El “divorcio” se acentuó en los primeros seis meses de gobierno de Lenín Moreno, en el 2017. El distanciamiento con los líderes de Alianza PAIS (AP), Rafael Correa y Jorge Glas, quienes lo acusaban de haber traicionado el proyecto político que idearon, ocasionó divisiones internas dentro del movimiento al punto que ya sus seguidores se identificaron en dos bandos: los correístas y los morenistas.

Este fue el inicio de esta ruptura interna que ayer se terminó de concretar cuando Moreno presentó una solicitud de desafiliación/renuncia de AP, que lo llevó por tres ocasiones al poder, dos veces como vicepresidente de Correa, en el 2007 y 2013, y su actual mandato presidencial que culmina el 24 de mayo de este año.

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Un primer intento de separar a Moreno de las filas de la agrupación fue en el 2017 cuando fue destituido por una directiva nacional porque “no cumplía correctamente con sus funciones”.

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En noviembre de ese año, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ratificó que la dirigencia, que encabezaba Moreno, seguía al frente del movimiento. Fue en la séptima convención nacional, en agosto 2018, en Guayaquil, en que Moreno fue reelegido por unanimidad como presidente nacional del movimiento.

Pero las críticas no cesaron, no solo del ala correísta, sino que también surgió un descontento entre los militantes de AP por su aparente acercamiento con agrupaciones o líderes políticos no afines.

Patricio Barriga, segundo vicepresidente nacional de AP y excandidato vicepresidencial, expresó que hace dos semanas encargaron a la Comisión de Ética para que Moreno responda a las denuncias y demandas de la militancia sobre infracciones, de índole leve y grave, como el no asistir a las sesiones de la dirección nacional.

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CNE ratificó a Lenín Moreno como presidente nacional de Alianza PAIS

Dijo que Moreno pudo en su momento a llegar a “camuflarse” como que comulgaba con ciertos principios y valores de AP, pero que en la práctica y en ejercicio del poder tomó una distancia extrema referente a su plan de trabajo y a los principios del movimiento.

Añadió que la decisión de Moreno no genera sorpresa porque su “audaz” conducta obedece no a un acto voluntario, sino que es la respuesta al proceso disciplinario y ahora AP está en busca de una recomposición.

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Según Barriga, ya desde el año pasado se estaba cuestionando la conducta de Moreno, pues se han dado discusiones internas frente a la política económica, internacional y social del gobierno.

Agregó que a partir de mayo del 2018 vieron un “extrañamiento” del plan de gobierno como la “repentina” decisión de asumir una agenda más parecida a la de la oposición, el de separarse de la Unasur, la de asumir una política de ventaja para los sectores financieros, entre otros.

Alianza PAIS reeligió como presidente a Lenín y trabaja en alianzas

Ximena Peña, excandidata presidencial de AP y miembro de la Comisión de Ética, dijo que la presidencia de Moreno en el movimiento fue de “papel” porque no estuvo en consonancia con los principios políticos y económicos de la organización.

Agregó que además de la denuncia presentada en la Comisión de Ética se suman otras causales como la política económica e internacional que no corresponden a los preceptos de AP.

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Manifestó que es el secretario ejecutivo Gustavo Baroja, quien está en la dirección nacional, el que se reúne de manera permanente y en las siguientes semanas se dará una convención nacional para avanzar en un proceso de restructuración y nombrar a nuevas autoridades. (I)