fue demasiado, cuando tienes hordas de guerreros digitales a la caza de errores o lapsus que en esta entrevista quedaron para el recuerdo.

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Geografía, matemática, inglés, administración pública, cual examen oral de dos horas que nos hace indefensos ante errores si no tienes data confirmada. Y fue algo que ocurrió.

La colección de memes, videos satíricos desde las cuentas en redes sociales de una conocida funeraria de Guayaquil, hasta la aclaración en Ecuador Chequea participaron en la dinámica.

Los dos, comunicador y autoridad, se equivocaron sobre dónde queda ubicado el río Upano. Y las redes sociales deliraron sobre esta equivocación.



Los visibles errores en la gestión de la comunicación del gobierno más que su talón de Aquiles se han convertido también en el gran distractor de este periodo.

Estos gazapos distraen la atención, te dejan borrosas las líneas del mensaje principal, o quizás el gran mensaje era ese: ahora soy diferente.

Y así muchos expertos coinciden, como lo asegura Caroline Ávila en su cuenta en Twitter:

Esta entrevista fue un espacio donde la postura del primer mandatario cambió.

Mutó la forma, su postura al dar la entrevista.

Hablaba directamente a la cámara, mandaba mensajes directos a los ecuatorianos no sin antes decirle a su entrevistador: “Usted no lo sabe”.

“La gente que nos está escuchando, no sabe”.

Estos son los siete pecados de comunicación de Guillermo Lasso

“Usted déjeme hablar, para poderlo explicar, no me interrumpa”.

“Usted no ha descubierto la pólvora, ya he hablado sobre eso” (las acciones que se van a hacer en comunicación con el nuevo secretario a cargo).

Punto de quiebre en la percepción

Dos horas de una entrevista en vivo -con un primer mandatario- no son una oportunidad despreciable. Para un gobierno se convierte en un punto de quiebre que debe capitalizarse.

Luego del capítulo del teleprompter está al revés y remediar el anunciar un hecho no confirmado en el discurso central de la independencia de Guayaquil, su forma de salir del paso con ciertos temas fue distinta.

“No le voy a contestar eso porque es información reservada por temas de seguridad”. Era la forma como debía batearse la pregunta.

Cuando haces media training a un vocero lo más difícil es tener la conciencia de que -como entrevistado- decides qué responder y qué no.

Tienes la posibilidad de manejar tiempos y respuestas. En este caso, el presidente usó pausas, dijo que no, desmintió, increpó y calificó o descalificó constantemente las preguntas que le hacían.

“No hablemos del pasado, hablemos del futuro”, decía para cerrar los temas.

No, Carlos, de esto tampoco usted entiende nada”, al referirse a los microcréditos otorgados.

Y hubo momentos para el recuerdo. Como el “don’t worry” en tono burlón al corregir el cómo se pronunciaba el apellido Reagan en inglés.

¿Nació un nuevo Lasso?

Esa actitud canchera no se veía hace mucho tiempo. Rasgos de su personalidad salieron más a flote en la entrevista y le dieron la soltura necesaria para manejar el ritmo de las respuestas. Si eso alcanza, no lo sabemos.

El presidente Guillermo Lasso, durante la entrevista en vivo con Carlos Vera el 12 de octubre de 2022. Foto: Bolivar Parra

Ejemplos del uso de estrategias de media training estuvieron como cuando se iba a profundizar sobre las equivocaciones del presidente, Lasso estratégicamente, recuerda la “equivocación” de su interlocutor con un colaborador y le aconseja que se disculpe con Alonso. Sí, porque hasta Alonso estuvo invitado en la entrevista. Un buen gag para aligerar la tensión y reorientar las fuerzas.

En ese momento, perdimos la oportunidad de saber en qué más el presidente reconocía haberse equivocado. Punto para el presidente.

Otro momento interesante que sirvió para muchas publicaciones en redes sociales fue el ping-pong sobre inversión social, donde una boya salvavidas era lanzada para establecer que los pagos de sueldos son gastos corrientes, no inversión. Sin embargo, no valieron aclaraciones, más bien una sentencia:

“Carlos, usted no sabe nada de administración pública y sus opiniones no son válidas en este tema”. De esa misma frase, especialistas y burócratas hicieron mofa cual bumerán, aclarando que son dos conceptos diferentes.

Pero no termina todo ahí, una perla interesante: “Me importan un pito las encuestas” y es que lo lógico es creer que sí importa la opinión pública.

Si no importara, no se hiciera una entrevista en vivo de dos horas solo porque sí.

Solo una comparativa, la primera entrevista de este tipo hace un año. Más de 47.000 vistas en YouTube.

Y la más reciente arrojó 26.800 vistas en página de SEGCOM, ahora se consumen contenidos de forma más concreta, tal como el video resumen que se publicó en la cuenta de Instagram del régimen, donde se usó el cierre de la entrevista cuando hablaba directo a la cámara, justo el soundbite que necesitábamos para las redes.

“Esto es un teatro”

Esa frase no salió en un meme, sino de la boca del propio entrevistado que quiso fortalecer la postura de que “el Ecuador de las oportunidades es de aquel que usted, Carlos, no quiere hablar”, ese fue el eje del mensaje.

En pocas palabras, no hay buenas noticias del Gobierno porque nadie las publica. No son comprendidas las buenas obras por las personas porque a medios y periodistas no les interesa comunicarlos.

“Usted no lo sabe, Carlos, ni tampoco lo saben los ecuatorianos”, quizás olvidando que en las redes sociales y el contenido creado por los ciudadanos, -ese del que ahora parece se apoyará más en su estrategia- es el secreto de conectar con las audiencias.

Y ante ese negativismo de quién domina la agenda y el encuadre de lo que ocurre, vino una pregunta que responde el porqué del estilo, la entrevista y reacciones que se generaron en las diferentes plataformas:

Vera: Presidente, ¿va a hacer un relanzamiento de su gobierno?

Lasso: ¿Y qué es esto que estamos haciendo?