En la página 17 de la edición del miércoles 30 de septiembre de 2020 de Diario EL UNIVERSO, se publica un reportaje sobre el estado de los radares en la carretera a la costa; quiero atestiguar que ustedes tienen razón.
Regresé a Guayaquil desde Salinas el domingo 27 de septiembre y comprobé que algunos radares están apagados y otros marcan velocidades absurdas. Pero el martes 29 de septiembre me llegó una notificación de multa, tal vez, por exceso de velocidad, sin prueba ni foto.
La autoridad del tránsito debe ordenar de oficio que se anulen estas injustas citaciones hechas por radares en mal estado, porque de lo contrario significa que a los ciudadanos nos juzga una máquina dañada. Intentar que se revoque la injusticia es perder el tiempo en juzgados y trámites inútiles. (O)
Eduardo Peña Triviño, doctor en Jurisprudencia, avenida Samborondón