Desde el 2014, el rey Felipe VI es el jefe de Estado de España -un país con monarquía parlamentaria-, y en Latinoamérica es conocido porque desde hace tres décadas (tiene 53 años actualmente) se ha encargado de representar a su país en los cambios de mando de los presidentes de la región.

La primera vez en uno de Ecuador fue en 1996, cuando asumió el cargo Abdalá Bucaram. Antes de eso habían venido otros representantes, incluyendo su padre, el rey Juan Carlos, hoy rey emérito y autoexiliado en Emiratos Árabes Unidos.

Era común en estos actos políticos ver la figura espigada (mide 1,97 m) del ahora rey, en ese entonces príncipe de Asturias -uno de los títulos del heredero de la Corona española junto con los principados de Gerona y de Viana-, por lo que se lleva bastante bien con los líderes políticos de la región. Desde España se decía que era una forma de mantener los lazos.

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También estuvo en la ceremonia de los presidentes Jamil Mahuad (1998), Lucio Gutiérrez (2003), Rafael Correa (2007, 2009 y 2013). En la posesión de Lenín Moreno, en 2017, representó a España Ana Pastor, entonces presidenta del Congreso de ese país.

El entonces príncipe Felipe cuando estuvo en Ecuador en 2003 para la posesión de Lucio Gutiérrez. Foto: Archivo
Principe Felipe en Quito, 10 de agosto de 1996, foto archivo histórico. Foto: Archivo

Ahora, para la asunción de Guillermo Lasso al cargo de presidente del Ecuador, viene por primera vez ya como rey. Su última visita fue en mayo de 2013. Un año antes había estado de paseo con su esposa, la reina Letizia, para promover inversiones.

Su último encuentro con un mandatario ecuatoriano fue en 2019, cuando el presidente Lenín Moreno lo visitó en Madrid en el marco de una cumbre climática.

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Antes de ascender a rey, Felipe VI participó en 69 tomas de posesión, según El País. Miembros de su entorno han llegado a decir que la cercanía que ha tenido por tres décadas lo lleva a tener gran conocimiento de Latinoamérica.

Ya como monarca ha estado en la posesión de Luis Lacalle en Uruguay y de Luis Arce en Bolivia, ambas en 2020.

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Su misión era representar a su país y conversar con los mandatarios salientes y entrantes, así como con parte de la sociedad civil.

El primer viaje que tuvo con este fin a la región se dio en 1983. Tenía 15 años, cuando acompañó al entonces presidente del Gobierno de España, Felipe González, al aniversario 450 de la fundación de Cartagena de Indias (Colombia).

Luego de completar una maestría en EE. UU., país que visita con frecuencia, fue desde 1996 hasta 2014 el encargado de representar a España en las tomas de posesión en América Latina, recuerda el diario español La Vanguardia.

Tras convertirse en rey, la tarea pasó a su padre, pero por problemas de salud y polémicas del rey emérito, Felipe VI retomó hace un par de años el encargo en colaboración con el Gobierno de turno.

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En el aspecto de las relaciones exteriores, los reyes de España son una especie de embajadores y siempre deben ocupar esta tarea acorde a la política exterior que tenga el Gobierno de su país. (I)