Hay variadas lecturas sobre cuál fue el objetivo político de la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, al haber acudido a la reunión sobre seguridad convocada el pasado 6 de junio por el presidente Guillermo Lasso, en Quito, con la vestimenta de una ‘dura de matar’ y acompañada por un convoy de patrulleros y elementos de las agencias de tránsito y seguridad del Municipio.

Desde el régimen prefieren no “especular” respecto a si fue un show de campaña electoral para su reelección en los comicios seccionales del 2023, postulación que fue anunciada el pasado 25 de mayo. En una entrevista con este Diario, el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, dijo: “Creo que el asunto de la seguridad es muy serio para que forme parte de cualquier programa electorero. A la gente no le sirve que ningún alcalde o alcaldesa está calculando cómo le irá en las elecciones. Lo que le sirve es que todos, cohesionada y coordinadamente, generemos una gestión compartida para tener mejores resultados”.

En tanto que analistas como Fausto Camacho y Daniel Pontón creen que sí lo fue.

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El experto electoral dice que es evidente que la alcaldesa actuó de manera “populista” para posicionar un discurso de “supuesta mano dura, firmeza para enfrentar un tema tan complejo y obviamente asumiendo también una postura de que la responsabilidad no está en el gobierno local sino en el central, circunstancia que no es tan exacta, porque la acción estatal en contra de la delincuencia debe ser asumida de manera conjunta y concertada… ella quiso mostrarse como que le está haciendo un favor al Gobierno con medidas que no le corresponden, lo cual no es verdad”.

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Y el especialista en seguridad dice que no es novedad que Viteri plantee una agenda basada en la lucha contra la delincuencia porque esa ha sido siempre la bandera del PSC, empezando con las movilizaciones del exalcalde Jaime Nebot con las que presionaba por recursos para las instituciones de seguridad del cantón o por leyes que endurezcan penas para ciertos delitos atroces. “El discurso de la ‘mano dura’ siempre le ha dado éxitos electorales”, indica

Pero en la orilla socialcristiana Vicente Taiano, director del partido en Guayas, explica que el Municipio de Guayaquil ha destinado $ 26 millones para atender el problema de seguridad y que Viteri hizo “lo que haría cualquier administrador responsable que ha dado un aporte de ese nivel, que es interpelar al Ejecutivo para que, por un lado, le diga al país cuál es el plan de trabajo para la seguridad, dentro del cual está ese dinero; y por el otro, para exigirle que se actúe con la firmeza necesaria”.

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“Para muchos eso podría ser hacer campaña, pero para mí no. Si usted escucha los discursos de otros alcaldes del país notará que están en la misma línea, pero tal vez no se los siente porque no son ciudades tan grandes o con el peso político de Guayaquil”, expresa.

Más allá del análisis de la actuación de Viteri, lo que está claro es que la problemática de la inseguridad será el tema central de la campaña electoral que se viene porque es la que más preocupa hoy en día a la ciudadanía.

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Así lo refleja la última encuesta efectuada por la firma Click Report, cortada a mayo del 2022, que señala que el 36,45 % piensa que la delincuencia es el principal problema del país, seguido del desempleo (24,21 %) y la crisis económica (16,18 %). Hace un año y medio, la percepción ciudadana era diferente: a noviembre del 2020 la gente decía que el mayor problema era la corrupción, con el 36,47 %; luego la crisis económica, 30,48 %; y el COVID-19, 16,04 %.

Francis Romero, director de la encuestadora, señala que entendiendo este escenario obviamente los candidatos usarán el discurso del combate a la delincuencia como plataforma para captar el voto de la población. Algo que, según él, ya se vio en la reunión del lunes, y no solo con Viteri.

Añade que si bien el Gobierno central tiene la responsabilidad legal y constitucional de resolver el problema, también los gobiernos locales deben cooperar en los ámbitos que le competan. “Y la población les pasará la factura electoral a los alcaldes y prefectos que no la ayuden”, señala.

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Y al mismo tiempo, si el régimen no muestras resultados positivos en sus políticas públicas para frenar la ola de violencia en el país, los candidatos que ponga también serán “castigados en las urnas” en los comicios del próximo año.

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Camacho coincide en que ningún candidato, serio o no, populista o no, podrá dejar de lado plantear una propuesta en torno a la seguridad más allá de que pueda impulsar otros temas como la movilidad o los servicios básicos, según las condiciones de cada territorio.

“El enfoque que le dé dependerá de cada organización política, pero el ‘deber ser’ es que se oriente a que, siendo un problema nacional, no puede ser enfrentado por un solo nivel de gobierno, es decir, tiene que contemplar la necesaria acción estatal coordinada con todas las instancias, lo cual implica una actitud de madurez suficiente para entender que la solución no va a estar en manos de una sola fuerza o visión política”, reflexiona Camacho.

Para Pontón debe estar claro qué es lo que le corresponde hacer a cada nivel de Gobierno para que las ofertas de campaña no generen falsas expectativas.

“El pedido de cooperación que les hace el Gobierno a los municipios está bien, pero es una manera de descargar sus responsabilidades a otro tipo de actores. A los gobiernos locales les corresponde el trabajo de prevención, de reducir las oportunidades de delitos: regeneración urbana que contemple instalación de cámaras o señalética, organización barrial, trabajo cultural con jóvenes y grupos de riesgos que eviten el consumo de drogas… Lo que pasa es que muchos no lo hacen porque eso no es visible. Hay que educar a la gente para que entienda que el problema de la inseguridad no pasa solo por el discurso de la mano dura”, señala el académico. (I)

Pienso que...

Carlos Ferrín, consultor político y estratega de la campaña de Cynthia Viteri en el 2019

‘La alcaldesa no está en campaña, pero quiere dar golpes de efecto’

“En el 2019, Cynthia Viteri venía de una elección presidencial. Entonces el perfil que le construimos en esa época fue bajarle un poco el tono agresivo que siempre tuvo en su carrera política desde que fue diputada hasta que fue presidenciable. En la campaña política por la ciudad quisimos mostrar una Cynthia más humana, más cercana a los ciudadanos con la capacidad de traer una era diferente al proceso socialcristiano de Guayaquil... Eso dista mucho de la Cynthia que ahora estamos viendo”.

“Desde el punto de vista técnico podría llegar a dos conclusiones. La primera es que ella no está en campaña, me gustaría pensar que sí lo está. Pero creo que lo que está haciendo no es para ganar elecciones, está llevando la narrativa a un lado extremo del que tenía que definitivamente no capta votos porque todo el despliegue mediático la pone con un perfil político que en este momento no es el del candidato ideal. Lo segundo es que me da la impresión de que su estrategia es dar golpes de efecto para cumplir a corto plazo ciertas metas, ganar titulares”.

“Todo el punto de teatralidad podría estar basado en figuras como Nayib Bukele (presidente de El Salvador) con la diferencia de que él sí puede llevarlo a un fin correcto porque es el presidente. Acá se hace la teatralidad para exigir, no para solucionar y eso es un error básico de comunicación: no puedes levantar toda esa expectativa solo para hacer un reclamo, tienes que tener una conclusión exitosa. No veo que esos despliegues traigan la idea de que la alcaldesa defiende la ciudad. Jaime Nebot lo solía hacer con sus famosas marchas en la 9 de Octubre, se abría la camisa y daba esos golpes de efecto. Ese era el estilo de Nebot, el de Cynthia es totalmente distinto”.

“Es un peligro llevar el tema de la seguridad a las elecciones. Porque la lectura de la gente es que los políticos no entienden del tema porque no están viendo resultados. Si se viera algún resultado real de que algo está cambiando esa autoridad podría tener algo de éxito, pero dudo mucho que eso se traslade a un proceso electoral, porque a la gente le queda ese sinsabor de que, en definitiva, estamos desprotegidos. Y cuando el elector siente eso es que van hacia el candidato que creen que más los va a defender y esos empiezan a tener éxito, así sea solo una percepción de cada ciudadano. Y no tiene que ver cómo se vista”.

“Vamos a ver mucha campaña sobre seguridad. El problema es el lenguaje, el tono. Si vemos a un político hablando de eso quizás no tenga éxito por la profunda decepción que tiene la gente precisamente de los políticos”.

“La mejor campaña de reelección es cumplir tus promesas electorales. Con eso, automáticamente se tiene lo que es muy difícil conseguir para un político: la credibilidad”. (O)