Lucha contra la corrupción, medioambiente y fortalecimiento de la sociedad civil son las principales áreas en las que la Agencia para el Desarrollo Internacional para América Latina y el Caribe (Usaid, por sus siglas en inglés) enfocará su trabajo tras retornar al Ecuador en el 2019, por invitación del expresidente Lenín Moreno y que mantuvo la actual administración de Guillermo Lasso.

La Usaid terminó sus operaciones en el Ecuador en el 2014, durante el gobierno del expresidente Rafael Correa, un crítico del trabajo de las organizaciones no gubernamentales relacionadas con los Estados Unidos.

A mediados del 2019 se suscribió un memorándum de entendimiento entre la Usaid y el Gobierno nacional con el que retomó su trabajo. Con ello, se anuncia más inversión para proyectos sociales y ambientales.

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Para solidificar esa relación, el subdirector de la Agencia para el Desarrollo para América Latina y El Caribe, Peter Natiello, estuvo en Quito los últimos días y comprometió una inversión adicional de $ 19,8 millones.

En un breve diálogo con este Diario, Natiello adelanta cuáles son los ejes de trabajo, en los que se estima invertir un total de $ 60 millones.

Con el retorno de la Usaid al país, ¿qué evaluación hace del trabajo que ha venido desempeñando en estos dos primeros años?

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Después del convenio bilateral en el 2019 hemos restablecido nuestra presencia, nuestra alianza con el Ecuador, con la sociedad civil, con el sector privado y con las comunidades. Para nosotros es una alegría, pues tenemos una larga historia trabajando en este país. La invitación nos complació muchísimo, y hemos comprometido recursos a una agenda de desarrollo que bordea los $ 36 millones desde el 2019 hasta la fecha. Esos recursos nos ayudan a fortalecer nuestros lazos en temas como el fortalecimiento democrático, la protección del medioambiente y una agenda que permita apoyar en el cambio climático. En este tema, estamos diseñando proyectos que aporten en el manejo de sus bosques, su biodiversidad. Por ejemplo, queremos ayudar a las comunidades a vender bonos de carbón, con los que puedan generar ingresos sin tener que talar o tumbar árboles, sino generando cadenas de valor con un bosque vivo. Esas cadenas de valor son el ecoturismo, la producción de cacao, café… Es una propuesta que está en construcción.

¿El Gobierno ecuatoriano les ha planteado alguna necesidad específica de cooperación?

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Tenemos una relación muy fluida con el Gobierno, pues hay una alianza muy fuerte. Nos ha expresado el interés en un trabajo en temas de anticorrupción y apoyo para el medioambiente. En el primer tema, estamos dando apoyo para las mesas de debate, para que se sienten las bases para el trabajo, sobre todo acompañando con asistencia técnica. Seremos un acompañante, un aliado, y nuestro apoyo es con asistencia técnica.

Estados Unidos aumentó a $ 20 millones la inversión para proyectos de desarrollo en Ecuador

El trabajo de la organización se vio interrumpido por al menos cinco años, tras la terminación de los convenios en el 2014. ¿Cree que su ausencia tuvo algún impacto?

Estamos aquí por la invitación del Gobierno ecuatoriano. Hay muchas necesidades en todas partes del mundo, pero estamos contentos con la posibilidad de fortalecer esos lazos.

Como parte de su permanencia en el país, ¿hay un monto total que se proyecta destinar a las áreas de trabajo en las que ha mencionado que se enfocarán?

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El convenio que firmamos contempla cinco años de vida y una cooperación total por $ 62 millones. Actualmente, con los $ 36 millones que hemos comprometido, restarían alrededor de $ 30 millones, y con ello se puede hacer mucho.

QUITO (31-08-2022).- Peter Natiello, subdirector de la Usaid para América Latina y el Caribe. Carlos Granja Medranda / EL UNIVERSO Foto: Carlos Granja Medranda

¿Hay apertura para el trabajo con la sociedad civil? ¿Se ha pensado, por ejemplo, incluir a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) en los proyectos futuros?

Vemos con muy buenos ojos a la sociedad civil ecuatoriana y vemos que se ha fortalecido. Un ejemplo es la fundación Esquel, que en la pandemia por el COVID-19 nos apoyó para que las vacunas que donamos llegaran a la gente. Eso es un ejemplo de la fuerza que tiene la sociedad civil. Estamos contentos de trabajar con las comunidades indígenas; además, hemos trabajado con ellas por muchos años. Vemos como aliadas a las comunidades indígenas y estamos entusiasmados de poder trabajar con ellas. (I)