El constitucionalista y abogado en libre ejercicio Rafael Oyarte Martínez participó en la Comisión Calificadora que conformó el extinto Consejo de Participación Ciudadana y Control Social de Transición para designar a los actuales jueces de la Corte Constitucional (CC). Fue escogido nuevamente para esas funciones, y desarrollar el concurso público para la renovación parcial de tres jueces constitucionales, pero decidió renunciar decepcionado por la poca seriedad y desinterés de las tres funciones del Estado: el Gobierno, la Asamblea Nacional y la Función de Transparencia y Control Social, que remitieron, a su criterio, ternas con candidatos que demuestran poca experiencia en la judicatura. Los nuevos tres jueces deben ser designados en febrero próximo, y al momento el concurso se encuentra en la fase de impugnación ciudadana.

Rafael Oyarte renuncia a Comisión Calificadora que elige a tres jueces de la Corte Constitucional

¿Qué motivó su renuncia a la Comisión Calificadora?

La Comisión es buena, y entendí que las funciones del Estado iban a obrar con responsabilidad, tanto en el cumplimiento de las normas como en el perfil de los candidatos. Cuando se elaboraron el reglamento y el cronograma, el proceso debía terminar a mediados de diciembre, y teníamos un colchón interesante, porque los remplazos debían ser elegidos hasta el 5 de febrero. El cronograma marchaba bien, pero como fue de conocimiento público hubo incumplimientos. La Asamblea Nacional no mandó a tiempo las listas de candidatos, no mandó nunca la documentación; el Ejecutivo y la Función de Transparencia mandaron candidatos sin cumplir los requisitos y sin documentación, lo que nos obligó a declarar desierto el concurso. Pensé que luego de eso íbamos a continuar, pero el Ejecutivo y Transparencia insistieron en candidatos sin requisitos y sin documentación... Los comisionados no podemos ejercer la profesión y eso implica una notoria merma de ingresos. Tengo responsabilidad con mis clientes. Una cosa era tres meses y medio que tomaría, y otra es que el concurso no comienza, recién van a la etapa de impugnación ciudadana... Si las tres funciones del Estado no se iban a tomar en serio este tema, tampoco debían considerarlo a uno. La Corte es importante, y mandar candidatos que, en algunos casos, cumplen requisitos, pero con las uñas, eso no se conduele con el sistema. En blanco y negro, prestanombres no soy.

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¿Se desarrolla un concurso con candidatos cuya trayectoria no se compadece con las funciones que van a ejercer?

Pero si ese es el problema que tenemos con la actual Corte. Gente que se ha pasado en la cátedra, que no ha ejercido la profesión, o gente que su primer trabajo serio es la Corte. Cuando debe ser el organismo en el que se culmina una trayectoria, no donde la comienza. Ir a la Corte debe ser una aspiración personal de muchos o ¿es una cuestión en la cual se conozca el derecho constitucional en profundidad? Se juzga en derecho, por eso declara la inconstitucionalidad de las leyes, o se juzga la decisión de los jueces. Entonces, ¿cómo es que alguien que no tiene experiencia puede juzgar las decisiones de los jueces? Eso no lo soluciona un concurso. Algo irá a salir, pero no es la forma de hacer las cosas con una Corte de altísima responsabilidad. Los candidatos demuestran inexperiencia. Una persona que postula a este cargo debería ser lo suficientemente conocido para saber qué es lo que piensa, cuál ha sido su trayectoria. Aquí no, presentan la carpeta y están viendo cómo pueden justificar el ejercicio, cómo pueden justificar la cátedra.

¿No hay más profesionales o se los postula porque son amigos o cercanos?

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Es una cosa sencilla que, si no buscas, no encuentras. No sé si es por amistad o se trata de un concurso interuniversitario. No sé si se trata de otra clase de cosas. Pero digo objetivamente, uno o dos candidatos (cumplen) no hay más.

¿Las funciones del Estado no se tomaron en serio este concurso?

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No. Una declaración de desierto, luego por segunda vez se insiste en candidatos sin requisitos. Eso quiere decir que la cosa no es seria. Si vamos a comparar la actual Corte con la Corte cervecera estamos muy mal. Ese punto de comparación era cuando no teníamos Corte. Como antes teníamos funcionarios descalificados, ¿por tener algo ahora está bien? No es así. Hay gente que no ha respondido a la confianza. Esto no es algo que precisamente a uno le da orgullo personal, la gente me reclama en la calle por lo que hacen los jueces. No me siento ofendido, pero sí me siento mal porque se ha creído que uno es prestanombres.

¿Dentro de la Comisión se analizó la decisión de la Corte de emitir un reglamento para realizar el sorteo público que definirá a los tres jueces salientes?

Que los jueces dicten un reglamento sobre un tema que les interesa, eso está prohibido expresamente y me parece increíble. Un reglamento diciendo que ellos son los que deciden cómo hacer el sorteo. ¿Si el día del sorteo, a la mayoría no le parece cómo se lo hizo, se cambian las reglas en ese momento? Bueno, harto feo está ese reglamento. La Comisión observó esa norma y se invitó a presenciar el sorteo como que fuéramos veedores. La Comisión rechazó esta calidad de veedor, y se hizo la invitación para que vea el sorteo.

Abierta impugnación ciudadana a candidatos a jueces de la Corte Constitucional, hasta el 27 de diciembre

¿Qué pasó con la presencia de veeduría ciudadana para el concurso?

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Sí se inscribieron, pero no cumplieron los requisitos. No hay interés en este concurso, y además que no es un buen sistema. Para esto, hagan designaciones directas, porque son demorosos y caros. Es mejor una designación directa, en la que el nominador se vuelve el responsable de su nominado. Si el presidente de la República tiene candidatos inexpertos, candidatos que estuvieron como asesores en la Corte cervecera y decir ‘yo te estoy nombrando y punto’. Para eso es lo que sirven los concursos, para trasladar la responsabilidad. (I)