Una reforma constitucional parcial que se active por la vía de una iniciativa de la ciudadanía es el mecanismo que impulsarán el líder del Partido Social Cristiano (PSC) y exalcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, y otros sectores sociales para conseguir que Ecuador se convierta en un Estado federal.

La base es el artículo 442 de la Constitución de Montecristi, que dice lo siguiente: “La reforma parcial que no suponga una restricción en los derechos y garantías constitucionales ni modifique el procedimiento de reforma de la Constitución tendrá lugar por iniciativa de la presidenta o presidente de la República, o a solicitud de la ciudadanía con el respaldo de al menos el 1 % de ciudadanas y ciudadanos inscritos en el registro electoral, o mediante resolución aprobada por la mayoría de los integrantes de la Asamblea Nacional”.

La noche del pasado 6 de julio, en un video que se divulgó por redes sociales, Nebot propuso que se realice un plebiscito para cambiar el modelo de gobierno del país.

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El federalismo consiste en la conformación de diferentes estados con cierta autonomía y soberanía en ciertos temas, sobre los cuales se encuentra un Gobierno central (federal). Países como Estados Unidos, Rusia, Argentina, Suiza y Alemania manejan este tipo de organización, indicó.

“Este modelo nos convertirá en un pueblo nuevo, con gran autoestima, con empleo e ingresos, con la posibilidad de emprender, de innovar y, sobre todo, capaz de hacer realidad, en el campo y la ciudad, la justicia social y la solidaridad entre provincias, para lo cual tendrá que existir un fondo específico”, añadió Nebot.

El exalcalde señaló que con este modelo de país se mantiene a un Estado central debidamente financiado, “que gobierna mucho y administra poco”, al que le toca delinear la política monetaria, internacional y de defensa nacional. Los estados locales se encargarían del manejo autónomo de la porción de las rentas que les corresponden y tendrían la facultad de crear tributos propios, así como de dictar decisiones políticas, administrativas y normativas en su territorio.

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Su propuesta no surgió de un rato para otro; se viene “cocinando” desde hace algún tiempo con el apoyo técnico de un grupo de cercanos colaboradores en el que están, entre otros, el jurista Carlos de Tomasso, el matemático Juan José Illingworth y el legislador del PSC Esteban Torres, según cuentan personajes de su entorno.

Nebot no ha revelado muchos detalles de cómo impulsará esta propuesta, pero sus allegados comentaron que ya se están armando grupos de apoyo en varias provincias, como Manabí, Tungurahua, Azuay y Loja, con el objetivo de recoger las firmas que sustenten la iniciativa de reforma constitucional. El 1 % del padrón corresponde a más de 130.000 firmas.

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Las preguntas que se elaboren, con sus respectivos anexos, requieren de un dictamen previo de constitucionalidad de la Corte Constitucional (CC).

Una vez que pase este filtro, según el artículo 442, el pedido va a la Asamblea, que lo debe tramitar en al menos dos debates. El segundo debate se realizará al menos 90 días después del primero.

El proyecto de reforma se aprobará con 70 votos de los legisladores, según las últimas reformas a la ley Orgánica de la Función Legislativa. Y luego se convocará a referéndum para ratificarlo dentro de los 45 días siguientes.

“Para la aprobación en referéndum se requerirá al menos la mitad más uno de los votos válidos emitidos. Una vez aprobada la reforma en referéndum, y dentro de los siete días siguientes, el Consejo Nacional Electoral dispondrá su publicación”, dice el 442.

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El presidente de la Comisión de Enmiendas Constitucionales de la Asamblea es el legislador Torres.

En un comunicado suscrito por el presidente del PSC, Alfredo Serrano, se indicó que para esta reforma “no se requiere una Asamblea Constituyente (imagínense ustedes la Asamblea actual con poderes absolutos y constituyentes) porque, entre otras cosas, se mantiene la estructura del Estado; es decir, se conservan sus funciones, y lo que se reforma parcialmente en la Constitución es en materia de competencias y rentas. Esta reforma implica un pronunciamiento plebiscitario del pueblo ecuatoriano, y una de las formas de plantearlo es con el respaldo de los firmantes del 1 % del padrón electoral, según el artículo 442 de la Constitución”.

El docente de Ordenamiento Territorial y analista político Andrés Ortiz concuerda en que el procedimiento adecuado para convertir al Ecuador en un Estado federal es el que se establece en el artículo 442.

Pero duda de que esta propuesta tenga los 70 votos necesarios en la Asamblea. El PSC tiene apenas quince legisladores. “La única forma para llegar a esa aprobación es que el correísmo esté a favor de esa tesis; no veo otro camino, pues son 47. Sin el correísmo, no hay federalismo; es el que va a inclinar la balanza”, indicó Ortiz, quien ha sido un entusiasta promotor de esta idea desde hace ya varios años.

De igual manera, el constitucionalista André Benavides señala que, por alterarse un elemento constitutivo del Estado al decir que es federal y no unitario, lo que corresponde es una reforma parcial.

“Para activar la vía legislativa necesitan la mayoría de votos; en ese caso, depende del PSC que logren generar esos apoyos, y además el de la ciudadanía para recoger las firmas. Es todo un trabajo”, señala Benavides, quien dice que esperará a conocer el contenido de la propuesta para opinar sobre si esta es viable o no.

En Twitter, el expresidente Rafael Correa se burló de la propuesta socialcristiana: “Léase: ‘Como no puedo ganar a nivel nacional, denme Guayas como hacienda’. ¿Lo permitiremos, ecuatorianos? #LosCorruptosSiempreFueronEllos”. (I)