Siete y media de la noche. Viernes 5 de febrero de 2016. John Luzuriaga le envía el mensaje número 18 de este día a Jorge Chérrez Miño: “Y mi loco, porfa, dame acreditando 1 mil a mi ex a la cuenta de Wells Fargo. Porfa, no te olvides de liquidar las dos últimas pendientes con premio”. Y Chérrez le responde: “Pana, ya está. Confirmado, ya está man”, y a mensaje seguido le advierte: “por el otro chat todo, man, porfa, revisa el silent (una aplicación de mensajería de mayor seguridad y privacidad)”.

En las conversaciones por chats de WhatsApp que mantuvieron el exdirector de Riesgos de la Isspol John Luzuriaga y el empresario y operador financiero Jorge Chérrez quedaron plasmados los sobornos que mediaron para que las compañías del quiteño Chérrez recibieran unos $ 532 millones en inversiones del Instituto de Seguridad Social de la Policía, Isspol, entre 2014 y 2016.

En este periodo, además, los entonces directores generales del Isspol, David Proaño Silva y Enrique Espinosa de los Monteros, le adjudicaron a Chérrez -de forma directa- dos contratos para que desarrolle un sistema de control de las inversiones que, paradójicamente, reduzcan los riesgos para la entidad.

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En las conversaciones de WhatsApp se basaron también las autoridades de Estados Unidos para, a inicios de este año, formular cargos contra Luzuriaga, a quien acusan de haber recibido al menos $ 1,3 millones de las empresas que posee Chérrez en el Estado de Florida y en Panamá. Otros funcionarios del Isspol habrían recibido en total la suma de $ 2,6 millones, según denunció una agente de seguridad estadounidense.

Los diálogos entre ambos, que se detallan en 1.436 páginas del proceso judicial del llamado caso Isspol, señalan la cantidad de pagos que Chérrez hizo a Luzuriaga y a otros funcionarios de la entidad policial. En los chats con Luzuriaga hay mensajes como el del último día del año 2015, cuando el entonces director de Riesgos del Isspol le dice a Chérrez: “gracias a ti, arreglaste mi vida económica y la de mi familia”.

Y él le responde: “Mi pana, las cosas como son y en el momento que son, solo somos instrumentos, dejemos que el universo decida. Pero Dios nos guíe, nos proteja y nos haga hombres de bien y buen proveedor en todo momento, un abrazo fuerte y éxitos en este 2016, que va a ser un año insuperable de igual manera”.

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En el 2017, Jorge Chérrez recibió condecoración de la Asamblea Nacional.

Ese año, en agosto, Chérrez y Luzuriaga conversan sobre pagos: “Te dejé un sobre en mi casa con mi empleada, te lo puede dar, Panchita B. puedes ir por favor entre las 8 y las 4 de la tarde. Le dejé un sobre con 30 documentos para tu revisión”. “Gracias, mi loco”, contesta Luzuriaga. En otro mensaje de septiembre, le dice: “El comandante quiere comprar departamento u oficina de unos 300 mil en Miami, me dijo el coronel si puedes ayudarle”. “Por supuesto, man, tengo el depar, oficina no, son muy caras, man, pero depar sí, man, lo que necesite yo lo tengo, es más, en mi mismo edificio”, responde Chérrez.

En octubre, Chérrez le pregunta a Luzuriaga: “¿necesitas ‘documentación’ o podemos regularizar en el portafolio?”. “Mi loco, regularicemos en el portafolio, el valor de veintidós novecientos en cada uno”, le contesta. “Hoy mismo, te envío confirmación, algo para tu ex señora”, consulta Chérrez, y enseguida la respuesta: “sí, mi loco, porfa, del fondo grande, quiero que me ayudes con 20.000 y me ayudes con un estado de cuenta. Mi loco te envío cuadro actualizado mejor para ir liquidando y no se acumule”.

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Los pagos de sobornos surgen en medio de los chats donde también se discuten y negocian las inversiones millonarias que realizó el Isspol en seis tipos de inversiones, especialmente dos: por $ 327 millones y $ 205 millones que aún no se han podido recuperar. Chérrez representaba a las compañías panameñas que actuaron en estas cuestionadas inversiones que afectan gravemente los fondos de pensiones y salud de unos 70.000 policías, 50.000 activos y 20.000 jubilados.

Chérrez y Luzuriaga chateaban a diario. El siguiente es el extracto de la conversación que mantuvieron el 21 de diciembre de 2015, para coordinar una de las operaciones financieras de mayor monto, por $ 327 millones, a través de un mecanismo denominado Swap, una especie de contrato mediante el cual Isspol canjeó bonos de deuda interna a favor de una compañía de Chérrez y a cambio recibió documentos de valor, pero por un menor rendimiento que los bonos.

- Luzuriaga: Mi viejo, buenos días. Xfa, instrucciones.

- Chérrez: Buenos días, bro. Coordinando con Decevale, tranquilidad. Nos envía los datos y yo me encargo de las cartas.

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- Luzuriaga: Ok, mi viejo, estoy alerta para q’ firme el apoderado, x q el coronel (David Proaño) ya está de vacaciones. El encargado es el ing. Pablo Guzmán

- Chérrez: Cargo?

- Luzuriaga: Director general encargado

- Chérrez: Que conteste Luis (Álvarez) y te mando los formatos, mi brother, enseguida, ya le estoy solicitando todo

- Luzuriaga: Oki

- Chérrez: Cartas revisadas, corregidas y detalle de portafolio completo y revisado... todo en tu bandeja de correo, porfa confirmame recepción... Un abrazo y vamos adelante... Mucha suerte..!!

Tres días antes el diálogo se concentró en la urgencia de Chérrez para llegar a un coronel del Isspol, aunque no menciona el nombre. “Pana, hasta qué hora se queda el coronel en la oficina? O puedes conseguirme la dirección para mandarle a dejar a la casa hoy mismo, man?, le pide Chérrez a Luzuriaga, quien le responde: “Mi loco, ya salió, y la dirección no me la sé”. “Consigue”, le insiste. “Ya la consigo”, contesta.

Los pagos de sobornos también incluían premios, depósitos en tarjetas, viajes o aguinaldos, según reseñan los chats entre ambos. El 12 de octubre de 2017, Luzuriaga le pide más depósitos y le comenta: “ojalá entre ese billete para poder cerrar estas últimas operaciones y poner a buen recaudo algo de ese dinero, man”.

Mientras que el 22 de diciembre de ese mismo año, Chérrez le cuenta: “Mi vida parece de película, compadre, pero lo bueno es que conseguí el AGUINALDO EN DOCUMENTOS”.

-- QUITO (16-11-2020).- Fachada del Edificio del ISSPOL, ubicado en la Avenida De Los Shyris, en el norte de Quito. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO.

En los chats obtenidos del teléfono celular de Luzuriaga constan sus conversaciones con otros funcionarios del Isspol, entre ellos Santiago Duarte, entonces director jurídico del Isspol, con quien también hablan de Chérrez. “Creo q sí sería bueno q afiance su palabra Jorge con algo más a nuestro favor como derechos y acciones en el equivalente a una proporción de los 3′ en algunos de sus proyectos”.

“Sí, sería buenazo. Le pedi xfa te cuente a ti como están las cosas ya q tu tienes q saber y tener claro para q le puedas asesorar al coronel”, le dice Luzuriaga.

Ambos comentan, días después, sobre los pedidos que hace la Fiscalía cuando en septiembre del 2017 comenzó a investigar denuncias de irregularidades en la compra de terrenos con recursos del Isspol. Duarte expone los argumentos con los que responderán a la Fiscalía, entre ellos que no hay estudios de suelo porque los terrenos no se compraron para ejecutar inmediatamente ningún proyecto inmobiliario. Como en broma, luego le dice: “A vestirse de naranja...”.

Luzuriaga, Duarte, Proaño y Espinosa de los Monteros están detenidos en esta trama de corrupción y a la espera de la audiencia preparatoria de juicio prevista para este mes. Chérrez se encuentra prófugo. (I)