Un destornillador fue el arma que usó Bryan C. para dejar herida a su expareja, quien murió días después.

El hecho, que fue investigado por la Fiscalía, ocurrió en mayo del 2016, en el sur de Quito.

En una fiesta, el agresor vio a su expareja bailando con otra persona, la sacó del lugar y la golpeó. Ella trató de defenderse; sin embargo, no logró detener las heridas que le causó el sujeto con un destornillador.

Publicidad

La mujer estuvo en el hospital aproximadamente quince días, pero la infección provocada por las heridas propinadas por el agresor le produjo la muerte.

Al menos 4.473 mujeres fueron víctimas de femicidio en América Latina y el Caribe en 2021, indica la Cepal

Luego de analizar los argumentos presentados por Fiscalía, en segunda instancia, la Sala Penal de la Corte Provincial de Justicia desechó el recurso de apelación presentado por el procesado y se ratificó la sentencia condenatoria de 22 años de cárcel para Bryan C. como autor del delito de femicidio.

Además se ratificó el pago, como reparación integral, de $ 50.000 a favor de la familia de víctima y una multa de 1.000 salarios básicos unificados ($ 425.000).

Publicidad

Durante la audiencia de apelación a la sentencia, el fiscal Ramiro Sánchez señaló que, en la audiencia de juicio, ya se probó la materialidad del delito y la responsabilidad del procesado con la presentación de las pruebas periciales, testimoniales y documentales.

El 33 % de mujeres no denuncia casos de violencia por desconfianza en el sistema de justicia

Entre esas pruebas están el informe de autopsia, que confirmó que la muerte violenta fue causada por las heridas sufridas durante el ataque a manos del individuo, y el informe del reconocimiento del lugar de los hechos, así como el informe de autopsia psicológica practicado a la mujer, que evidenció que la maltrataba física y psicológicamente. (I)