El presidente de la Corte Nacional de Justicia (CNJ), Iván Saquicela, en entrevista con Diario EL UNIVERSO señala que el país tiene claro que es el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) el responsable de tener un Consejo de la Judicatura (CJ) por más de diez meses indebidamente integrado y con un presidente temporal. Sostiene que hace diez meses ya anticipó que no existía la intención de designar al nuevo titular de la Judicatura.

Saquicela tiene claro que el Consejo de Participación ha incumplido la sentencia de la Corte Constitucional (CC) que ordenaba la designación a la brevedad posible del vocal que represente en el CJ a la Corte Nacional, y que a su vez sea quien presida ese organismo. Piensa que debe existir una sanción, pero aclara que es respetuoso de las decisiones que adopte el máximo organismo de control constitucional.

En mayo pasado usted advertía de la posibilidad de que se dé una nueva metida de mano a la justicia. ¿Se ratifica en ello hoy, luego de la decisión del CPCCS de no designar al nuevo presidente del CJ de la cuarta terna enviada?

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Lo advertí hace algunos meses atrás y expresé dos cosas: que era inminente una nueva metida de manos en la justicia y que no se va a nombrar al nuevo presidente del CJ. Hoy yo creo que eso se ratifica, se evidencia y lo puede constatar el país entero.

¿Por qué usted dice que el CPCCS se ha burlado del derecho al decir que no se alcanzó el consenso entre los vocales de la institución y que por eso no procedió a la designación?

Es una burla a las normas jurídicas, a los procedimientos, de la institucionalidad, de la democracia y, por sobre todo, una burla al país. Pero no solamente por este último acontecimiento irregular del CPCCS, sino por la conducta sistemática que ha tenido dicho Consejo para el nombramiento del presidente del CJ, que finalmente nunca se hizo. Recordemos que son cuatro ternas, y para cada una de ellas se pretextó algo. (...) Yo había dicho que es importante que esté debidamente estructurado el CJ, y ni siquiera respondió la Judicatura, sino que Hernán Ulloa respondió y dijo que el CJ estaba debidamente estructurado. Por eso es que esa primera terna fue retirada, porque nos iban a archivar el proceso administrativo de nombramiento. Ahí me suspenden, y siempre manifesté que esa suspensión y mi pretendida destitución eran, entre otras cosas, para evitar el nombramiento de la terna. (...) El pleno de la Corte Nacional tenía la certeza de que ahora sí no habría ningún pretexto, luego de casi diez meses, y el resultado fue que, sin siquiera haber dado trámite a las impugnaciones, es decir, no existe motivo para que sean descalificados, sencillamente dice que no hay consenso. Pueden imaginarse que el presidente de la República o un tribunal diga que no hay consenso y por eso no podemos ni condenar ni absolver. Ese es un argumento grosero, burdo e irrespetuoso, y además no es jurídico.

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¿Quién no quería nombrar al nuevo presidente de la Judicatura: el presidente del CPCCS, Hernán Ulloa, o el Consejo de Participación?

El CPCCS, naturalmente, presidido por Hernán Ulloa; y ahora más que nunca porque, si se observa este último proceso, es decir, me refiero a la cuarta terna, cabalmente es por la abstención de voto de Hernán Ulloa. Eso es lo que impide nombrar. ¿No les parece una burla que se diga que son brillantes, excelentes magistrados; “no podemos dejar de felicitarles —se dijo—, pero no los vamos a nombrar porque no tenemos los votos para nombrarles”?

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¿Cree que el intentar dejar en entredicho que fuera el presidente de la CNJ quien escogiera y enviara la terna, en lugar del pleno del organismo, fue un hecho que, más que buscar que los candidatos fueran de consenso en el interior de la CNJ, tenía como objetivo dividir al organismo y generar una pugna?

Yo creo que se pretendió dejar en entredicho, pero no se logró, porque quedó en claro que es atribución del presidente de la CNJ. Creo que se pretendió poner en discordia e introducir elementos de la política. Por ventaja, creo yo, no se logró. Tenemos una CNJ en pleno que está unida en defensa del derecho y la institucionalidad. (...) El pleno está unido en defensa del sistema de justicia, pero además es un pleno indignado, dolido por lo que ha acontecido por varios meses. Por primera vez en la historia del país tenemos un CJ que no está ni debidamente estructurado ni presidido por quien le corresponde presidir: un delegado de la terna enviada por el presidente de la CNJ.

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Hay quienes dicen no entender cuál es el problema de tener un presidente temporal en el CJ. ¿Cómo se dimensiona en la práctica el no tener ya once meses un presidente de la Judicatura titular y que provenga de la CNJ?

Existen problemas de orden jurídico y de orden práctico. El problema de orden jurídico es que la Constitución del Ecuador establece una estructura del CJ con delegados de los diferentes poderes del Estado. (...) En el CJ están los delegados de algunos de los organismos políticos del Estado (Asamblea Nacional, Ejecutivo), pero no existe del Poder Judicial. Entonces, es una ruptura del orden constitucional. Eso no es cosa menor. Que haya una renuncia, un encargo de días, uno o dos meses es una situación comprensible, pero que se pretenda perennizar en el cargo en ausencia del delegado de la CNJ no es una situación menor: se está vulnerando la estructura que concibe la Constitución. (...) Ahora vamos a lo pragmático. Tenemos un CJ que no está conformado por cinco miembros. Recordemos que en una temporada solo asistían tres miembros, y hasta para mi suspensión asistieron solo dos titulares y una suplente. (...) El problema está en que el CJ se estructura con visiones distintas, pero no tiene la visión de los que hacemos justicia, de los que conocemos casa adentro los problemas y las propuestas para superar los problemas del sistema de justicia. No existe hoy.

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Entonces, ¿ustedes creen que, de tener a su representante en el CJ y que presida el organismo, la situación cambiará rápidamente o al menos se iniciará con ese cambio?

Al menos tenemos el inicio para cambiar. Tenemos las herramientas para hacerlo, y obviamente quien sea designado de presidente titular es el responsable de presidir el gobierno y la administración de la Función Judicial y de responder a sus delegantes, que sería la CNJ en un consenso. (...) Nos preocupa a los jueces la falta de recursos económicos, de personal, de recursos tecnológicos (...), que los ciudadanos consideren que hay un sistema de justicia que está en deuda con el país. Frente a eso, los judiciales del país ni tenemos responsabilidad ni podemos hacer nada, porque no está el delegado nuestro. Si existiera un presidente del CJ que fuera el delegado de la terna que yo envié, podemos nosotros decirle: “Señor, usted es nuestro delegado, responda al país y a la justicia. Esto pensamos que se debe hacer en la justicia; esto no se debe hacer”. Pero nosotros no tenemos aquello.

Varios gremios de abogados critican que el CPCCS quiera convertirse en un ente evaluador y colocar un vocal que presida el CJ a su gusto y a su corte. Para ellos, eso daba a entender que lo que se buscaba es que el encargo en la presidencia de Judicatura se mantenga. ¿Comparte esa posición?

Más allá de los fundamentos que tengan ellos, hay un resultado y el resultado es que no se ha nombrado al presidente titular del CJ, violando la Constitución, perjudicando a la Función Judicial, y existe un encargo que se va volviendo indeterminado en el tiempo.

¿Cree usted que el CPCCS cumplió la sentencia de la Corte Constitucional (CC) que habla de designar a la brevedad posible al presidente del CJ? El titular del CPCCS asegura que han cumplido todas las fases. ¿Eso es suficiente? ¿Cómo se debe interpretar una sentencia de grado constitucional? Legalmente, ¿cómo se configura ese incumplimiento?

Ha incumplido, porque no se trata solamente de no haber designado, que ya es importante, y no haberlo hecho de forma célere, como dispuso la CC, sino además se puede demostrar cómo a través de la forma de proceder todo conducía inequívocamente a colegir que no se quería nombrar. Por ejemplo, el haber declarado caducada la tercera terna con esta figura jurídica que no existe en el reglamento y de forma arbitraria, el haber descalificado a dos ternados de la tercera terna de manera arbitraria, el haber reformado el reglamento que dispuso la CC y, finalmente, el haber hecho el procedimiento de la cuarta terna, en donde no se llega a nombrar, son algunos de los antecedentes de los hechos que nos hacen llegar a concluir que no se ha cumplido la sentencia de la CC. Y ese actuar nos lleva a colegir que lo que se quiso hacer, como lo dije hace más de diez meses, es no nombrar al presidente del CJ.

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¿Debería existir una sanción de la CC para que se siente un precedente en casos de este nivel en que se incumplen sus sentencias?

Tiene que haberla. La CC tiene la última palabra, y yo soy respetuoso de sus atribuciones. Pero yo creo que es importante decir que el derecho no existe, no sirve cuando una resolución no es cumplida. Es correcto que, si alguien gana un juicio por una deuda, no se cumpla la sentencia; que, si alguien gana un juicio para que se lo regrese a su trabajo, no se cumpla la sentencia. Sirve el derecho, se puede hacer burla de eso. Pero ahora estamos hablando, sin perjuicio de la importancia del caso de cada ciudadano de ese juicio, estamos hablando nada más y nada menos que de aspectos de las altas funciones del Estado cuya inobservancia afecta severamente a la independencia judicial, a la institucionalidad, a la democracia. Si eso se deja pasar, no vamos a tener esperanzas en el país de fortalecer la institucionalidad y el Estado de derecho.

QUITO (17-05-2022).- Iván Saquicela, presidente de la CNJ, durante una conferencia de prensa sobre la designación del titular del Consejo de la Judicatura, en el salón del pleno de la Corte Nacional de Justicia. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas

¿Cree que en el corto plazo pueda designarse al representante de la CNJ en el CJ y, obviamente, que sea el presidente de la Judicatura? Le consulto esto por la actual situación del CPCCS: vocales suplentes no han asistido a la primera sesión, una vocal renunció al cargo, solo le quedan algo más de dos meses a esta actual conformación, hay una consulta que definirá el futuro de esta institución...

Francamente, estamos en un ambiente sumamente difícil que hace impredecible que se llegue a designar. No tenemos la certeza de que lleguemos a la designación del presidente del CJ, por toda la situación que existe de momento. Esa es la verdad. Pero hay que decirlo: que esto no lo ha provocado la Función Judicial del Ecuador: los responsables son los consejeros del CPCCS, quienes nos han llevado a este momento. Por eso, no es cuestión de decir, como dice Hernán Ulloa: “No hubo consenso”. Primero, que ese no es un fundamento jurídico. No solamente es la última resolución, de no nombrar: son diez meses de dilatar, de no nombrar; son diez meses de arbitrariedad y abuso; son diez meses de burlarse del país. (I)