Rosas blancas y una fotografía reposan sobre el féretro de Danny Sarango, quien fue asesinado durante un robo en un taxi el pasado viernes 25. En una de las salas de velación de Jardines de Esperanza, los familiares de la víctima aún no asimilan lo sucedido.

Con un sentimiento de pesar, solos o acompañados, amigos y allegados acuden al sitio de velación, en donde se han colocado arreglos florales en color blanco.

Sarango era casado y tenía un hijo de 3 años. Tenía 34 años, estaba en cuarto semestre de la carrera de Enfermería de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil y trabajaba para el hospital de la Policía.

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Su esposa contó que el viernes 25, aproximadamente a las 19:05, él le aviso que saldría de un evento de la universidad y procedería a tomar un taxi para ir a su casa en el norte de la ciudad. Danny, usualmente, solía bajar las escalinatas y tomar una de las unidades que suelen parquear en la avenida Carlos Julio Arosemena.

“Él siempre solía hacer eso, sabía la peligrosidad, pero nunca le había sucedido nada”, relató.

A eso de las 19:20, Sarango se comunicó con un compañero de trabajo del hospital. “Contactó a un amigo para decirle que el taxista estaba raro y allí le dijo que le iba a llamar para hacerse pasar por policías para ver si lo soltaban. Pero cuando se abrió la llamada, él escuchó como lo insultaban y lo golpeaban y luego se cortó la llamada”, indicó la mujer.

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Danny Sarango era estudiante del cuarto semestre de Enfermería.

Al escuchar eso, el amigo llamó al 911 para que se rastree el teléfono, pero allí le dijeron que eso no era posible. El teléfono sonó hasta las 21:00. Según contó la esposa, ellos pensaron que le habían robado y esperaron a que llegue a la casa.

Sin embargo, pasadas las 21:30 no tenían ninguna novedad y volvieron a contactar al ECU911. Allí les recomendaron que coloquen la denuncia como desaparecido en la Fiscalía.

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Por su cuenta, el amigo que había sido contactado previamente empezó a difundir una especie de boletín de desaparecido ente los grupos de WhatsApp que tiene por el trabajo.

“La Policía me llamó y me dijeron que les cuente la historia y cómo estaba vestido. Ahí me dijeron: ‘Señora, lo que pasa es que encontramos un cuerpo y cumple con las mismas características. Necesitamos que venga para que lo reconozca’”, contó la esposa.

El cuerpo fue hallado aproximadamente a las 22:30 en la cooperativa 25 de Julio, cerca del cerro San Eduardo, con golpes en todo el rostro, con la nariz partida, rasguños y moretones en los brazos y manos.

La autopsia reveló que la causa del fallecimiento fue asfixia, presuntamente, se le habría colocado un trapo en la cara para que deje de respirar.

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“Él solo se dedicaba a trabajar y a estudiar, su tiempo libre éramos solo nosotros, solo se dedicaba a nosotros. Él no tomaba, no salía, era un buen padre y buen esposo”, dijo la esposa.

Ahora lo que solicita la familia de Sarango es que se revisen las cámaras que puedan estar ubicadas en la Metrovía que está al pie de la universidad o en Guayarte.

Según indicó, una de las cámaras de la universidad solo captó el momento en que bajaba desde el aula magna hacia la calle principal. “Queremos justicia, que se sepa qué pasó. No era la forma, no es justo”, anotó.

En redes sociales, amigos de Danny han publicado mensajes de pesar por la pérdida y, al igual que sus familiares, piden que se investigue y se dé con el causante del asesinato. Por otra parte, estudiantes de la universidad solicitan que se refuercen los controles de los vehículos que ingresan y salen del campus.

La UCSG, a través de un comunicado emitido el sábado 26, ratificó que en la institución se ejecuta un plan de seguridad con monitoreo constante y vigilancia privado y presencia de la Policía Nacional dentro del predio universitario. Además repudió el hecho violento registrado hacia el estudiante. (I)