Desde el 8 de junio de 2009, el remplazo de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), que era parte del Consejo Nacional de Seguridad del Estado (Cosepe), por la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain) y luego el Centro de Inteligencia Estratégica (CIES) marcó la politización del servicio de inteligencia estratégica estatal.

Ante este direccionamiento de la inteligencia estatal, en campaña, el presidente Guillermo Lasso propuso eliminar el CIES. Sin embargo, ya en el poder, retrocedió en esa idea e inició con un proceso de reestructuración.

El 31 de mayo, siete días después de su posesión y durante la ceremonia de cambio de mando de la Casa Militar presidencial, el presidente Lasso manifestó que el objetivo de la creación del CIES y antes de la Senain fue tergiversado y “lastimosamente, luego se convirtió en una institución al servicio del Gobierno y sus intereses políticos, y también de los intereses del partido de gobierno, teniendo por objetivo espiar a opositores políticos, periodistas, líderes sociales y a cada ecuatoriano que disentía o pensaba diferente al Gobierno”.

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Gobierno de Guillermo Lasso anuncia la reestructuración del servicio de inteligencia del Estado

En los considerandos del Decreto Ejecutivo 1768 que propició la creación de la Senain y la reestructuración del Sistema Nacional de Inteligencia, el expresidente Rafael Correa señala que “para garantizar la seguridad pública y del Estado es necesario el concurso de la inteligencia como la forma más elevada de información requerida para decidir sobre asuntos vitales de conducción política y estratégica del Estado”.

Y que “el concepto de doctrina y seguridad nacional, sin perjuicio de la participación militar y policial, debe contar con una infraestructura que involucre al nivel político estratégico nacional, para apoyar a los procesos de toma de decisiones de los poderes y estamentos del Estado ecuatoriano, dentro de un sistema ecuatoriano de inteligencia”.

Con estos antecedentes, Correa remplaza a la DNI por la Senain, dispone que sea adscrita al entonces Ministerio Coordinador de Seguridad, ya no del Cosepe, donde estaban representados todos los poderes del Estado, y ordena que el titular de esa entidad, el secretario de inteligencia, sea directamente nombrado por el presidente de la República y tenga el rango de viceministro.

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Entre 2009 y 2018, la Senain manejó gastos especiales y reservados, bajo la tutela de la “seguridad nacional”; realizó operaciones de espionaje con la empresa Hacking Team; y, según denuncias de la oposición violó la privacidad de asambleístas y activistas políticos.

Senain compró paquetes de espionaje de Hacking Team para 3 años

En este periodo pasó por la dirección de la Senain Pablo Romero, quien fue declarado inocente en el Caso Caminito, pero sigue en prisión por el caso Balda: el secuestro del activista político Fernando Balda, en Colombia.

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En el 2018, cuando el expresidente Lenín Moreno suprimió la Senain, creó el CIES y mantuvo a la designación de la máxima autoridad de la institución dedicada a la inteligencia del Estado a cargo del Presidente de la República.

Bajo la administración de Moreno, él aseguró que, en la Presidencia, existía una cámara para espiar y que estaba directamente conectada al celular del exmandatario Correa.

Moreno también ordenó desclasificar documentos de la Senain sobre el secuestro de Balda y el caso del asesinato del general Jorge Gabela. Sin embargo, la estructura de inteligencia siguió siendo la misma que en los diez años de su antecesor.

Ni la Senain ni el CIES sirvieron para prever hechos como el 30S con la revuelta policial (2010), la crisis de la frontera norte con los asesinatos de civiles y militares (2018) o la paralización y movilizaciones de octubre (2019). Entonces, Moreno declaró: “Inteligencia falló”.

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Supuesta insurgencia se da entre fallas de inteligencia

Hasta el momento, Lasso también ha cambiado de directores del CIES, pero hasta ahora no se define la despolitización del aparato de inteligencia estatal. Primero le encargó al ministro de Defensa, Fernando Donoso; luego designó a Galo Robalino Valencia como director general, y finalmente el coronel Fausto Cobo, que estaba alrededor de dos meses al frente del Servicio Nacional de Atención Integral a personas privadas de la libertad (SNAI), fue designado para este puesto el pasado 27 de septiembre.

El coronel Mario Pazmiño, exjefe de Inteligencia del Ejército y analista de seguridad y defensa nacional, expresó que en el gobierno de Correa se siguieron las directrices de lo que proponen el Socialismo del Siglo XXI (SSXXI) y el Foro de Sao Paulo para la permanencia del “proceso revolucionario”: debilitar la estructura de la fuerza pública y cambiar el sistema de inteligencia. El sistema trabaja políticamente y tiene tres intereses: protección del caudillo político, el expresidente Correa; del partido político oficial, Alianza PAIS; y de la ideología del SSXXI.

Pazmiño asegura que el sistema de inteligencia sigue siendo un sistema político de la Presidencia, a través del CIES, y que la salida es que el Cosepe nombre una secretaría de coordinación y bajo esa secretaría esté una nueva DNI, que no sea el presidente quien la administre, sino el Cosepe, donde están todos los poderes del Estado.

“Eso es transparencia, así funcionaba antes, no había influencia gubernamental, todos controlaban que no exista una mala utilización de los recursos de inteligencia”, agregó.

El catedrático y experto en seguridad Fernando Carrión manifestó que uno de los problema de la inteligencia en el país es que está dispersa: Policía, Fuerzas Armadas, cárceles, y por eso es necesario e imprescindible que haya una sola instancia de inteligencia estratégica que trabaje los temas principalmente de seguridad ciudadana y narcotráfico.

Además, considera que la persona que esté al frente del organismo de inteligencia debe tener un vínculo directo con el presidente de la República que, además, preside el Cosepe, al que tienen que entregarle toda la información para tomar las decisiones de política de seguridad.

Pazmiño y Carrión coinciden en que Cobo no cumple con el perfil para estar al frente de la inteligencia estatal. Pazmiño señaló que Cobo no es un especialista en inteligencia y Carrión dijo que al frente del CIES debería estar una autoridad civil y no una autoridad militar “porque sino se va el sesgo hacia lo militar”.

Diario EL UNIVERSO buscó vía telefónica al coronel Cobo para que explique cuáles serán las líneas para la reestructuración del CIES, pero su celular estaba apagado y su personal de Comunicación explicó que la próxima semana podría hablar sobre inteligencia, porque en esta aún le ocupaba la crisis carcelaria. (I)