TULCÁN

Un operativo realizado por las Fuerzas Armadas inmovilizó seis bultos con material explosivo en el límite político internacional, en la comunidad El Ojal, parroquia Tobar Donoso, a más de 150 kilómetros de Tulcán.

Autoridades militares presumen que los elementos tenían como destino los grupos irregulares que se dedican a actividades ilegales en territorio colombiano.

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Octavio Rosales, comandante de la Brigada Andes, asentada en Tulcán, explicó que el hallazgo fue realizado por efectivos del Batallón de Infantería Motorizado Mayor Galo Molina, mientras efectuaban operaciones de vigilancia y protección de fronteras en este sector, ubicado en el noroccidente carchense, donde no existen carreteras.

El oficial agregó que estas acciones buscan evitar la presencia de grupos armados, campamentos o cultivos ilegales.

Como resultado de estas operaciones, los uniformados descubrieron las sacas en un paso fronterizo no autorizado (PFNA).

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Luego de la revisión, los uniformados contabilizaron 800 artefactos explosivos caseros tipo vaso, y 100 cápsulas ordinarias cebadas con mecha lenta.

Militares de la Brigada Andes localizan minas en el limite internacional, frente a Colombia. Foto FFAA del Ecuador. Foto: El Universo

José Rocha, quien dirigió la acción militar, informó que estos artefactos estaban ocultos en el interior de una caleta, en la vegetación.

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Se trata de material explosivo casero tipo vaso que es activado con mecha lenta, peligroso y utilizado para atentar contra personas, se indicó.

Esta clase de artefactos son usados especialmente como trampas para frenar el ingreso de militares colombianos hacia esos sectores en el vecino país, indicaron los uniformados.

En el argot de estos grupos irregulares colombianos, estos pertrechos son conocidos como ‘quiebra patas’ o minas antipersonas, que provocan la mutilación de piernas o miembros inferiores, cuando son pisados y así inhabilitar el accionar de las patrullas, debido a que pueden estar sembrados en el piso, convirtiendo a esas áreas en campos minados.

“Se activan bajo presión (pisándolas) y si la cantidad es grande puede cercenar varias partes del cuerpo humano”, comentó Rocha.

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Estas minas antipersonales compuestas de nitrato de amonio con diésel y carga explosiva franquean los territorios de los grupos irregulares y evitan que las fuerzas del orden ingresen a esos lugares. (I)