Nuestro invitado

Sería muy fácil disponer que por internet se publique cada egreso y cláusula de contrato que se contrae en las instituciones públicas. Si se lo hubiera hecho con las refinerías, el país hubiese ahorrado millardos y algunas familias no hubieran sido avergonzadas. Pero esos 2 casos emblemáticos y mediáticos ni de lejos representan el todo, son apenas circo y distracción. Los estados financieros de las grandes empresas públicas tienen años de atraso. Ya se imaginan lo que habrá en Petroecuador, CNT, Petroamazonas, TAME, IESS. ¡Cuántos favores proselitistas habrá en la lista (secreta) de los beneficiarios del Bono de Desarrollo, o en la de becarios!

El secreto que revelaré en este artículo tiene que ver con las asignaciones de dinero para municipios y prefecturas (GAD). Por ley hay 7 rubros y cada GAD recibe según sus “méritos”. En vez de publicar los montos y los cálculos para cada uno de estos 7 rubros, el ministerio de Finanzas sólo publica el valor total y punto. Es como si al final del año un colegio le dé al alumno una calificación global sin entregar el puntaje en cada una de las preguntas de los exámenes (para entender en qué contestó bien o mal) y, peor aún, sin ni siquiera entregar las notas en cada una de las 7 materias, sino una nota global. El desglose es secreto.

De manera casual, tuve acceso a un documento preparado por Senplades, en el cual se revela UNO de estos datos secretos, y es que, en el año 2014, en uno de los 7 rubros, le dieron a una sola provincia, el 66% de todo el dinero nacional. Dicho de otro modo: a todas las otras provincias juntas del país, le dieron la mitad de dinero que a una sola. La metodología que usan en Quito para calcular estos rubros y asignaciones, es irónicamente llamada por ellos MET: “Modelo de Equidad Territorial” (sic).

Dos reflexiones me provocan estas cifras. He omitido decir cuál provincia es la que se benefició con el doble que todas las otras 23 provincias juntas, porque algunos lectores consideran que, por denunciar estas cifras, yo incurro en regionalismo y socavo la unidad nacional. Una parte de estos lectores lo hace interesadamente, para evitar tocar el tema de fondo; otra simplemente intuye que ocuparse de esto implica un combate, una bulla que perturba la paz que todos buscamos. A ellos les digo que no puede haber paz sin justicia y que la aversión a la bulla no es razón para dejar de combatir el centralismo, puesto que este sistema sí que es regionalista y socaba la verdadera unidad nacional.

La otra reflexión es sobre los prefectos de las provincias del país que no protestaron frente a la inequidad territorial de las asignaciones. Muchos tienen la disculpa de no haber conocido el desglose de las cifras. Pero no así los prefectos que fueron simpatizantes de la RC, régimen responsable del secretismo en los rubros de las asignaciones. Uno de ellos es el prefecto de la provincia beneficiada, quien se quedó callado por interés (y hasta pudo haber hecho todo tipo de gestiones para conseguirlas; se juegan millones). Otro es el prefecto de Guayas quien, mientras esto sucedía, aparecía sonriente en las fotos con RC, y en sus cuñas nos hablaba de “inclusión”, cuando Guayas era excluida de las asignaciones. (O)