La razón por la que Jacqueline Ludeña decidió incursionar en la función pública y postularse como miembro del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) fue saber que no necesitaba del respaldo de un partido político para participar como candidata.

“Vi que la función era apolítica, entonces dije ‘perfecto’, no necesito ningún politiquero queriendo gobernar o mandarme para que alce la mano. Estuve entre los 22 primeros calificados”, contó la guayaquileña Jacqueline Ludeña Díaz, una ingeniera mecánica de 56 años, que dice sentirse ‘indignada’ porque ha visto que el requisito de ser ‘apolítico’ es un saludo a la bandera.

Lo constató en diciembre -cuenta- cuando viajó a Quito a filmar el spot publicitario de la campaña. “Había algunos candidatos con la misma camiseta y que terminaban diciendo ‘antes estábamos mejor’, dejando abierta la promoción a una tienda política”, comenta.

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El país -considera Ludeña- atraviesa un estado de descomposición y los únicos que pueden ayudarle son los ciudadanos de bien, “libres de cualquier compromiso político”. Su propuesta de trabajo comprende tres ejes fundamentales, el primero es la capacitación. “Hay que capacitar a la ciudadanía sobre el conocimiento de sus derechos y yo planteo algo sencillo, campañas masivas a través de la radio, medios digitales, redes sociales, de empoderamiento ciudadano”, menciona esta candidata graduada en la Espol, especialista en Marketing, mediadora profesional y que cuenta con el auspicio del Colegio de Ingenieros Mecánicos del Guayas y de otros gremios afines.

El segundo eje de su plan de trabajo es el control social. “Hay que controlar a todas las instituciones del Estado que manejan nuestros dineros, fondos públicos, que son nuestros impuestos. El dinero debe estar bien invertido para que lleguen las obras y el bienestar de la ciudadanía”, expone Ludeña, y menciona como ejemplo que se apliquen presupuestos participativos y que sean los ciudadanos los que decidan las obras que ejecuten los alcaldes. “¿Puede creer que en este siglo XXI aquí en Daule hay gente que toma agua del río?”.

Combatir la corrupción es el tercer eje de su plan. “Hay que darle a la gente la seguridad de que puede denunciar y que quede realmente protegida en el anonimato, y si su denuncia es grave ser parte del sistema de víctimas y testigos, pero un sistema real, no que se bajen la información por un lado y usted esté expuesta al escarnio público y mañana puedan darle ‘vire’”, explicó Ludeña, quien figura como gerente de la compañía de construcción Qnet S. A. y quien pagó el año pasado $ 1.768 en impuestos.

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Madre de dos hijos y con un primer nieto recién nacido, Ludeña dice sentirse orgullosa de su profesión y del casco que la identifica como ingeniera. También de la indignación que la caracteriza. “No sirvo para disimular, a mí me dicen báñate en aceite y yo les digo que no puedo, las cosas indignan”, opina la postulante.

“La ciudadanía tiene derecho a algo mejor. Si quiere algo diferente tiene que votar diferente. Conmigo las cosas cambian o cambian, a estas alturas de mi vida yo tengo mi genio y no me caso con nadie, más bien me divorcio”. (I)