Los resultados de los comicios del domingo 5 de febrero se han convertido en material para hacer varias lecturas y una de ellas es que varias de las candidaturas dispersaron las votos que pudieron haber favorecido a otros.

Según analistas, en estas elecciones, así como en las pasadas, presidenciales del 2021, se evidenció la figura del “candidato chimbador”, aquel que no tiene opciones de ganar y resta los votos a un aspirante que sí tiene las posibilidades de vencer.

El lunes 6 de febrero, en un video tras conocerse que los candidatos de Revolución Ciudadana ganaron para la Alcaldía de Guayaquil y la Prefectura del Guayas, Jaime Nebot, líder del Partido Social Cristiano (PSC), hizo referencia al concepto de “candidato chimbador” del que hablan los analistas.

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“Los que se postularon para no ganar sino para hacer daño cometieron una gran equivocación, pues acabaron entregando la ciudad y la provincia a quienes odian irracionalmente, considerando que son sus enemigos en vez de sus adversarios y, más aún, los convirtieron en víctimas. Se ha pagado el precio”, dijo Nebot.

Jorge León, director del Instituto de Marketing y Comunicación, señala que en el caso de Guayaquil, los candidatos “chimbadores” para la Alcaldía estuvieron ubicados en la centro-derecha o desde la centro-derecha, y en el caso de la Prefectura los hubo por el lado de la misma corriente política, la derecha.

Con esta visión concuerda, María Belén Loor, analista política, quien agrega que Guayaquil fue el ejemplo de la presencia del “candidato chimbador”.

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Por otro lado, Gustavo Isch, consultor político, dice que más allá de que la figura del “candidato chimbador”, nuevamente ha sido absolutamente perjudicial lo autorizado y establecido por el Código de la Democracia, en el sentido de abrir la puerta a la participación masiva de candidatos en un país con un número de electores que no justifica esa cantidad de aspirantes.

Con esta opinión, concuerda Loor, quien agrega que muchos partidos lo hacen por negocio. “Surgen candidatos que son chimbadores porque en vez de sumar a un candidato que haga una propuesta necesaria para este país van a restar votos por los valores que entrega el Consejo Nacional Electoral (CNE)”, señala.

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En los comicios del domingo 5 de febrero, el CNE calificó 61.850 candidaturas, de ellos eligieron a 5.697 autoridades, desglosado en 221 son alcaldes, 23 prefectos y viceprefectos, 864 concejales urbanos, 443 concejales rurales y 4.109 vocales de juntas parroquiales rurales.

Isch considera que son movimientos que surgen solamente para los procesos y de promover candidaturas de “gente inexperta, de gente oportunista, de gente que aspira de una ventaja en medio de la contienda, incluso de caracter económico muy probablemente”.

Para evitar que sigan proliferando las organizaciones políticas sin un objetivo definido, Isch indica que se debe reformar el Código de la Democracia, porque a su criterio este tiene algunos errores y deficiencias que se originaron en un enfoque de ampliación de las posibilidades que puede brindar un sistema democrático.

En Ecuador es un derecho elegir y ser elegidos, es parte de la democracia, sin embargo, dice Isch, la democracia no es un tema de cantidad sino de calidad, que está relacionado con la formación, la capacidad y preparación.

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León también cree que se debe hacer una reingeniería casa adentro en todas las organizaciones políticas, en las cuales realmente se empiecen a preparar cuadros y que estén en sintonía con la demanda ciudadanía.

Agrega que el “candidato chimbador” debe estar consciente que Ecuador va en camino a a definir la elección en dos bandas, una de izquierda y otra de derecha, y no anteponer los intereses personales o colectivos.

Loor indica que aparte de los candidatos chimbadores, en Ecuador hay una ausencia de liderazgo político “terrible”. (I)