Cuando nuestras exportaciones tenían como casi único mercado a los Estados Unidos de América (USA), si ese país estornudaba, al nuestro le daba gripe. Hoy, la interdependencia económica global hace que esa gripe, que no es otra cosa que una desaceleración económica de uno o más de los grandes países o bloques comerciales, contagie en mayor o menor medida a todos los países exportadores de commodities y productos fabricados, debido a que la demanda mundial deja de crecer. Ese decrecimiento ocasiona la disminución de los precios de exportación del petróleo, materias primas, frutas y alimentos, vehículos, etcétera, y por lo tanto, origina menores ingresos para productores, exportadores y actividades relacionadas, ventas al detalle, servicios y contribuciones para el Estado; como corolario, contagiados por la desaceleración disminuye la actividad económica, aumenta la desocupación e inicia un círculo vicioso que nos podría llevar a la recesión, ante lo cual normalmente los gobiernos toman medidas contracíclicas para enfrentar los efectos negativos.

Indicadores económicos recientes de USA, la Comunidad Económica, China, los países emergentes y América Latina demuestran la grave situación que atravesamos, y cómo los fenómenos económicos mundiales que más afectan son la desaceleración económica china y europea y la fulminante caída de los precios del petróleo, la duración en años de este ciclo negativo para nuestro crecimiento no es posible hacer vaticinios. Ante este entorno, es muy difícil que los países que basen sus programas de disminución de la pobreza con la creación de empleos en el sector público, la inversión pública y los subsidios puedan continuar con estos programas por la falta de flujos internos de ingresos y de disponibilidad de fuentes de financiamiento externos para esos propósitos, excepto los montos sobre ventas anticipadas de petróleo, pero esa herramienta financiera tiene un techo: la capacidad de exportación en número de barriles y el precio. Por estas razones, en nuestro país ante la falta de suficientes recursos para continuar con el plan original de AP, pudiera ocurrir que el ala socialista más radical de esa agrupación política llegue a dominar el diseño del futuro político del Ecuador y convenza al resto de sus líderes de aplicar el pensamiento ideológico de lograr la disminución de la pobreza transfiriendo a las clases menos poseídas las riquezas de las clases económicas alta y profesional, decisiones que destrozarían el derecho a la propiedad, el sistema de libre empresa y la confianza ciudadana y podrían dar origen al éxodo de personas valiosas, hombres de negocio y profesionales que no compartan ese ideario político, como ocurrió en Cuba.

Estas reflexiones llevan a exigir al Gobierno hacer públicos sus planes y programa para los años 2015, 2016 y 2017, incluyendo las estrategias y metas, leyes y acciones por tomar y cifras resultantes esperadas, con el objeto de que cada ciudadano analice y evalúe esa información y adopte sus mejores decisiones en función de su futuro y el de su familia. Como es notorio, pedir esa información no conlleva la intención de desestabilizar al Gobierno, sino, en democracia, ejercer nuestro derecho a ser informados y que el Gobierno cumpla su obligación de revelarla, ser tratados con consideración y respetar nuestros derechos de conocer y ser conscientes delcamino que nos espera. (O)

Se le debe exigir al Gobierno hacer públicos sus planes y programa para los años 2015, 2016 y 2017, incluyendo las estrategias y metas, leyes y acciones por tomar y cifras resultantes esperadas, con el objeto de que cada ciudadano los analice.