Como una dirigente social activa y comprometida con la comunidad se describe Luisa Maldonado Morocho, que por segunda ocasión aspira a convertirse en la primera mujer alcaldesa de Quito. Su primera participación por la Alcaldía fue en los comicios de 2019, apoyada por el movimiento Fuerza Compromiso Social, en el que se cobijó el correísmo para aquellas elecciones locales y nacionales. En esa contienda política su candidatura fue la segunda que recibió más respaldo del electorado, logró el 18,42 % de votos.

Por varios años Maldonado fue una carta fuerte de Alianza PAIS en Quito, cuando gobernaba Rafael Correa. Así consiguió ser concejala del Distrito Metropolitano en dos periodos. Tras las seccionales de 2019 su nombre era mencionado como posible candidata del correísmo para los comisión de 2023, pero no se concretó.

A mediados de mayo de 2022, con un corto mensaje en redes sociales dio la noticia de que se separaba de la Revolución Ciudadana, en la que militó por más de diez años. Tres meses después, en agosto, se confirmó que volvería a postular a la Alcaldía de la capital, pero esta vez de la mano del partido Avanza, lista 8.

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¿Por qué tomó la decisión de separarse de la Revolución Ciudadana?

Mi decisión de salirme de la RC (Revolución Ciudadana), donde estuve militando alrededor de 15 años, fue que simplemente la diligencia se alejó totalmente del proyecto político. A nosotros nos motivó estar ahí lo que se planteaba, la agenda popular, la agenda social, disminuir la pobreza, etcétera. Pero últimamente vemos que las agendas han tomado otro rumbo. Hay, además, una actitud elitista, vertical, que no ha permitido tener el debate necesario y suficiente de lo que está necesitando ahora el país, pero fundamentalmente la ciudad. Además, la Revolución Ciudadana, lamentablemente, se fue perdiendo en el tiempo y se convirtió en una maquinaria electoral; está alejada de la realidad de lo que pasa.

¿Cuáles fueron los motivos que la llevaron al partido Avanza?

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Cuando salimos de RC no pensábamos en participar (en las elecciones seccionales). Y cuando salimos nos convertimos en una candidatura muy apetecida por todos los partidos políticos, bueno, por la mayoría que nos visitaron. Los partidos con los cuales dialogamos nos planteaban que vayamos de candidata para la Prefectura, un tema que nunca habíamos pensado. La misma RC me propuso que sea candidata a la Asamblea y no les acepté, porque no se trata de estar por estar sino de poder saber dónde puede tus talentos, experiencia, conocimiento, servirle a la ciudadanía. Por eso hemos insistido en la candidatura de Quito. Avanza fue este partido político que no dudó en proponerme la candidatura a la Alcaldía. Avanza es un partido de centro izquierda, por eso hemos aceptado la invitación. También hemos dicho claramente a Avanza que nuestra agenda es social, se basa en una propuesta para lograr mayor equidad en Quito.

¿Los problemas que tuvo en su momento Avanza no le inquietaron o considera que eso ya ha sido superado?

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Por supuesto que me inquietó. Y la primera pregunta que hicimos fue qué pasó con la persona que estaba liderando ese partido (Ramiro González, procesado por corrupción). Lo que nos han comentado claramente es de que ha sido expulsado hace tres años y que los procesos (judiciales) son de esa persona. Además, tengo que decirle que ningún partido político en este país se libra de este tipo de problemas. Tampoco ningún partido político ha cumplido a cabalidad su función, no han formado cuadros. Lamentablemente, quienes accionamos en la política, quienes queremos servir a través de ese espacio, no encontramos en este momento ningún partido que no tenga un ‘pero’, ese es un problema.

Usted ha sido crítica del modelo de gestión que tiene la ciudad. ¿Cuál es su propuesta?

Han pasado ya tres administraciones, con esta serían cuatro, que no han topado el modelo de gestión, pese a que dijeron que van a dar de baja. Es un modelo de gestión muy pesado, burocrático, vertical y, por ende, no es ágil; la gente termina cansándose y es muy permeable a la corrupción. Hay que dar de baja eso. Es un juego de ‘hiper Estado’, cuando el Municipio es el gobierno de la comunidad, es muy cercano a la ciudadanía, y la ciudadanía necesita que todo sea rápido.

¿El enfoque será reducir personal o redistribuirlo?

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Redistribuir, reorganizar. Yo creo que es una etapa muy dura, quien tiene trabajo ahora es una bendición; la mayoría, y sobre todo en Quito, ha subido el índice de subempleo. Entonces, no creo que debamos estar pensando en botar a nadie, pero sí en volverle eficiente al Municipio. Vamos a hacer una redistribución, reorganización, una descentralización total. Los servidores deben estar cercanos a la comunidad.

¿Cómo trabajará para impulsar las inversiones?

Creemos seria y sinceramente en las alianzas público-privadas. Cuando fui concejal en mi primer periodo impulsamos la ordenanza de alianzas público-privadas y yo aumenté una más: comunitarias. La Constitución reconoce las tres formas de organización económica o de generación de riqueza: que es la empresa privada, la empresa pública y la de economía solidaria. Yo vengo de esa experiencia, he trabajado en el sistema cooperativo 25 años, de ahí obtuve mi casa, entregué miles de casas a los compañeros, a los vecinos. Nosotros tuvimos una bellísima experiencia entre la alianza público-comunitaria. Nos aliamos con un constructor que era quien edificaba la vivienda y la cooperativa edificaba la comunidad. Si es que a eso se le involucra o se piensa el modelo desde el Municipio, es un éxito completo.

¿Cómo planea intervenir en la avenida 10 de Agosto?

La 10 de Agosto está botada totalmente. Esa avenida que era tan potente se deprimió. Vamos a plantear la revitalización de la zona, desde Santa Prisca hasta el redondel de El Labrador. Vamos a convertir en un parque maravilloso. Habrá que peatonizar ciertas zonas, embellecer con jardines, usos de bicicletas y vamos a apoyarles a los propietarios (de inmuebles) para que puedan hacer inversión para construir vivienda para parejas jóvenes, estudiantes. Antes era muy comercial, pero ahora hay que revitalizar con gente que esté ahí, sino quién va a coger el Metro. Va a ser un parque, el parque más largo de América Latina.

¿Cómo piensa manejar la conectividad vial de los extremos norte y sur de la ciudad?

Estamos pensando plantear un transporte aéreo, que cuesta baratísimo, que creo que es la mitad del costo del Metro.

¿Será como la aerovía de Guayaquil?

No. Será un tren aéreo. El servicio del Metro llega hasta El Labrador, (y) desde El Labrador tenemos tren aéreo, que da servicio al extremo norte hasta Calderón. Lo propio en el extremo sur: desde donde termina el Metro (en Quitumbe) hasta Guamaní y (barrios) aledaños; y lo propio hacia los valles. Me parece que está ahora ese costo (del tren aéreo) en aproximadamente 600 millones de dólares.

¿Esta obra sería una realidad en su administración?

Se podría hacer, porque nuestro planteamiento es la renegociación de la deuda del Metro de Quito. Todo el mundo lo ha hecho pospandemia, tenemos que hacerlo. Y nos podemos plantear esta nueva obra. Vamos a tener una ciudad totalmente diferente.

Biografía

Lugar y fecha de nacimiento: Cayambe, 26 de marzo de 1970.

Estudios: Licenciada en Gestión para el Desarrollo Local Sostenible por la Universidad Politécnica Salesiana. Tecnóloga en Desarrollo Humano Personal y Social por el Instituto Tecnológico Superior de Desarrollo Humano CRE-SER.

Actividades: Dirigente social.

Cargos: Presidenta de la Asociación de Cooperativas Múltiples Solidaridad. Concejal de Quito (en dos periodos). (I)